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El dramaturgo Juan Mayorga gana el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2022

El escritor y académico madrileño es el autor español vivo más representado en los escenarios internacionales

Juan Mayorga posa este miércoles en el Teatro de la Abadía de Madrid tras ser galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2022.
Juan Mayorga posa este miércoles en el Teatro de la Abadía de Madrid tras ser galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2022.Luis Sevillano
Raquel Vidales

Juan Mayorga (Madrid, 57 años), el dramaturgo español vivo más representado en el mundo actualmente, ha sido galardonado este miércoles con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2022. El escritor, que ocupa desde 2019 el sillón M de la Real Academia de la Lengua (RAE), es autor de obras fundamentales del teatro español contemporáneo como Cartas de amor a Stalin (1997), Himmelweg (2003), Hamelin (2005), El chico de la última fila (2006), El cartógrafo (2009), Reikiavik (2012) y las más recientes El Golem (2015) y Silencio (2022). Muchas de sus piezas han sido estrenadas en los cinco continentes y traducidas a más de 30 idiomas. Con esta distinción corona una carrera de reconocimientos en la que destacan el Premio Europa Nuevas Realidades Teatrales (2016), el Nacional de Teatro (2007) y el Nacional de Literatura Dramática (2013). El pasado febrero fue nombrado director del Teatro de la Abadía de Madrid.

Desde su despacho en ese teatro contestaba el dramaturgo esta mañana a la llamada de EL PAÍS con su habitual cordialidad y restándose méritos, aunque muy agradecido por la distinción. “Son incidentes que pasan…”, bromeó para empezar la conversación, antes de confesar lo que le dijo al jurado cuando le telefonearon para comunicarle la noticia: “Desde que en séptimo de EGB me pusieron un nueve por una redacción, nunca he podido despegarme de la sensación de que los reconocimientos que recibo son desmesurados. En este caso, dada la altura del galardón, con más intensidad todavía. Pero lo tomo como siempre en estas ocasiones: con la convicción de que un premio no te lo dan tanto por lo que has hecho como por lo que esperan que hagas”.

El jurado que le ha otorgado el premio, presidido por Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, ha destacado en su argumentación “la enorme calidad, hondura crítica y compromiso intelectual de su obra”, que resume en “acción, emoción, poesía y pensamiento”. Una alabanza que ha alegrado de manera especial al dramaturgo: “Siempre he pensado que el teatro tenía que ofrecer lo que significan esas cuatro palabras. Y justo quiero que ese sea el lema que guíe mi etapa como director de la Abadía”.

El autor se siente particularmente contento también porque con el reconocimiento a su trabajo “se señala también la relevancia de la literatura dramática, tan postergada habitualmente”, recuerda. “Y con ello se señala también al teatro, pues la literatura dramática no existe sin el teatro. Por eso considero que una parte de este premio es también para los actores, directores, escenógrafos, vestuaristas y todos los artistas y técnicos que me han acompañado en mi trayectoria. Y por supuesto, el público”. Es el tercer dramaturgo que obtiene el galardón tras Francisco Nieva en 1992 y Arthur Miller en 2002.

Hondura ética y moral

El director de la RAE ha destacado también que Mayorga ha propuesto “una formidable renovación de la escena teatral, dotándola de una preocupación filosófica y moral que interpela a nuestra sociedad, al concebir su trabajo como un teatro para el futuro y para la esencial dignidad del ser humano”. En efecto, la escritura del autor se ha caracterizado desde sus comienzos por su hondura ética y moral, marcada claramente por su doctorado en Filosofía. Varias de sus piezas atraviesan momentos y dilemas cruciales de la historia europea. Desde Cartas de amor a Stalin, construida a partir de las cartas que el novelista y dramaturgo Mijaíl Bulgákov escribió a Stalin para que le permitiera salir de la Unión Soviética cuando la censura se abatió sobre su actividad literaria, hasta Himmelweg, localizada en un campo de exterminio nazi, pasando por la recreación que hace en Reikiavik de la mítica partida de ajedrez que jugaron el estadounidense Bobby Fischer y el soviético Boris Spassky en plena Guerra Fría.

