El cuadro de Picasso incautado a Jaime Botín ya se expone en el Museo Reina Sofía

Tras pasar siete años en los almacenes del Museo Reina Sofía de Madrid, primero como depósito policial, luego como un fondo más, Busto de mujer joven, la obra de Pablo Picasso que fue incautada a Jaime Botín en un barco tras intentar sacarla de España sin permiso, ya cuelga en sus salas y forma parte de la colección permanente de la pinacoteca. El público podrá ver el cuadro en la segunda planta después de que haya concluido el proceso judicial contra el exbanquero. La tela, “única en España”, según los expertos, será una de las piezas más importantes de la exposición que el museo prepara para 2023, coincidiendo con la conmemoración del 50º aniversario de la muerte del artista malagueño.

La obra, de 1906, fue pintada inmediatamente después de los tres meses de verano que Picasso pasó en la localidad leridana de Gósol. Allí, experimentó una revolución conceptual, estética y formal fundamental para comprender la revolución cubista. Esta pintura y otras parecidas constituyen un precedente de la emblemática pintura Las señoritas de Aviñón (1907), pieza central del protocubismo y punto de partida del Cubismo. Picasso abandonó entonces su etapa rosa y ensayó “un nuevo lenguaje primitivo y antiacadémico, deliberadamente inacabado, esquemático, de contornos delineados y formas sólidas y monumentales”, señala el museo en un comunicado.

El caso del picasso de Botín comienza en 1977, cuando Botín lo adquiere en la Galería Marlborough de Londres. Años después, en diciembre de 2012, el que fuera presidente de Bankinter pretendía venderlo en una subasta en Christie´s de Londres, pero para conseguirlo, necesitaba pedir un permiso al Ministerio de Cultura. El 5 de diciembre de ese año, la casa de subastas solicitó la autorización en nombre de Botín para que Busto de mujer joven pudiera salir de España hacia la capital británica, donde se intentaría vender en una puja prevista para febrero de 2013. La Junta de Calificación y Valoración de Cultura, organismo que autoriza este tipo de trámites, prohibió la salida por considerar la obra de evidente interés artístico e histórico y de más de 100 años de antigüedad.

Esta negativa no impidió que Botín subiera el cuadro a su barco para tratar de sacarlo por el mar vía Córcega. El óleo fue interceptado el 31 de julio de 2015 en la isla por la Guardia Civil y el servicio de aduanas francés. Según la acusación, el banquero se preparaba para llevar el cuadro a Suiza y venderlo.

El exbanquero ha pagado los 91,7 millones de euros de la multa a la que fue condenado, además de a tres años de prisión, por el contrabando del cuadro de Picasso valorado en 26,2 millones. Aunque finalmente, Botín, de 85 años, no irá a la cárcel debido a la enfermedad grave que padece, “con padecimientos incurables”, según un juzgado de Madrid.