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Un vigilante de una galería rusa vandaliza un cuadro en su primer día de trabajo

El empleado pintó con un bolígrafo unos ojos en los rostros de la obra ‘Tres figuras’, de Anna Lepórskaya

Javier G. Cuesta
Detalle de la obra 'Tres figuras', de Anna Lepórskaya, tras ser vandalizada.
Detalle de la obra 'Tres figuras', de Anna Lepórskaya, tras ser vandalizada.

Los rostros ciegos de la obra Tres figuras (1932-1934), de la artista vanguardista Anna Lepórskaya (1900-1982), amanecieron el 8 de diciembre pasado con unos ojos dibujados con un bolígrafo sobre ellos. El vándalo resultó ser un vigilante de seguridad en su primer día de trabajo en el Centro Presidencial Boris Yeltsin de la ciudad rusa de Ekaterimburgo, donde se exhibía temporalmente el cuadro, según han confirmado los organizadores. A pesar de lo llamativo del suceso, el incidente tardó en salir a la luz un mes (14 de enero) y se necesitó otro más (9 de febrero) para conocer quién fue el autor. La obra podrá ser restaurada “sin más consecuencias”.

“El trabajo fue inspeccionado al día siguiente por un restaurador de la Galería Estatal Tretiakov de Moscú, propietaria de la obra, enviado de vuelta a la capital. La pintura se está restaurando y el daño, según el experto, puede eliminarse”, afirmó la fundación del expresidente ruso en enero, cuando reconoció a través de un comunicado el suceso revelado por The Art Newspaper. Según la información a la que tuvo acceso ese medio, los costes de restauración rondarían los 250.000 rublos, algo menos de 3.000 euros al devaluado cambio actual, mientras que su seguro ascendía a 74,9 millones de rublos, unos 880.000 euros.

El análisis del restaurador apuntó que la tinta del bolígrafo penetró ligeramente en la capa de pintura porque el blanco utilizado por la autora no estaba barnizado, algo habitual en ese estilo de pintura abstracta. El agresor no ejerció una gran presión en el lienzo, por lo que no dejó relieve. La obra había sido cedida por la Galería Estatal Tretiakov, que posee un gran número de cuadros de la misma artista. La identidad del guarda no ha trascendido.

La célebre galería moscovita ha sufrido incidentes similares en los últimos años en su propio museo. En mayo de 2018, un visitante ebrio rajó con un poste de seguridad la pintura Iván el Terrible mata a su hijo (1885), del pintor realista ruso Iliá Repin. Esta obra ya había sido apuñalada varias veces por otro visitante un siglo antes. Y menos de un año después, en enero de 2019, un ladrón vestido de empleado se hizo a plena luz del día con el lienzo Ai-Petri (1898-1908), del paisajista Arjip Kuindzhi, aunque las autoridades lograron hallar la obra y detener al delincuente. Además, aquellos meses fueron fatídicos para las galerías del país eslavo: en noviembre de 2018, dos mujeres dañaron un grabado de Salvador Dalí y el marco de un aguafuerte de Francisco de Goya mientras se hacían fotos en otra exposición en Ekaterimburgo.

La pintura Tres figuras formaba parte de la exposición El mundo como la no objetividad. Nacimiento de un nuevo arte. El Centro Yeltsin justificó su silencio hasta enero de este año con que “estaba realizando una investigación interna del incidente, cooperaba con las fuerzas de seguridad y confirmaba que el cuadro estaba asegurado”. Según su versión, la institución presentó una denuncia ante la policía, “pero fue denegada la apertura de una causa penal debido a la insignificante cantidad de daños causados a la obra de arte”.

La organización también intentó entonces desvincularse de los hechos. “Nos gustaría poner atención en que el personal del Centro Presidencial B. N. Yeltsin no estuvo involucrado”, recalcó en su comunicado. Según la investigación, el atacante de la obra pertenecía a una compañía de seguridad privada. “A raíz del incidente con la pintura de Anna Lepórskaya, se han revisado los protocolos de seguridad e instalado pantallas protectoras sobre todas las pinturas de la exposición”, recalcó la institución.

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