Luis Landero gana el Premio Nacional de las Letras: “Al mirar al pasado veo que siempre he escrito con la misma pasión”
El jurado distingue al autor por su “excelente escritura” que recupera la tradición cervantina con dominio del humor y la ironía
Luis Landero (Alburquerque, Badajoz, 74 años) ha sido distinguido hoy con el Premio Nacional de las Letras. El autor de las memorias El balcón en invierno (Tusquets) debutó en el mismo sello en 1989 con Juegos de la edad tardía, novela con la que obtuvo el Premio de la Crítica de Narrativa Castellana, así como el Premio Nacional de Narrativa. Tenía entonces 40 años. Este lunes, tras conocer la noticia del fallo del jurado, Landero recordaba el efecto que tuvo aquel primer premio: “Fue un impulso y un freno, porque entonces sentí un exceso de responsabilidad y eso es malo para la escritura, como también lo es una falta absoluta de responsabilidad. Al final, son cosas coyunturales que van cambiando”.
Desde aquel fulgurante debut, Landero ha publicado 15 libros más, de ellos 10 novelas, que han marcado de manera decisiva las últimas décadas de la literatura en España, ocupando un lugar destacado y enormemente personal en la que se dio en llamar “nueva narrativa española” nacida en los años ochenta y los noventa. Él dice no sentir un fuerte vínculo generacional, pero estar “muy contento” de formar parte de ese grupo de escritores que coinciden “en esos años de cambio”.
La noticia del premio le sorprendió al autor conduciendo camino de Badajoz. En un largo atasco paró, vio el móvil y habló con el ministro Miquel Iceta. Han transcurrido 34 años entre el Premio Nacional de Narrativa y el de las Letras, pero el autor explicaba por teléfono a EL PAÍS que él no echa la vista atrás desde el punto de vista de los galardones. “Vas cumpliendo años y, al mirar al pasado, veo que siempre he escrito con la misma pasión con la que escribí los primeros versos a los 15 años, porque fui un escritor precoz, aunque tardara en publicar”, afirmaba. “La literatura ha sido lo más importante en mi vida y no he escatimado esfuerzos, ha sido una pasión innegociable. Por eso me siento en paz, con la sensación de haber cumplido”.
Landero probó suerte en el mundo de la música y el flamenco antes de volcarse en la literatura, y siempre ha compaginado su carrera como novelista con su trabajo como profesor en Madrid, en el instituto Calderón de la Barca de Madrid y en la Escuela de Arte Dramático, y más adelante, en la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
El jurado ha distinguido al autor “por ser un extraordinario narrador, creador de numerosas ficciones con personajes y atmósferas de gran expresividad y excelente escritura, recuperando la tradición cervantina con dominio del humor y la ironía e incorporando con brillantez el papel de la imaginación”.
Además, el jurado ha señalado que “Luis Landero pertenece a la primera generación de la democracia española” y ha destacado su “papel fundamental” en la renovación de la literatura española. “Su primera novela, publicada en 1989, fue un hito literario y, en cierto modo, histórico. Ha mantenido, con el mismo afán, el pulso y la originalidad que ya asomaron en sus comienzos literarios y que le ha llevado a conservar entre sus lectores una enorme capacidad de asombro”, concluye.
En el primer libro de memorias de Landero, El balcón en invierno, al que siguió El huerto de Emerson, el escritor reflexionaba sobre su vocación literaria: “A veces caigo en la tentación de pensar que a mí en realidad no me gusta escribir, que a mí lo que me hubiese gustado es una vida de acción, y que todo esto de la escritura es el fruto de un espejismo, de un malentendido vocacional que se originó allá en la adolescencia, y que por tanto he equivocado mi vida. La literatura me ha llevado además a estudiar filología y a ser profesor de literatura, a casarme con una filóloga, también profesora de literatura, a tener amigos filólogos, a abarrotar la casa de libros literarios”. Traducido a más de una docena de idiomas, en 2022 publicó su último libro, Una historia ridícula, que escribió durante el confinamiento.
El Premio Nacional de las Letras está dotado con 40.000 euros. El galardón fue creado en 1984 y el primer ganador fue el autor en lengua catalana Josep Vicenç Foix. En ediciones más recientes han sido premiados Rosa Montero (2017), Francisca Aguirre (2018), Bernardo Atxaga (2019), Luis Mateo Díez (2020) y José María Merino (2021). Las bases del premio establecen que no puede declararse desierto ni concederse a título póstumo.
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