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Cómics en las aulas y cátedras de tebeos: la educación abraza la novela gráfica

La inauguración del cuarto espacio de investigación universitario dedicado al noveno arte, en Alcalá de Henares, coincide con la creciente presencia de las historietas en clases de Primaria y Secundaria

'El planisferio de Cantino', reelaborado por el profesor Pedro Cifuentes y disponible como una de las actividades didácticas gratuitas en la web de su editorial, Desperta Ferro.
'El planisferio de Cantino', reelaborado por el profesor Pedro Cifuentes y disponible como una de las actividades didácticas gratuitas en la web de su editorial, Desperta Ferro.
Tommaso Koch

El profesor y el manual de texto. Durante décadas, la mayoría de las lecciones se construyeron sobre esos dos pilares. Pero las leyes de la física también se descubren en el laboratorio y ver las películas El espíritu de la colmena o Ay, Carmela puede enseñar mucho sobre la Guerra Civil. Ahora, la educación ha aceptado además un nuevo cómplice: los tebeos, que ya no se consideran intrusos sino aliados en muchas aulas de Primaria y Secundaria. Y la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), junto con la editorial ECC, acaba de inaugurar la cuarta cátedra en España dedicada al noveno arte. Algún prejuicio resiste. Pero está cada vez más desdibujado.

Porque cuando Ana Penyas retrata a su abuela de joven, mirando al techo desde la cama tras su matrimonio prácticamente forzoso, narra en Estamos todas bien la batalla diaria que afrontaron muchas mujeres durante el franquismo. Y hay maestros que se han fiado de Otzi. Por un puñado de ámbar, de Mikel Begoña e Iñaket, para llevar a sus alumnos de viaje hasta el Neolítico.

Ya no es solo cuestión de historia y arte: la Universidad Internacional de Andalucía suma tres ediciones de su Máster de Formación Permanente en Medicina Gráfica; Valencia acoge desde el 19 de octubre el I Congreso Internacional Teaching with Comics, con un centenar de ponencias; varios colegios tocan el tema del acoso a través de obras como Subnormal, de Fernando Llor y Miguel Porto, o Jane, el zorro y yo, de Isabelle Arsenault y Fanny Britt. Y existen incluso tesis doctorales en formato de novela gráfica, así como una Guía Manga del Cálculo Diferencial e Integral.

Viñetas de 'Estamos todas bien', de Ana Penyas, editado por Salamandra Graphic.
Viñetas de 'Estamos todas bien', de Ana Penyas, editado por Salamandra Graphic.

“Hace una década diría que la introducción de los tebeos en la universidad se podía cifrar en cero. Hoy estamos aún lejos de una implementación como la del cine y el teatro, ni tampoco hay planes de estudio centrados en el cómic, aunque sí algunas asignaturas, a menudo optativas. Pero vamos por el buen camino”, resume Francisco Manuel Sáez de Adana Herrero, director de la neonata cátedra de Investigación y Cultura del Cómic en Alcalá. Desde ahí pretenden impulsar el estudio de las historietas, su difusión y su uso como herramienta didáctica. “Es un espacio para la indagación que está muy poco trabajado”, agrega Álvaro Pons, colaborador de EL PAÍS y responsable de la Cátedra de Estudios del Cómic Fundación SM-Universitat de València, la pionera en España, allá por 2018.

Desde entonces, el centro de Pons ha lanzado un Aula de Cómic, cursos específicos y premios, entre otras iniciativas. Y, justo estos días, ha obtenido fondos europeos para un proyecto que busca formar al profesorado para enseñar el cambio climático a través del tebeo.

“Despierta inmediatamente el interés; propone un lenguaje que el alumnado conoce. Y desarrolla el llamado aprendizaje por competencia: adquieres a la vez nociones relacionadas con el tiempo histórico, la destreza de analizar textos o la competencia lingüística”, subraya Isabel María Gómez Trigueros, defensora de los cómics tanto en las clases que daba en un instituto alicantino como en las que ofrece ahora en la facultad de Educación de la Universidad de Alicante.

Viñetas de 'El Cid. Integral', de Antonio Hernández Palacios, editado por Ponent Mon.
Viñetas de 'El Cid. Integral', de Antonio Hernández Palacios, editado por Ponent Mon.

La experta cita Napoleón, de Liliane y Fred Funcken, y 1212 Las Navas de Tolosa, de Jesús Cano de la Iglesia, como novelas gráficas con las que ha trabajado. Recuerda que, cuando empezó el proyecto, crecieron los préstamos de novelas gráficas en la biblioteca escolar. Y detalla cómo aprovechó en clase el El Cid. Integral, de Antonio Hernández Palacios: por un lado, le permitía mostrar al alumnado de la costa valenciana “la planicie castellana, los domos o las piedras caballeras”; introducía, además, conceptos como el vasallaje. Y el reparto de la herencia del rey Alfonso, que la profesora animaba a sus estudiantes a reconstruir luego a través de Google Earth, evidenciaba de paso el castigo de nacer mujer en las cortes del siglo XI.

Por suerte, el mundo ha cambiado. Y precisamente dos evoluciones de la sociedad ayudan a entender el encuentro entre tebeos y educación. Por un lado, el cómic ha ganado prestigio y desplegado su poderío. El escepticismo, coinciden los entrevistados, hoy está más que aislado. “Discutiendo sobre la viabilidad del cómic como medio para ilustrar un determinado tema me dijeron que no creían que tuviera capacidad de ser utilizado como fuente histórica. Y que Maus o Persépolis eran solo una excepción”, rememora uno de esos episodios Sáez de Adana.

