Loulogio: el ‘youtuber’ que triunfó y lo dejó en lo más alto para escribir cómics
Isaac Sánchez decidió dejar la plataforma en 2017 para dedicarse a su vocación de siempre y ahora lleva cinco ediciones de su último título, ‘Baños Pleamar’
Pocas personas abandonarían el colchón de ingresos que suponen millones de visitas en YouTube para dedicarse a algo tan precario e idealista como dibujar tebeos. Isaac Sánchez (Badalona, Barcelona, 41 años) lo hizo y ya ha publicado su sexto cómic, Baños Pleamar. Desde pequeño supo que quería ser historietista. Se graduó en Bellas Artes y abrió su escuela de dibujo —”era algo muy de barrio, donde iban señoras a pintar bodegones”— mientras se dedicaba a su pasión. Incluso ganó el Premio Josep Coll en 2008 con El regreso del hombre pez. Sin embargo, el éxito inesperado de sus vídeos en YouTube le hizo saltar a la fama casi por error y supuso un paréntesis en su carrera de dibujante. En 2010, Loulogio —ese era su seudónimo en la plataforma— se convirtió en uno de los primeros youtubers españoles en ganar relevancia gracias a sus parodias de anuncios de la teletienda, como La chorrimanguera o Labatamanta, que acumulan millones de reproducciones.
Ilustra esa etapa de su vida con un paralelismo: “Es como si estuvieras viendo una serie que va de oficinistas y, de repente, en la tercera temporada, resulta que un oficinista es un vampiro, y dices: ‘¡Si esta serie no iba de eso!’ Fue como si el guionista de mi vida hubiera dado un volantazo y decidiera que mi vida, que iba de estar tranquilo dibujando, se transformara en un no parar de salir por todas partes, moverme, conocer gente, hacer giras… Recuerdo esa época como si yo estuviera viviendo una película que se escapaba de mi control”.
El éxito en YouTube también le abrió las puertas a llenar teatros con sus monólogos y a participar en programas de televisión, como En el aire, en el que trabajó con Andreu Buenafuente y Berto Romero: “Todo ese mundo de la farándula era muy goloso, pero en el fondo de mis tripas, sabía que no era mi sitio. Con todo lo bueno que conlleva, los regalos que me dio, la gente que he conocido, lo cambiaría todo sin pestañear por no haber dejado de dibujar durante esos nueve años. Dejé de hacer algo que me era imprescindible. Para mí, dibujar es una necesidad tan básica como respirar”.
Desde que dejó la plataforma de vídeos en 2017, Sánchez ha publicado Taxus, una trilogía fantástica ambientada en un mundo inspirado en la mitología cántabra, y la novela gráfica de superhéroes El don. En Baños Pleamar, su último cómic, publicado el pasado mayo, el autor narra la historia del lugar donde creció en los noventa: un restaurante al lado del mar en Badalona. Sánchez describe la acogida de esta obra como “abrumadora”: “No solo lleva ya cinco ediciones en cinco meses, sino que cada día recibo mensajes de lectores emocionados o me encuentro en las firmas a personas con los ojos llorosos de haber conectado con la historia. Tiene una chispilla que atrae. Quizás sea algo tan etéreo como la verdad”. En su brazo derecho, Sánchez tiene tatuado un fragmento de un poema de Gabriel Celaya: “Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”. “En Baños Pleamar me he manchado tanto que igual me he pasado. He sido brutalmente honesto”, apunta.
La repercusión de su obra animó a Daniel Aldonza, el propietario de la galería madrileña El Arte del Cómic, a dedicar una exposición a los originales de Baños Pleamar. Cuando hace dos semanas Sánchez bajaba las angostas escaleras de la galería para descubrir la sala dedicada a su obra exclamó, felicitando a Aldonza: “¡Qué pasada, qué bien distribuido está el espacio!”. Ese día el catalán cumplía 41 años y la inauguración de la muestra con sus viñetas originales parecía un regalo a medida para este apasionado del tebeo. Durante la entrevista con EL PAÍS se mostraba dispuesto a realizar todas las virguerías que le pedía el fotógrafo, mientras lo entretenía con anécdotas de su familia: “Los de la portada somos mi familia y yo. Mi madre era monja de clausura hasta que conoció a mi padre, que era un cantaor comunista, y se fugaron los dos”.
Ahora lo que Sánchez llama “la historia más importante de su vida” se va a traducir al inglés y al francés: “Me llamaron desde una de las editoriales más importantes de Europa para decirme: ‘Oye, esto ha llegado a nuestras manos y queremos publicarlo”. También prepara dos cómics que saldrán en 2023. “El primero es La intención de la medusa y va a ser una historia que mezcla la tragedia griega con un pueblecito andaluz, algo muy lorquiano y poético que hace grande lo pequeño. Mi padre era granadino y cada vez que piso esa tierra siento que estoy como en mi otro hogar”, cuenta.
El otro cómic se llamará Mi mejor año y tratará de sus vivencias mientras hace el de la medusa: “Me he percatado de que tengo una vida con muchos contrastes y curiosidades que llaman la atención a la gente, y quiero reflejar este momento en el que estoy experimentando muchos cambios, porque sigo siendo una figura pública. Quiero ser jugón a la hora de contarlo, experimentar con la narrativa, el metalenguaje y que sea un cómic raro, sorprendente”.
Sánchez es consciente de que su época en el estrellato le ha dado mucha visibilidad en un mundo laboral en el que ganarse la vida no es fácil, ya que la mayoría de los historietistas emigran a EE UU o Alemania, donde este trabajo está mejor remunerado. “Agradezco el impulso de YouTube, pero me lo quiero merecer. Quiero que mi producto hable por mí”. Decidió no firmar sus obras como Loulogio, sino como Isaac Sánchez.
No obstante, hay razones para creer que sin YouTube su carrera de dibujante habría funcionado: a sus 18 años, Planeta DeAgostini le contrató para hacer un cómic en su línea de autores españoles Laberinto: “Tenía dos números dibujados cuando cerraron la línea, porque no era rentable, justo antes de que sacaran el mío. La editorial con la que publico ahora, Dolmen, escribió entonces un artículo sobre el cierre, y añadió algunas páginas de mi cómic con el pie de foto: ‘Página de Isaac Sánchez, una joven promesa”, relata con una sonrisa.
Abriendo boca me encuentro con una página a lápiz de cuando me ficharon para publicar una historieta de superhéroes en planeta de Agostini. Tenía 17 años. pic.twitter.com/26G0590Ulg
— Isaac Sánchez 🌊 (@Loulogio_Pi) July 17, 2022
En su canal de Twitch, en el que sigue haciendo directos desde que dejó YouTube, el historietista ha asegurado varias veces tener la certeza de que, algún día, sacará una obra de cómic que emocionará al mundo entero. Buenafuente le dijo al principio de los 2010 que La Batamanta era su Mediterráneo, pero él apostilla: “Es muy probable que Baños Pleamar se convierta en mi nuevo Mediterráneo, porque es el primer cómic que he sacado que tiene un peso y un nombre que me otorgan cierta entidad. Y, literalmente, acontece a orillas de ese mar”.
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