El ganador de un concurso de fotografía con una imagen generada con IA: “Mi objetivo era abrir un debate”
Boris Eldagsen asegura que quiso poner a prueba al certamen ante la proliferación de una nueva tecnología que complementa a la fotografía pero que necesita ser clasificada de otra forma
El artista alemán Boris Eldagsen ha provocado un terremoto en el mundo de la fotografía al presentarse al prestigioso concurso anual Sony World Photography Awards con una imagen que no era lo que parecía. Envió lo que los jueces pensaron que era una fotografía en blanco y negro y tono sepia, de estilo antiguo, como de las primeras décadas de siglo XX, de dos mujeres de distintas generaciones, y ganó la categoría creativa. Pero ni las modelos posaron ni él midió la luz en su estudio. Se trataba, como ha revelado él mismo al renunciar al galardón, de una imagen creada con inteligencia artificial (IA).
“Mi objetivo era abrir un debate, y lo he conseguido”, asegura a EL PAÍS Eldagsen, fotógrafo berlinés de 52 años. En otoño pasado se planteó poner a prueba los concursos de fotografía, ver “si se habían puesto las pilas” y si eran conscientes de que la gente podía empezar a presentarse con imágenes generadas con herramientas de IA, explica. La mejor manera era concurrir él mismo con una de sus creaciones, titulada The Electrician, de la serie Pseudomnesia, término que significa falso recuerdo y que podría haber dado alguna pista a los jueces.
Eldagsen, miembro de la Academia de Fotografía de Alemania, se considera satisfecho de la repercusión de su experimento. Cree que es urgente abordar el hecho de que el realismo de las imágenes generadas por la IA es tal que cada vez cuesta más diferenciar un original de una imagen creada por algoritmos. “Es algo en lo que tenemos que reflexionar como comunidad. La IA no es fotografía y no debería competir en la misma categoría”, asegura.
El dilema que Eldagsen quiere proponer a sus colegas es si tiene sentido que el mundo de la fotografía acoja bajo su paraguas las imágenes generadas por IA o si sería más sensato dejarlas fuera. “Es una pregunta relevante y nadie quería hacérsela”, asegura. “Cuando renuncié al premio todo el mundo se quedó como congelado. Como un conejito mirando al zorro, siendo el conejito la fotografía y el zorro la IA”. Él mismo no tiene clara la respuesta, pero sí la necesidad del debate.
“Amo la fotografía. He sido fotógrafo 30 años y ahora trabajo a diario con la IA. Están relacionadas, la IA usa el lenguaje de la fotografía y el resultado se parece, pero han sido producidas de forma distinta y son otra cosa”, insiste. ¿La solución que propone? De momento, dar a esas creaciones otro nombre, para que al menos nominalmente queden diferenciadas. “Llamarlas promptografía”. El prompt es el texto que se usa para describir la imagen que se quiere generar para hablar con la IA.
La fotografía es una de las artes más afectadas por el desembarco de la inteligencia artificial, porque permite que casi cualquiera pueda crear imágenes hiperrealistas simplemente dando instrucciones a una pantalla. Pero Eldagsen rechaza las predicciones de los agoreros que aseguran que mata la creatividad. “Para nada. Lo que me gusta de la IA es que trabaja con conocimiento y experiencia. Es un material inmaterial. Y hay una gran diferencia entre el uso que le dé una persona de 50 años, que ha sido artista y fotógrafo durante 30 de ellos, y el de un chaval de 15 años. El chaval creará un superhéroe americano. Yo no.” Lo fascinante de esta tecnología, asegura Eldagsen, es que permite usar todo lo aprendido previamente. Así que, para las generaciones más veteranas, “es una revolución tecnológica que hay que saber aprovechar”.
Los responsables del premio, la Organización Mundial de Fotografía —Sony solo lo patrocina— aseguran que Eldagsen no había dejado claro hasta qué punto la inteligencia artificial había desempeñado un papel en su obra, sugiriendo que creyeron que podría tratarse de una fotografía retocada o que la usaba como apoyo. Eldagsen, por su parte, está muy molesto porque la organización ha intentado enterrar el asunto, asegura, sin entrar en el debate que considera inexcusable y urgente.
Todas las menciones al premio que consiguió la imagen del fotógrafo alemán han desaparecido de la web de la organización y ya no se exhibe en la Somerset House de Londres, a donde Eldagsen llegó a viajar para subir al escenario durante la entrega de premios la semana pasada y explicar lo sucedido. También hizo pública una carta abierta en la que dice: “Gracias por seleccionar mi imagen y hacer de esto un momento histórico, porque es la primera imagen generada con IA que gana una prestigiosa competición internacional de fotografía. ¿Cuántos de vosotros sabíais o sospechabais que estaba generada con IA? Hay algo aquí que no cuadra, ¿verdad?”.
Además de ganar en la categoría creativa lo había hecho en la general, lo que le garantizaba un premio de 5.000 euros y material fotográfico de Sony que pensaba donar a un festival fotográfico de Odesa (Ucrania). Los nombres de los ganadores se conocieron en marzo, y ya a principios de abril distintas publicaciones especializadas contaron que la imagen de Eldagsen estaba generada por IA. La mujer que no fue se titulaba una de esas piezas. La polémica explotó al llegar el día de la entrega de premios, el rechazo del fotógrafo y su carta abierta con la explicación, el pasado día 14.
“La organización siempre fue consciente de que esta imagen incluía elementos de IA durante todo el proceso de evaluación”, asegura un portavoz de la Organización Mundial de Fotografía. “Aunque algunos elementos de las prácticas de la IA son relevantes en contextos artísticos de creación de imágenes, los premios siempre han sido y seguirán siendo una plataforma para defender la excelencia y la habilidad de los fotógrafos y artistas que trabajan en este medio”, añade. Si no han respondido a las llamadas a debatir del fotógrafo alemán es porque “sus intentos deliberados” de engañar les hacen pensar que no pueden establecer “un diálogo constructivo” con él.
Eldagsen cuenta que en otras ocasiones había enviado fotografías a este certamen pero que no habían sido seleccionadas. Le sorprendió que este año sí lo consiguiera, precisamente con una imagen de IA, y sospecha que ayudó el protagonismo de la figura central, una mujer joven atractiva.
El artista no cree que la IA sea una amenaza para los fotógrafos y los artistas pero sí es consciente del reto que supone esta tecnología para la sociedad. “Para nuestras democracias es absolutamente necesario que se distinga a la perfección en los medios de comunicación qué imagen es real y cuál no”, señala. En ese sentido, menciona una propuesta de la asociación de fotógrafos freelance alemanes, que sugieren etiquetar las imágenes con las letras A, M y G. A para auténtico, M para manipulada y G para generada. “Creo que tendría mucho sentido hacerlo así, pero me temo que sería complicado ponerlo en práctica. ¿Hay dinero para financiar el personal y los medios necesarios?”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.