Viñeta de 'El príncipe y la modista', de Jen Wang, editado por Sapristi.
Viñeta de 'El príncipe y la modista', de Jen Wang, editado por Sapristi.

Al revés, David F. de Arriba reivindica en sus clases de Ciencias Sociales de la ESO en la ciudad de Viladecans (Barcelona) el rigor y la utilidad de Los surcos del azar, de Paco Roca; El arte de volar y El ala rota, de Antonio Altarriba y Kim, o Paracuellos, de Carlos Giménez, para explicarles a los estudiantes el país donde viven. O de El príncipe y la modista, de Jen Wang, para reflexionar sobre la identidad. El profesor y divulgador Pedro Cifuentes ha ido incluso más allá: repasará él mismo la Historia de España en cómic, después de hacer lo mismo con el arte. El primer volumen, lanzado el 5 de octubre, se centra en la Prehistoria.

Viñetas del primer capítulo de 'Historia de España en cómic', de Pedro Cifuentes, editado por Desperta Ferro y dedicado a la Prehistoria.
Viñetas del primer capítulo de 'Historia de España en cómic', de Pedro Cifuentes, editado por Desperta Ferro y dedicado a la Prehistoria.

Por otro lado, en los pupitres también ha habido cambios. Hoy Tik Tok es una fuente clave de información, el manga domina entre las lecturas favoritas y, en general, la mezcla de imagen y texto es el pan de cada día. Terreno fertilísimo, pues, para el cómic. “El alumnado del siglo XXI quiere una información más breve, a veces incluso telegráfica”, destaca Gómez Trigueros. “Es muy fácil que chavales con una cultura visual tan apabullante entren a través del tebeo”, amplía Pons. De hecho, sellos como Cascaborra se están especializando en novelas gráficas de rigor histórico y divulgativo y ECC lanzará en 2023 “una línea para uso formativo, por ejemplo, para aprender matemáticas”, como anuncia su director general, Beni Vázquez. La editorial también colabora desde hace tiempo con colegios e institutos pero, de momento, a título individual. Así que Vázquez aprovecha para sugerir planes más generales, gestionados desde las comunidades autónomas.

Una viñeta de 'Subnormal', de Fernando Llor y Miguel Porto, basado en la historia del jugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta y editado por Panini Comics.
Una viñeta de 'Subnormal', de Fernando Llor y Miguel Porto, basado en la historia del jugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta y editado por Panini Comics.

Una mayor participación institucional es la petición más recurrente. “Aún estamos en una fase en que incluirlo en clase depende mucho de la implicación personal. En el currículo de Secundaria puede aparecer en la parte de Lengua y poco más. Y cuando se redactan documentos generales, está aceptado que cine y literatura sean recursos educativos de primer nivel, mientras que el cómic ahí nunca se le cita”, lamenta David F. de Arriba. “Del 1 al 5, en cuanto al reconocimiento por parte del docente, estamos en un 4. Ahora, que se implemente todavía no pasa del 1 o 2. Los contenidos que tienes que trabajar son tantos que te atropellan”, aporta Gómez Trigueros.

Los entrevistados también echan en falta más formación para sensibilizar a los profesores. Y, además de asignaturas o cursos de estudios propios, normalizar que los tebeos puedan usarse en cualquier materia. “No con un protagonismo especial, sino igual que el resto de herramientas educativas”, tercia Pons.

Hace nada, el cómic en la educación se parecía a un papel en blanco. Ahora, ya hay un esbozo de futuro prometedor. Sin embargo, las mejores viñetas de esta historia todavía están por dibujar.

Investigación, dinero y libertad

En el comunicado que anunció el nacimiento de la cuarta cátedra universitaria dedicada al cómic, en Alcalá de Henares, se destaca que también es la primera financiada íntegramente por una editorial. ECC aportará 30.000 euros anuales, al menos durante tres años, ampliables. ¿Un acto parecido al mecenazgo o se esconde algún retorno detrás? "Los estudiantes no tendrán ninguna vinculación especial con ECC. Los proyectos de la cátedra los decide única y exclusivamente el director de la misma, y el resto de las personas que la componen. No participamos en ese proceso. Nuestro papel se limita a financiar y a colaborar en aquellos proyectos en los que la cátedra considere que podemos ser útiles. Si se generan proyectos editoriales que puedan resultar interesantes para nosotros, estudiaremos la posibilidad de publicarlos, pero siempre dentro de los mecanismos y las normas que nos marque la Universidad. No es algo que descartemos, pero tampoco es uno de nuestros objetivos", jura Beni Vázquez, director general del sello. "Tenemos libertad absoluta de investigar en cualquier campo y obra. Ni la cátedra está al servicio del sello, ni viceversa", agrega el responsable universitario, Francisco Manuel Sáez de Adana Herrero.

Y el propio profesor se apresura a despejar más dudas, incluso antes de que se le pregunte al respecto. Porque la primera actividad de la cátedra será una muestra centrada en Fernando de Felipe, autor del que justo ahora ECC ha empezado a reeditar las obras principales: "Se dio la circunstancia de que de golpe surgió la disponibilidad de un espacio expositivo. Pero solo había un mes para montar el proyecto. Yo tengo relación directa con él. Y sabemos que es un autor que no ha vendido sus originales, lo que facilitaba la organización y exhibición del material. Lo habríamos hecho igual".

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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