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Grecia no se rinde y sigue negociando la restitución del friso del Partenón

Las conversaciones secretas entre el British Museum y Atenas se han visto torpedeadas por las declaraciones del primer ministro británico, Rishi Sunak, que se niega a reformar una ley que impide que los mármoles vuelvan a su lugar de origen

Los conservadores del Museo del Acrópolis, en Atenas, colocan un fragmento del friso del Partenón, dejado en depósito en enero de 2022 por el Museo Salinas de Palermo, que lo exponía desde el siglo XIX.
Los conservadores del Museo del Acrópolis, en Atenas, colocan un fragmento del friso del Partenón, dejado en depósito en enero de 2022 por el Museo Salinas de Palermo, que lo exponía desde el siglo XIX.Panayotis Tzamaros (NurPhoto / Getty Images)
Álex Vicente

¿Volverá el friso del Partenón a su lugar de origen? La perspectiva de un regreso inminente de sus codiciados mármoles a Atenas, abierta por una serie de negociaciones secretas con el British Museum que se filtraron en diciembre pasado, parecía alejarse esta semana tras las declaraciones del primer ministro británico, Rishi Sunak, que el lunes anunció que no contemplaba reformar una vieja ley de 1963 que prohíbe la restitución o la disgregación de las obras de la colección del mayor museo de civilizaciones del mundo. “Reino Unido ha cuidado de estos mármoles durante generaciones”, afirmó Sunak durante un viaje oficial a Estados Unidos, calificándolas como “un activo enorme” para su país. “La colección del British Museum está protegida por la ley y no tenemos planes para cambiarla”.

Pese a sus palabras, que parecían cerrar la puerta a cualquier acuerdo, el diálogo sigue adelante con discreción. El Ejecutivo griego asegura que no ha abandonado las “negociaciones constructivas” con el museo londinense tras las declaraciones de Sunak, según confirmaba esta semana la sede de Gobierno a EL PAÍS. Contactado por este diario, el British Museum eludió dar detalles sobre el estado de las conversaciones, pero se refirió, a través de un portavoz de la institución, a las palabras pronunciadas en febrero por el presidente de su patronato, George Osborne, exministro de Economía de David Cameron, en la BBC. “Sería tentador no hacer nada. Pero, para seguir siendo el mayor museo del mundo, las cosas deben cambiar. Es un problema difícil de resolver, pero creo que hay una manera de que estos mármoles puedan ser vistos a la vez en Londres y en Atenas”, expresó Osborne. “Estamos hablando con el Gobierno griego sobre un nuevo acuerdo. Soy relativamente optimista. Es mejor intentarlo y fallar que no intentarlo”.

El número uno del museo daba así por buena la versión publicada por varios medios griegos e internacionales, que desde finales de 2022 habían evocado la posibilidad de trasladar a Atenas un fragmento del friso —entre un tercio y la mitad, según las fuentes, de la parte que se encuentra en Londres— a través de una serie de préstamos temporales y rotativos que garantizarían que una fracción de este tesoro histórico pueda visitarse siempre en la capital griega. A cambio, el Estado griego cedería otras obras importantes al British Museum.

Protesta del Comité Británico para la Reunificación de los Mármoles del Partenón, delante del British Museum de Londres, en 2021.
Protesta del Comité Británico para la Reunificación de los Mármoles del Partenón, delante del British Museum de Londres, en 2021.Europa Press/Contacto/Vuk Valcic

Este debate incendiario entre el Reino Unido y Grecia no empezó ayer. Atenas exige la repatriación de los mármoles desde hace cuatro décadas. En 2009, la inauguración del Museo del Acrópolis, creado para resguardar de la lluvia y la contaminación las esculturas del templo, reservó un espacio para su eventual reunificación. En sus salas, es fácil distinguir las partes del friso que se quedaron en Atenas, que llevan la marca del paso del tiempo, y las que fueron llevadas a Londres, moldes de un blanco nuclear. La metáfora visual perfecta para reflejar un conflicto que empezó oficialmente en 1983, cuando Grecia reclamó por primera vez al Reino Unido la repatriación de este conjunto de mármoles de 160 metros de largo que envolvía la cámara interior del Partenón en el siglo V antes de Cristo. Para los griegos, fueron robados por Lord Elgin, embajador británico en el Imperio Otomano, en 1801. Para los ingleses, fueron sustraídos con el acuerdo de las autoridades locales y adquiridos por el museo londinense en 1816.

Desde entonces, este monumental friso en honor a la diosa Atenea ha sido un símbolo de identidad nacional para Grecia y también un rompecabezas para sucesivos Gobiernos helenos, que se han enfrentado a una negativa implacable por parte de Londres. Hasta que, hace unos meses, el primer ministro Kyriakos Mitsokakis, jefe de la nueva derecha griega que accedió al poder en 2019 y opuesto a su expolio desde que visitó el British Museum siendo un adolescente —”fue como ver la Mona Lisa partida en dos”, dijo al Financial Times—, lanzó una negociación secreta con Osborne, deseoso de encontrar una solución a esta eterna disputa desde que llegó al patronato del museo en 2021.

