Pedro Cifuentes, el profesor que encapsula la historia de España en un cómic
El dibujante y docente publica ‘Prehistoria en la península Ibérica’ y ‘Un viaje por las letras’, tebeos didácticos que se inspiran en situaciones vividas en su aula
A Pedro Cifuentes le llueven las propuestas de proyectos. Desde que en 2019 la editorial Desperta Ferro publicara su primer tomo de Historia del arte en cómic sobre el periodo clásico, ha sacado los tomos de la Edad Media y del Renacimiento, ha iniciado una nueva colección para contar la Historia de España en formato atlas —acaba de publicar el libro sobre la Prehistoria en la península Ibérica— y la editorial Harper Collins le ha publicado Un viaje por las letras, un recorrido por la literatura en viñetas. Y aun así, ha tenido que rechazar ofertas: “He aprendido a decir que no, porque no doy más abasto. El día solo tiene 24 horas”.
Este profesor de Sociales (valenciano de 47años) compagina su labor en el IES Jaume I de Burriana (Castellón) con la creación de cómics didácticos. ¿Cómo? “Con mucha planificación”. En 2008, tras dedicarse durante años al diseño gráfico, aprobó las oposiciones. Siempre había sido lector de tebeos. Por ejemplo, los personajes de Astérix y Obélix le habían acompañado desde niño, lo que le convirtió en dibujante autodidacta. “Cuando entré en el aula por primera vez, pensaba que los mundos del cómic y de la docencia iban a estar separados. Pero para mí, lo que tenía detrás, en lugar de ser una pizarra, era una viñeta gigantesca que me permitía cambiar la forma de trabajar”, explica.
Y así lo hizo. Decidió convertir el cómic en una herramienta creativa para el aprendizaje y enseñar a sus alumnos a que se comunicasen mediante viñetas. “En la educación, hasta que no se dice desde fuera que lo que haces está bien, no eres consciente de ello. A esto lo llaman ahora ‘estimular el visual thinking’. Yo pensaba que dibujaba. Pues ahora que lo hago en inglés, soy más chulo y más guay”, bromea. Sus chavales realizan desde murales expositivos (tiras de tres o cuatro viñetas) hasta cómics y fanzines: “Les enseño a sintetizar información de forma creativa. Competencias que luego les puedan ser útiles”.
En su asignatura, una vez acaban el trabajo, lo exponen oralmente delante de la clase en grupos. “Busco que se produzca lo que denomino ‘paradoja de la oralidad’. Cada alumno explicará las cosas de manera distinta con tal dibujo o caligrafía, se lo llevará a su terreno y enfoque personal, pero será capaz de explicarlo de forma oral y me convencerá de que ha funcionado el aprendizaje”, expone. Sin embargo, no suele utilizar sus propios cómics en clase: “No les digo tanto que lean tebeos, sino que utilicen el medio”.
Quizá porque de adolescente era “muy mal alumno”, se planteó ofrecer otros estímulos a los suyos: “Tenía un problema que tiene buena parte de mi alumnado y es que no me consideraba una persona motivada. No es que tuviera malos profesores, pero en los ochenta había poca variedad educativa”. De hecho, Cifuentes reivindica ese “sentido de la maravilla” en el aula y en sus cómics: “Quiero despertar en ellos esa cosita. Lo mismo que pasa cuando no puedes dejar de leer un libro porque estás enganchado. Tengo delante de mí a chavales y chavalas de 12, 13, 14 años, y me gusta plantear las cosas con diversión”.
Sus cómics para aprender historia tienen una constante: introducen a los mismos personajes, que son cinco alumnos y representan perfiles de adolescentes parcialmente inspirados en alumnos reales (la deportista, el chulito, la soñadora, el friki…) y El Profe, acompañado de un perro, Lómper. En cada libro emprenden un viaje distinto para aprender y evolucionar. Cifuentes habla con cariño de los momentos en que sus alumnos le piden que les firme sus ejemplares: “Es muy bonito. A ellos les gustan los cómics porque el grupito de chavales que aparece parte de situaciones y experiencias reales, que me he encontrado en clase”.
Además de enseñar a través de las viñetas sin perder un ápice de rigurosidad, Cifuentes pretende contar la Historia desde un prisma del siglo XXI, evitando cualquier prejuicio anterior. “En el atlas sobre la Prehistoria en España, aparece una mujer pintando Altamira, no porque yo quiera que sea así, sino porque pudo ser una mujer la que hizo esas pinturas”, argumenta. Y aunque disfruta mucho del contacto con los jóvenes, el profesor está considerando pedir una excedencia para poder dedicarse a tiempo completo a la historieta. “Esto va a más. Seguramente será la decisión más dura que tome en mi vida, porque soy feliz dando clases, pero lo bueno es que siempre puedo volver. Intento excusarlo diciéndome que sigo enseñando, pero que lo hago a través de viñetas”.
Ahora que triunfan canales de YouTube como Academia Play, en el que se enseña la Historia dibujándola, o Pero esto es otra Historia, que integra memes para hacerla más amena, Cifuentes también ha emprendido un proyecto audiovisual con los personajes de sus cómics para una plataforma, pero, advierte, no puede adelantar mucho más.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.