El ministro de Cultura promete que en abril entrará en vigor un “nuevo contrato laboral” que recoja la intermitencia de los creadores
Miquel Iceta y su homólogo de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, relatan en una rueda de prensa nuevos avances en el desarrollo del Estatuto del Artista
Nuevo lanzamiento, gira, una función o una conferencia cada día, varias semanas sin parar. Pero, luego, siempre llega un parón. De actividad. Y de ingresos. Hasta la siguiente creación. Muchos trabajos artísticos no entienden de largas permanencias. Al revés, “se definen por su intermitencia”, como aseguró este jueves el Ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, en una rueda de prensa. Por ello, el Consejo de Ministros aprobará a lo largo del mes un nuevo “contrato laboral artístico de duración temporal” adecuado a las características específicas del sector. Y estará en vigor el 1 de abril, salvo imprevistos, según prometió Iceta.
“Los trabajadores de la cultura tienen unas especificidades que deben ser reconocidas”, destacó el ministro. Iceta comparecía junto con su homólogo de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, para relatar avances en el desarrollo del Estatuto del Artista, el conjunto de normas que el sector reclama desde hace años para reducir su indefensión legal. Porque, allá por 2018, una subcomisión ad hoc en el Congreso elaboró un informe con unas 70 propuestas para mejorar la vida laboral de los creadores. Fue aprobado con el apoyo unánime de todos los partidos. Y sin embargo, desde entonces solo un puñado de esas ideas se ha convertido en realidad. Un hecho que, según han denunciado cientos de artistas, les dejó especialmente expuestos frente a la crisis económica que han sufrido por la pandemia.
Ahora, al fin, Cultura parece querer acelerar. La medida más rápida será el decreto que desarrolle el nuevo contrato, que retocará una norma anclada a 1985. Y que incorporará otro cambio, explicó Iceta: “El ámbito de aplicación se extenderá a técnicos y auxiliares de espectáculos públicos”. Y Escrivá añadió otros puntos que se van a implementar de inmediato, o casi: ante todo, ofreció un alivio al sector, preocupado porque la reciente reforma laboral, que penaliza e intenta erradicar los contratos temporales, complicara todavía más la vida de los creadores. “Los mecanismos para desincentivar los llamados contratos de alta rotación no se van a aplicar a la cultura”, aclaró el ministro. También aseguró que ya está en marcha la creación de equipos, dentro de la Seguridad Social, especializados en las necesidades de las artes.
Para las otras novedades, en cambio, hará falta más paciencia. Los ministros prometen que queda poco para resolver de una vez uno de los aspectos de la actual legislación que más indignación generó entre los artistas: la imposibilidad de compatibilizar la pensión de jubilación de un creador con ingresos derivados, por ejemplo, de los derechos de autor por las ventas de sus obras. Ya se solucionó buena parte del problema pero quedaban, según Iceta, “flecos abiertos”.
No estaban recogidas, según el ministro, las pensiones contributivas. “Ahora va a ser universal. Y curiosamente justo estaban excluidas las categorías más bajas. Tenemos autores que viven de pensiones no contributivas. Se trata también de decidir si la sociedad española considera que la creación merece ser recompensada y quien vive de eso tiene derecho a una existencia digna”, agregó Iceta. Y Escrivá ejemplificó que se podrá recibir la correspondiente cuota por la jubilación y “dar una conferencia por un libro que se haya realizado”. Mucho más tardará una protección específica para los autónomos del sector cultural: va incluida dentro de la más amplia reforma con la que el Gobierno quiere mejorar la situación de todos los trabajadores por cuenta propia. Cuestión, cuando menos, de meses.
Mientras, la comisión interministerial dedicada al Estatuto del Artista celebrará, en mayo, su cuarta reunión. “Espero que entonces podamos anunciar avances tangibles en el ámbito de las cualificaciones profesionales”, adelantó Iceta. El proceso implica a siete ministerios y, como subrayó en varias ocasiones el responsable de Cultura y Deporte, quiere escuchar en todo momento al sector y recoger sus sugerencias y preocupaciones.
Escrivá, de paso, quiso ofrecer una caricia a las artes: “Tiendo a presentar números pero, cuando me enfrento a la cultura, aunque los datos económicos son muy significativos, se quedan cortos al lado del aspecto cualitativo”. Tal vez sea cierto. Aunque lo que más quieren ahora los trabajadores culturales son precisamente cifras, hechos, plazos, cantidades. “El informe original establecía 17 recomendaciones y 57 medidas. De esas, 38 han sido ya acordadas con el sector o están en proceso de negociación. Pero queda lo más importante: que lleguen al Consejo de Ministros y a las Cortes”, recordó Iceta. El límite temporal, en realidad, lo fijó hace meses él mismo: prometió que todo el Estatuto del Artista estará en vigor antes de 2023. El tiempo avanza. Las medidas, de momento, también.
Babelia
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