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El rey emérito protagoniza una sátira actualizada de Dario Fo y Franca Rame: “Explicaciones, ¿de qué?”

La obra ‘Descarados’ adapta a la realidad española un texto del Nobel italiano y su mujer en un montaje estrenado en Valencia. “Mi abuelo estaría encantado”, asegura la nieta de ambos

Juan Gea, Jaele Fo y Santiago Sánchez, con un cartel de la obra 'Descarados' al fondo, en el teatro Talía de Valencia, este miércoles.
Juan Gea, Jaele Fo y Santiago Sánchez, con un cartel de la obra 'Descarados' al fondo, en el teatro Talía de Valencia, este miércoles.KIKE TABERNER
Ferran Bono

“Explicaciones, ¿de qué?” es lo último que se ha introducido en el diálogo de la obra Descarados. Una frase calentita y ya célebre que contestó el rey emérito Juan Carlos cuando el pasado fin de semana le preguntaron si iba a dar explicaciones de su comportamiento. El director teatral Santiago Sánchez decidió este miércoles incluirla en la función vespertina del montaje, que se representa desde abril en Valencia. Lo explicaba horas antes en una cafetería en compañía del actor Juan Gea, que interpreta al rey emérito, y de Jaele Fo, actriz y nieta de Dario Fo y Franca Rame, autores de la obra Sirenas, trompetas y pedorretas, que ha sido adaptada a España y actualizada en Descarados. “Mi abuelo estaría encantado”, comenta la familiar, de 24 años, del ganador del Premio Nobel italiano, fallecido en 2016

Juan Gea apura el café, imposta la voz y con un tono nasal pronuncia, sin apenas vocalizar: “Explicaciones, ¿de qué?”. De inmediato, un comensal de la mesa contigua se gira entre sorprendido y divertido. “No se trata de una imitación, para eso ya está Carlos Latre. Es buscar unas actitudes, unos andares, una voz para dar con el personaje, que también se ríe de sí mismo”, señala el veterano intérprete, que no deja de firmar autógrafos (dentro y fuera de España) tras el éxito de la serie de TVE El Ministerio del Tiempo, en la que interpreta a Ernesto Jiménez.

En Descarados encarna a dos personajes en un tour de force: el pobre mecánico del Palacio de la Zarzuela que por azar se ve envuelto en un intento de secuestro del rey emérito, y el propio Juan Carlos I, que adopta los rasgos del primero tras una errónea operación facial. Se trata de una sátira, una comedia con espías del CNI, policías machirulos, reyes que no recuerdan haber trabajado nunca y curritos adeptos al poliamor. El montaje, de la compañía L’Om Imprebís (en coproducción con el Teatro Olympia), está teniendo un notable éxito de público en el teatro Talía desde su estreno el 28 de abril (permanecerá en cartel hasta el 5 de junio e iniciará en agosto una gira por España).

Es un espectáculo premeditadamente popular, que busca la carcajada, la irreverencia, la payasada, las situaciones rocambolescas y la crítica a los poderosos. “Así es el teatro de Fo y de su mujer Franca Rame, divertido y político. Creo que esta risa es higiénica y necesaria. En realidad, no hemos cambiado mucho del original, que escribieron a propósito del secuestro por las Brigadas Rojas del político Aldo Moro, asesinado en 1978 porque los dirigentes no hicieron nada para evitarlo. Fo se plantea qué hubiera pasado si en vez de Moro se hubiera secuestrado a un gran empresario como a Agnelli; seguro que los políticos sí habrían actuado”, comenta Sánchez. También Fo acostumbraba a introducir modificaciones en sus textos basadas en la actualidad del momento.

En una función, la forma tan particular y reiterativa de la carcajada de una espectadora provocó que Lola Moltó, que interpreta el papel coprotagonista, y Juan Gea se contagiaran y tuvieran que parar un momento la escena. “El público nos entendió perfectamente y no dejaba de reírse también”, explica quien antes de ser actor fue trabajador bancario, hasta que el director Miguel Narros se lo llevó de Valencia a Madrid para hacer teatro a principios de los ochenta.

El público se lo pasa en grande con la sátira, a tenor de lo observado en la función del pasado domingo. Sobre todo con los guiños, los gestos y los latiguillos del rey emérito, que la mayor parte de los espectadores identifican a la primera, pero también con el resto del montaje, que tiene algo de vodevil y hunde sus raíces en la antigua comedia del arte italiana, que tanto le gustaba a Fo, un teatro muy popular que mezcla componentes de diferentes tradiciones como el carnaval o el mimo y recurre a personajes arquetípicos con los que el público se identifica de inmediato.

El director de l'Om Imprebís, Santiago Sánchez;  la actriz y nieta de Dario Fo y Franca Rame, Jaele Fo; y el actor Juan Gea, que encarga al rey emérito, en el escenario del Teatro Talia.
El director de l'Om Imprebís, Santiago Sánchez; la actriz y nieta de Dario Fo y Franca Rame, Jaele Fo; y el actor Juan Gea, que encarga al rey emérito, en el escenario del Teatro Talia.

Santiago Sánchez ya montó en 1992 una adaptación de Sirenas, trompetas y pedorretas en la época de los fondos reservados y aquella vez con un personaje que guardaba similitudes con el entonces todopoderoso banquero Mario Conde. Ahora, la situación actual de España le ha motivado a volver sobre un autor al que conoció en vida y del que guarda el recuerdo de una persona que estaba siempre bromeando, con un sentido lúdico y crítico de la vida.

El binomio formado por Dario Fo y Franca Rame es uno de los referentes de la compañía L’Om Imprebís. La primera puesta en escena de su director, Santiago Sánchez, en 1982 fue Muerte accidental de un anarquista, uno de los hitos del teatro de la segunda mitad del siglo XX.

Los recuerdos de la nieta y responsable del archivo de Dario Fo y Franca Rame, junto a su padre, Jacopo, son de un abuelo que se levantaba muy temprano para pintar y trabajar y que leía la prensa con ayuda al final de su vida, cuando perdió parte de la vista a causa de un ictus. De su abuela, que llegó a ser senadora y falleció en 2013, rememora su carácter combativo, activo, y sus llamadas por teléfono a quien fuera para cumplir con el requerimiento de ayuda de unos trabajadores.

Jaele Fo, que está ensayando una obra teatral en Roma, conoce la situación general de Juan Carlos I por las informaciones que se han publicado en Italia, pero ignoraba los detalles y las novedades introducidas en el montaje que iba a ver ayer por la noche. Solo sugiere que su abuelo, con toda probabilidad, no hubiera desperdiciado la oportunidad de escribir sobre el rey emérito, como en su momento lo hizo sobre el hombre más poderoso de Italia, el entonces presidente de la República de Italia, Silvio Berlusconi. El anómalo bicéfalo se titulaba aquella sátira política, estrenada en Roma en 2003 en medio de una gran tensión por los intentos de censura y las numerosas amenazas telefónicas a Fo, que ganó el Nobel de Literatura hace ahora 25 años. El propio dramaturgo y su mujer interpretaron la obra.

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Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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