El dramaturgo, durante su discurso de ingreso en la Real Academia Española.
El dramaturgo, durante su discurso de ingreso en la Real Academia Española.Jaime Villanueva

Es, además, licenciado en matemáticas y eso se nota igualmente: en la precisión de su lenguaje, la síntesis temática, la abstracción y su calculada estructura. El propio autor lo ha reconocido en más de una ocasión: “Un matemático es alguien que reconoce la afinidad entre formas y la filosofía es el asombro radical, la interrogación sobre uno mismo”. No es solo una teoría: en la poética de sus textos se refleja esa afirmación. Se advierte bien en El chico de la última fila, posiblemente su obra más conocida más allá del teatro, porque fue adaptada al cine por François Ozon en 2012 en su película En la casa, en la que disecciona la relación entre un profesor de literatura de instituto y un alumno. También en Hamelin, una mirada a los abusos sexuales en toda su complejidad. Pero no se ha privado tampoco de la comedia, género que ha estirado habitualmente hacia la parodia y el absurdo en piezas como Famélica, Intensamente azules, El mago o la delirante y célebre Alejandro y Ana. Lo que España no pudo ver del banquete de la boda de la hija del presidente, estrenada por la compañía Animalario en plena era Aznar.

Mayorga es el nombre más visible de la generación que renovó la escena española después de la Transición. Una generación en la que se incluyen nombres como Andrés Lima, Angélica Liddell, Rodrigo García o Sergi Belbel, que empezó a brotar en los ochenta y se consolidó en los noventa con el empuje de los teatros públicos y las salas alternativas. En los últimos tiempos el autor ha salido de su cubículo de escritor para dirigir algunas de sus propias obras, lo que ha hecho hasta la fecha con seis piezas: La lengua a pedazos (2012), Reikiavik (2015), El cartógrafo (2016) e Intensamente azules (2018), El mago (2018) y Silencio (2022). Esta última, de hecho, ha sido uno de los grandes éxitos de la temporada actual. Se trata de la adaptación de su discurso de ingreso en la RAE, una disertación literaria sobre el sentido y los significados de la palabra “silencio”, con un repaso también a los grandes silencios de la historia del teatro. Aquel día, en su alocución ante los académicos, el autor confesó que se había sentido tentado, como suele hacer en su oficio, de pedirle a un actor que tomara su lugar para pronunciar por él las palabras que había escrito, lo que finalmente acabó haciendo Portillo tres años después. Se estrenó el pasado 7 enero en el Teatro Español de Madrid y reventó la taquilla tanto en ese escenario como en todas las plazas en las que se ha representado después durante su larga gira, que continuará el curso que viene.

Juan Mayorga Alfredo Sanzol El Golem
Alfredo Sanzol y Juan Mayorga, el pasado febrero en vísperas del estreno de 'El Golem'.Aitor Sol

El premio le llega a Mayorga en un año centelleante para el dramaturgo. Empezó con el gran éxito de Silencio. El 4 de febrero fue nombrado director del Teatro de la Abadía de Madrid. El 25 de ese mismo mes el Centro Dramático Nacional estrenó su obra El Golem, con puesta en escena del director de la institución, Alfredo Sanzol, que también cosechó grandes alabanzas. Se trata de una pieza que terminó en 2015, pero que decidió reescribir durante el primer confinamiento por la pandemia al encontrar un paralelismo entre el texto original y la situación que estaba viviendo en ese momento: el sistema de sanidad pública colapsa y un paciente que sufre una rara enfermedad está a punto de verse obligado a abandonar el hospital donde recibe tratamiento.

Un importante grueso de su obra está recogido en el volumen que reúne las obras que escribió entre 1989 y 2014, editado por La Uña Rota. Este mismo sello ha publicado también otro volumen con sus piezas breves, titulado Teatro para minutos, así como sus ensayos hasta 2016, recogidos en Elipse.


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Sobre la firma

Raquel Vidales
Jefa de sección de Cultura de EL PAÍS. Redactora especializada en artes escénicas y crítica de teatro, empezó a trabajar en este periódico en 2007 y pasó por varias secciones del diario hasta incorporarse al área de Cultura. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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