Nabucco vuelve al Teatro Real 151 años después
La ópera de Verdi, que no se representaba en este escenario desde 1871, cierra la temporada con 15 funciones
Es la tercera ópera que escribió Giuseppe Verdi, en la que empieza a forjar su propio estilo. La que le convirtió en un compositor admirado y de las más representadas en los teatros de ópera del mundo (en el puesto 11 en 2021, según Operabase). Nabucco es muy popular, sí, pero llevaba 151 años sin programarse en el Teatro Real. ¿Por qué? “A mí también me gustaría mucho saberlo”, responde con una sonrisa Joan Matabosch, director artístico del Real. La racha se acaba ahora, con 15 funciones que el teatro ofrece del 5 al 22 de julio, una producción del Teatro Real y la Ópera de Zúrich que se estrenó en 2019.
La última función de Nabucco en este teatro fue el 9 de febrero de 1871. Se bajó el telón y no se volvió a subir aquí para esta obra de Verdi. Matabosch no tiene claros los motivos: “Supongo que, en un momento dado, se vio afectada por el hecho de que para los cantantes es una obra tremenda. Lo que está claro es que ya tocaba volverla a hacer”, reconoce. Así que a partir del 5 de julio revivirá sobre el escenario una obra que convirtió al propio Verdi en héroe nacional. La historia de Nabucco, rey de los babilonios, y sus dos hijas. Pero también la historia del pueblo hebreo que, unido, hace frente a la tiranía de este monarca.
Un trasfondo político que el público italiano de finales del siglo XIX sintió como propio. “En el pueblo hebreo esclavizado por Babilonia, Italia veía su propia situación frente a la ocupación austriaca en ese momento”, cuenta Andreas Homoki, director de escena de esta producción, durante su presentación a la prensa este lunes. El contexto político se entrevera con la historia familiar del propio Nabucco. Su poder está en declive y cada una de sus hijas toma un camino distinto. “La primera ve que el viejo sistema, el que representa su padre, no tiene futuro. Incluso se enamora de un hebreo y cambia para convertirse en parte de ese nuevo movimiento. La otra no puede aceptar el declive del sistema tradicional. Lucha porque sobreviva y lo impone a la fuerza”, resume Homoki el argumento de la ópera. Nabucco acaba también dándose cuenta de que el viejo sistema no va a sobrevivir y rectifica. Algo con lo que bromea el director de escena: “No ocurre con los dictadores reales, pero al menos en el teatro sí”.
Pueblo opresor y pueblo oprimido. Con estos mimbres resulta inevitable que durante la rueda de prensa en el Teatro Real salga en varias ocasiones la palabra Ucrania. Si el público italiano del XIX vio en la lucha de hebreos contra babilonios su propia resistencia contra la dominación austriaca, ¿qué verá el público de 2022? ¿Verá la invasión rusa? Responde Homoki: “Es un tema universal que aparece una y otra vez por desgracia en todas las sociedades humanas. Es triste que sea tan actual debido a la situación que se vive en Ucrania. Nosotros hemos querido ajustarlo al tiempo de Verdi. Sí, se puede pensar en el conflicto actual, desde luego, pero lo que nosotros hemos querido reflejar es esa polaridad”. Se refiere el director de escena al contraste entre esos dos mundos, viejo y nuevo sistema, que se consigue en esta producción gracias al vestuario, que disfraza a babilonios y hebreos, de austriacos, con lujosos trajes, e italianos, con atuendos humildes. Un vestuario que destaca sobre un escenario austero. “La ópera tiene cuatro actos y cada uno de ellos cuenta con dos sets distintos. Esto nos obligaba a montar ocho escenografías. Lo cual es imposible. Decidimos que la mejor manera de representar el cambio continuo era sin escenografía, para que los personajes pudieran expresarse y tener libertad. Obvio no habrá un escenario vacío, pero tampoco una localización específica”. Cuenta Homoki que así consigue que la historia fluya.
También la música, que incluye novedades para la época. Nicola Luisotti, director musical de este Nabucco, explica que hasta ese momento los compositores hacían un uso de los metales muy limitado y que Verdi llena la orquestación de trompas, trompetas y trombones. “Consigue más fuerza, más representación del pueblo y el italiano se ve enseguida reconocido”, matiza el director musical. Porque el protagonista de esta ópera no es el rey de Babilonia, sino el pueblo hebreo. Es quien se encarga de hacer brillar el fragmento más conocido de toda la obra, el Va pensiero. “Es curioso porque tiene una estructura vocal y musical de aria. Es una reivindicación muy explícita porque Verdi le entrega una obra que se suele dar a tenores, sopranos… Nunca al coro”, cuenta Matabosch. Que trascendiera de la propia ópera para ganar entidad propia y convertirse en un himno se explica con la clave que da Luisotti: “Es un coro increíble de un pueblo encadenado. No se puede mover, pero cerrando los ojos puede volar. Eso es lo que siente cuando canta el Va pensiero: ‘No puedo viajar, estoy encadenado, pero soy libre. Libre de pensar”.
Ficha técnica
Nabucco: Luca Salsi (5, 14, 18, 21 jul), George Gagnidze (6, 9, 12, 15, 19 jul), Gabriele Viviani (8, 11, 16, 22 jul), Luis Cansino (13, 20 jul)
Ismaele: Michael Fabiano (5, 6, 8, 9, 11, 14, 15, 18, 19, 21 jul), Eduardo Aladrén (12, 13, 16, 20, 22 jul)
Zaccaria: Dmitry Belosselsky (5, 8, 11, 14, 18, 21 jul), Roberto Tagliavini (6, 12, 15, 19, 22 jul), Alexander Vinogradov (9, 13, 16, 20 jul)
Abigaille: Anna Pirozzi (5, 8, 11, 14, 18, 21 jul), Saioa Hernández (6, 9, 12, 15, 19, 22 jul), Oksana Dyka (13, 16, 20 jul)
Fenena: Silvia Tro Santafé (5, 8, 11, 14, 18, 21 jul), Elena Maximova (6, 9, 12, 15, 19, 22 jul), Aya Wakizono (13, 16, 20 jul)
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