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Houellebecq fracasa en el intento de prohibir una película en la que protagoniza secuencias sexuales

Un tribunal neerlandés autoriza al colectivo artístico Kirac a difundir el polémico filme experimental. El novelista francés ha anunciado que recurrirá

Michel Houellebecq
El poeta, novelista y ensayista francés Michel Houellebecq, en el festival de San Sebastián de 2019.Javier Etxezarreta (efe)

La historia parece sacada de una novela de Michel Houellebecq. No falta nada: sordidez en abundancia, angustia existencial, pornografía y arte contemporáneo. Aunque quizás sea algo más prosaico: la historia de un hombre que envejece y que, en medio de una mala racha vital, se mete en una situación que no le convenía.

La película experimental en la que Houellebecq (Saint Pierre, isla de la Reunión, 67 años) aparece manteniendo relaciones sexuales con una o varias mujeres ha superado un obstáculo judicial decisivo, pese a los intentos del escritor francés de frenar el proyecto. El colectivo holandés Kirac ha ganado en los tribunales a Houellebecq, cuya abogada ha anunciado que recurrirá la decisión, según Le Figaro.

El autor de novelas como Plataforma o Aniquilación, publicadas por Anagrama en español, había pedido a un tribunal de primera instancia de Ámsterdam que prohibieran la distribución de la película. Alegaba que esta vulnera su intimidad. Esta es la segunda demanda que Houellebecq presenta, y pierde, contra el colectivo Kirac. Los jueces franceses ya dictaminaron hace unas semanas que lo avanzado en el tráiler no violaba su intimidad. El estreno estaba previsto para el 11 de marzo y se pospuso debido a las dos demandas.

Michel Houellebecq in Kirac 27
Houellebecq, en 'Kirac 27'.

Lo que comenzó como un flechazo artístico entre un renombrado polemista y un cineasta con parecido gusto por la provocación ha terminado con un desencuentro entre ambos y entre acusaciones de engaño y deslealtad. Es un drama, o una comedia en tres actos.

Primer acto. París, principios de noviembre de 2022. La esposa de Houellebecq, Qianyum Lysis Li, cenó con el artista visual Stefan Ruitenbeek, uno de los responsables de Kirac, y una amiga suya, Jini van Rooijen, conocida como Jini Jane. El escritor cuenta, en un artículo en el semanario Le Point, que él se quedó en casa aquel día, porque se sentía deprimido. En la cena surgió la idea de rodar una secuencia sexual a tres con Houellebecq, Lysis Li y Van Rooijen. Se emitiría en el canal que tiene esta última en la plataforma de contenido adulto OnlyFans. “Mi esposa aceptó, diciéndose que me cambiaría agradablemente las ideas”, escribe Houellebecq, quien aceptó con la condición de que se preservase su anonimato. El matrimonio se puso máscaras y Ruitenbeek rodó la secuencia.

Segundo acto. Ámsterdam, finales de diciembre de 2022. Tras el encuentro en París, el escritor y su esposa siguieron en contacto con Ruitenbeek y acordaron filmar una película. Houellebecq estaba dispuesto a participar como actor, pero, de nuevo, con la condición de que no se le reconociera, “por razones de tranquilidad personal”. En el artículo de Le Point, relata que viajó con su esposa a Ámsterdam para hacer un casting con varias mujeres. Nada más llegar a la estación las cosas empezaron a torcerse. Le incomodó que Ruitenbeek les filmase desde el principio y sin pedir permiso. Por la noche, este apareció con el cámara en la habitación del hotel y le presentó un contrato, que el escritor firmó. Al día siguiente, el cineasta regresó junto a una mujer identificada como Isa, con la que Houellebecq intercambió algunos besos. Ese momento podía verse en el tráiler de la película, suprimido hace unas semanas por el contencioso judicial. En aquel momento hubo una primera disputa entre el escritor y el cineasta. Dos días después, se pelearon definitivamente.

Tercer acto. París-Ámsterdam, marzo 2023. Cuando Ruitenbeek colgó el tráiler en internet, Houellebecq se sorprendió al figurar en una película cuya difusión, dice, no había autorizado. Llevó al caso a la justicia francesa y neerlandesa para detener el proyecto. El 3 de marzo el tribunal de París rechazó su demanda. El pasado martes, el de Ámsterdam hizo lo mismo. Los jueces constataron la existencia de un contrato y concluyeron que Houellebecq tuvo tiempo suficiente “para revisar el contenido del acuerdo y rechazar su cooperación”. Consideraron también “incomprensible” que participase en las grabaciones “si el pacto le parecía problemático” y dieron luz verde a los cineastas.

Polémica tras polémica

“Hoy pago por la deflagración de violencia ocasionada por su tráiler, que atenta de forma irremediable contra mi vida privada”, dice Houellebecq en una carta abierta a Ruitenbeek. “Me opongo formalmente a que los planos que usted ha obtenido mediante el engaño (porque, lo repito, fueron obtenidos antes de la firma del contrato y porque, hasta entonces, solo se trataba de una cuenta en OnlyFans) sean utilizados en sus filmes, este u otros”. En el mismo número de Le Point, sin embargo, Houellebecq asegura que lo mostrado en el tráiler se rodó en Ámsterdam después de firmar el contrato. No así lo de OnlyFans, en París.

En la defensa de su caso en Países Bajos, Houellebecq alegó que “estaba deprimido y borracho” cuando firmó el contrato y “no sabía lo que estaba aceptando”. Por el contrario, Ruitenbeek aseguró que el escritor dio su permiso para filmar “con pleno conocimiento de causa”. Ruitenbeek no ha contestado al cuestionario remitido por EL PAÍS, a petición suya.

Shot of Kirac 27, with Michel Houellebecq
El escritor francés, en un momento de 'Kirac 27'

El choque entre Houellebecq y Ruitenbeek va más allá de la inclusión de pasajes eróticos en una ciudad o en la otra. La joven con la que estuvo en Ámsterdam se sintió utilizada al saber que pretendía prohibir el filme, ya que esperaba publicar en OnlyFans el vídeo de la parte correspondiente al momento parisiense.

Houellebecq no ha dejado de encadenar polémicas. A finales de 2022, la Gran Mezquita de París le denunció por incitación al odio contra los musulmanes. El escritor dijo en la revista Front Populaire que “la población francesa de pura cepa” quiere que “los musulmanes (...) dejen de robar y agredir (...), o bien, otra buena solución, que se vayan”. Unos días después, aceptó matizar sus palabras y el rector de la Gran Mezquita, Chems-Eddine Hafiz, retiró la denuncia. Todo terminó más o menos bien en aquella ocasión. No es seguro que esta vez el escritor y su adversario neerlandés acaben firmando la paz.

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