Respeto a la ley

La solución podría pasar ahora por una tercera vía: en ningún caso una restitución total, que implicaría un cambio en la ley a la que los tories no parecen estar dispuestos, pero tampoco el inmovilismo que ha predominado hasta hoy. El mayor obstáculo son las líneas rojas impuestas por cada parte. Para los británicos, el respeto a esa norma de los sesenta parece innegociable, todavía más después de las palabras de Sunak. Se preferiría una solución inscrita en la legislación actual, como un préstamo a medio o largo plazo, que el museo sí estaría autorizado a consentir. “No podemos forzar a los griegos a aceptar cosas que ellos encuentran imposibles, y viceversa. Actuamos dentro de la ley”, advirtió Osborne en febrero. “Devolver todos los mármoles requeriría una ley del Parlamento, que estaría más allá de mi autoridad. Pero lo que el museo puede hacer es tratar de establecer una nueva relación con Grecia”.

“Para seguir siendo el mayor museo del mundo, las cosas deben cambiar. Hay una manera de que estos mármoles estén a la vez en Londres y en Atenas. Soy relativamente optimista”
George Osborne, presidente del patronato del British Museum

El problema, por parte de Atenas, es que la palabra “préstamo” es anatema, ya que implicaría aceptar que Grecia no es la legítima propietaria del friso, lo que sería mal percibido por la ciudadanía. “Oficialmente, las líneas rojas no se han movido, pero no sabemos lo que sucede detrás de los focos. Grecia nunca aceptará renunciar a la propiedad sobre los frisos, por lo que se está buscando una fórmula legal que satisfaga a las dos partes”, apunta Sophia Hiniadou Cambanis, asesora del Parlamento griego en política cultural, que no cree que el diálogo se haya interrumpido tras las declaraciones de Sunak. “El Reino Unido debe ser valiente y facilitar la reunificación del friso. No hace falta entrar en el debate sobre quién es su propietario. Basta con admitir que ese friso pertenece al Partenón y que no hay un lugar mejor donde reintegrar la obra”. Toda la negociación consistiría en encontrar un tecnicismo que permita desplazar la obra sin decir que es un préstamo, pero tampoco una devolución.

En realidad, un eventual gesto de Londres no sería tan desinteresado como puede parecer. En los últimos años, el British Museum se ha ido quedando solo en el debate sobre las restituciones de obras y objetos expoliados, que ha ido en aumento desde la publicación del informe Sarr-Savoy, encargado por Emmanuel Macron en 2018, que aconsejaba a Francia devolver a sus excolonias africanas cualquier pieza de origen irregular que fuera reclamada por sus países de origen. Observado al principio con gran escepticismo, ese informe, junto con el cambio social de los últimos años, ha impulsado restituciones puntuales pero muy simbólicas tanto en Francia como en otros países europeos, como es el caso de los bronces de Benín.

Obreros descargan una parte del friso del Partenón antes de colocarlo en la pared de la nueva sala dedicada a los mármoles en el British Museum de Londres, en 1961.
Obreros descargan una parte del friso del Partenón antes de colocarlo en la pared de la nueva sala dedicada a los mármoles en el British Museum de Londres, en 1961.Chris Ware (Keystone Features / Getty Images)

El nuevo clima a favor de la “descolonización” de los museos ha añadido una dosis de presión adicional para el British Museum, mientras otras instituciones empezaban a mandar obras de vuelta a sus países de origen. Y no solo al antiguo espacio colonial, sino también a Grecia. Por ejemplo, el Museo Salinas de Palermo devolvió en 2022 una parte del friso del Partenón que había sido expuesta en Sicilia desde hace más de 200 años, mientras que el Vaticano acaba de restituir tres fragmentos más por decisión del papa Francisco. Encontrar una solución al problema permitiría al British Museum proyectar una imagen de modernidad y justicia poscolonial bienvenida en estos tiempos, pero también seducir a una nueva generación de filántropos, sobre todo estadounidenses, que no quieren asociar su nombre a instituciones apartadas de estas causas.

Oportunismo electoral

Pese a los movimientos, en Atenas sigue reinando cierta desconfianza. “Si no se cambia la ley, el British Museum solo puede negociar un préstamo a corto plazo, y esa no es una solución aceptable”, señala la presidenta de la Asociación de Arqueólogos Griegos, Despina Koutsoumba, que coincide con la postura de la oposición de izquierda. “Tienen que devolverlo como una donación, como el Vaticano, o como un depósito sin fecha límite, como ha hecho Palermo. Quien quiera reducir este asunto al mero electoralismo hace más daño que beneficio a la causa”, añade Koutsoumba, que apunta así al oportunismo del primer ministro Mitsokakis, que se juega la reelección en las legislativas de julio. “Si el pueblo griego confía otra vez en nosotros, creo que podemos lograr este objetivo después de las elecciones”, dijo el primer ministro, sin excesivo decoro, hace unas semanas.

Otra fuente de presión para Londres es un cambio sustancial en su propia opinión pública: un 59% de los británicos están a favor del regreso de los frisos a Atenas, frente al 18% que se opone a esa opción, según un sondeo YouGov de 2021. “La ley de 1963 ya ha sido modificada para consentir ciertas devoluciones, como las de las obras robadas a familias judías. Podría haber alguna más, aunque tal vez el British Museum tenga que sentirse todavía más atrasado en esta cuestión para dar el paso adelante”, advierte Janet Suzman, presidenta del Comité Británico para la Reunificación de los Mármoles del Partenón, una de las numerosas asociaciones que luchan por esta devolución en varios países del mundo. “Sería una corrección histórica necesaria en un momento en que los antiguos imperios reexaminan sus legados coloniales y demuestran un mayor respeto por la historia de otras culturas. En el fondo, es solo una cuestión de decencia”.

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Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

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