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El nuevo Museo Guggenheim en Urdaibai choca con la resistencia de los ecologistas

La Diputación de Bizkaia anuncia 40 millones para el proyecto y se alía con el Gobierno para obtener financiación de los fondos europeos

Urdaibai
Vista del astillero Murueta, en la bahía de Urdaibai (Bizkaia).Javier hernández
Mikel Ormazabal

La expansión del Guggenheim de Bilbao hacia la costa de Urdaibai vuelve a tomar impulso. La Diputación de Bizkaia ha anunciado que destinará 40 millones de euros a la construcción de una nueva sede del museo en este espacio natural protegido, la única zona del País Vasco declarada reserva de la biosfera por la Unesco. El proyecto prevé trasladar a este ámbito un modelo museístico que “fomentará el diálogo activo entre el arte y el paisaje”. El segundo Guggenheim contará con dos localizaciones, una en Gernika y otra en Murueta, que estarán unidas por una senda verde de cinco kilómetros de longitud. Colectivos ecologistas coordinados por la plataforma Zain Dezagun Urdaibai (Cuidemos Urdaibai) se han puesto en pie de guerra, denuncian que se va a cometer un “atropello medioambiental” y han presentado alegaciones al plan urbanístico que promueve la Diputación de Bizkaia.

La idea de ubicar otro Guggenheim en Urdaibai, complementario al edificio de titanio que se abrió en 1997 en la capital vizcaína, se remonta a 2008. En estos casi 15 años, el plan inicial ha ido evolucionando hasta llegarse a un concepto de museo bicéfalo, con una sede en Gernika y otra en Murueta. El director del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, explicó recientemente a EL PAÍS que el proyecto de Urdaibai es una mejora “cualitativa” del museo de Bilbao. Lo califica como “una antítesis y un complemento” del icono de Frank Gehry que está concebido como una instalación singular, pensada para realizar “una visita lenta” que pondrá el “énfasis en la relación entre el arte, el paisaje y la ecología”.

El último cálculo económico cifra en 127 millones la inversión necesaria para acometer la “ampliación discontinua” del Guggenheim. Una gran parte de la financiación se fía a la obtención de recursos de los fondos europeos Next Generation. La Diputación de Bizkaia y el Ministerio de Transición Ecológica han firmado esta semana un protocolo que supone un espaldarazo político al proyecto. Además, el Gobierno asume el compromiso de canalizar la petición a Bruselas de ayudas que se destinarán al nuevo museo. Por esta vía europea se esperan recibir 81 millones, a los que se sumarían los 40 que va a consignar la institución foral. El futuro museo en la costa captaría a 148.000 visitantes al año, según la memoria presentada hace un año por el centro bilbaíno; su explotación contribuiría a mantener 692 empleos y generaría una riqueza de 39 millones anuales.

El río Oka a su paso por Murueta, muy cerca de donde iría enclavado el nuevo museo Guggenheim del Urdaibai.
El río Oka a su paso por Murueta, muy cerca de donde iría enclavado el nuevo museo Guggenheim del Urdaibai.Javier hernández

La propuesta que está ahora sobre la mesa consiste en convertir la antigua fábrica de cubiertos y menaje La Dalia, en el término de Gernika (17.000 habitantes), en un centro de estudio y residencia de artistas. De este punto saldría una vía verde en paralelo al río Oka y pasaría por terrenos de los municipios de Forua (928 vecinos) y Kortezubi (444). Esta senda permitiría llegar andando, en bicicleta o mediante vehículo eléctrico hasta las actuales instalaciones del astillero Murueta, donde trabaja medio centenar de personas en una superficie de 43.000 metros cuadrados. Aquí, en una área alejada del centro urbano de Murueta (300 habitantes) se instalaría un observatorio, un museo y espacio expositivo. “El concepto de vanguardia planteado para la ampliación aunará la residencia de artistas e investigadores y la organización de programas educativos, más allá de la colección permanente y las exposiciones temporales” ubicadas en “un contexto de excelencia ecológica y arquitectónica”.

Vista del estuario de Urdaibai en Murueta (Bizkaia).
Vista del estuario de Urdaibai en Murueta (Bizkaia).Javier hernández

Erroxeli Ojinaga, portavoz de Zain Dezagun Urdaibai, sostiene que el proyecto es “la muerte anunciada” para la comarca de Busturialdea, donde está enclavado el estuario de Urdaibai. La ampliación del Guggenheim, opina, “es un tiro en la nuca al régimen de protección”. Llama la atención la “masificación del turismo” que sufrirá este entorno si se cumplen las previsiones oficiales y se reproduzcan así los “problemas” que se vienen dando en otros puntos de interés para el visitante, como Gaztelugatxe, donde se han tenido que imponer restricciones para preservar su estado. Los ecologistas advierten de que el proyecto museístico contraviene las normativas ambientales y atenta contra la declaración de este espacio natural incluido en la red europea Natura 2000 y declarado como Zona de Especial Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

“Soy extremadamente crítico con el proyecto, porque para poner un museo Guggenheim en Urdaibai, de los muchos que han ido fracasando a lo largo del mundo, vamos a acabar con algo que no existe en ningún otro sitio del mundo: la reserva de la biosfera de Urdaibai, que las instituciones llevan dejándola morir durante años. Ahora han decidido darle la puntilla al ponerlo en la zona”, sentencia el exparlamentario de Berdeak Equo Joserra Becerra.

Los grupos ecologistas han presentado alegaciones a la modificación del Plan Territorial Parcial del Área de Busturialdea, un trámite obligado para dar cabida al nuevo museo en Urdaibai, y solicitan que se emita un informe desfavorable al estudio de impacto ambiental. Óscar Padura, de Eguzki, considera que autorizar la ampliación supondría ejecutar “unas obras, usos e instalaciones que producirían daños permanentes, irreversibles y afecciones significativas sobre el patrimonio natural cultural de la reserva de la biosfera”. Además, citan los opositores al proyecto, este “incumple las determinaciones y fines protectores establecidos por la legislación de protección del medio ambiente y la biodiversidad, de defensa del dominio público y de sus zonas de servidumbre”.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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