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Columna
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‘Va, pensiero’

La verdadera cultura es el espacio donde se ventila la vida

Manuel Rivas

Hemos pasado el invierno muy presionados bajo el nuevo autoritarismo atmosférico de la ciclogénesis explosiva, que ha venido a sustituir el antiguo régimen de la borrasca. Ahora la primavera se adelanta, y esto no es un reclamo comercial. Comienza exactamente mañana, domingo día 9, en Madrid, con la manifestación en defensa de la cultura. Además de los almendros del Retiro, de los bañistas desnudos de Paul Cézanne, y de la naturaleza insurgente de las fotografías de Sebastião Salgado, se han sumado a esta fiesta contra el malestar de la cultura hasta los bisontes de Altamira y los caballos de Velázquez, con esa mirada inteligente de la que carecen sus jinetes. Esta que va a unir en la calle a arqueólogos y bailarinas, a magas y filósofos, a bibliotecarias y pertiguistas de sonido, es una marcha singular en la historia de España. Por el número y la pluralidad de convocadores, y por ese acierto de hacer de la protesta un acto creativo, un lugar germinal que ocupe el deslugar, la tierra quemada por la política babilónica de este Gobierno, que ha vuelto a hacer de la cultura un espacio de exilio interior, un ecosistema deprimido, amenazado de extinción. Del exilio habla va, pensiero (¡ve, pensamiento...!) el coro de Nabucco,tal vez el canto más popular y comprometido de una ópera de Verdi. En Madrid lo interpretará un coro de coros, con más de mil personas. En realidad, debería considerarse convocada toda la gente. También las televisiones públicas con sus cámaras. La verdadera cultura es el espacio donde se ventila la vida. La sustracción cultural y educativa, ilustrada con este Estado ratero que elimina becas de estudios y fondos para las bibliotecas, es una deriva que conduce a un pútrido país. Pero ahí está la primavera de Madrid. La gente parecía resignada: estaba cavilando. Parecía rendida. También los almendros parecían rendidos. Y ahí los tienen, incandescentes, en flor, manifestándose.

 

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