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“Era toda luz”: la cultura y la política despiden a Verónica Forqué en el Teatro Español

Centenares de admiradores, amigos y compañeros de profesión acuden a la capilla ardiente de la actriz antes de su incineración este miércoles

Escenario del Teatro Español, en Madrid, con el féretro de la actriz Verónica Forqué y una imagen de la intérprete.
Escenario del Teatro Español, en Madrid, con el féretro de la actriz Verónica Forqué y una imagen de la intérprete.EFE/JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)
Gregorio Belinchón

Cuando a las cuatro de la tarde de este miércoles salió del Teatro Español de Madrid el féretro con el cuerpo de Verónica Forqué, dos centenares de personas aplaudieron durante varios minutos. En ese momento se mezclaron seguidores de la actriz, amigos, compañeros de profesión (en la acera podía verse a actrices como Mona Martínez o directores como Félix Sabroso) y la prensa, y en las palmas se superponían la rabia, la tristeza y la adoración. La capilla ardiente de Forqué, fallecida el 13 diciembre, instalada en la sala principal del edificio de la plaza de Santa Ana, había servido durante cinco horas, desde su apertura a las 11.00 de la mañana, como altar para una de las actrices españolas de mayor talento y popularidad, hasta que sus restos fueron trasladados al tanatorio de El Escorial para ser incinerados en una ceremonia íntima.

En el escenario del teatro, el féretro cerrado, con un gran ramo de flores blancas del teatro Español; al fondo, en una pantalla, se proyectaban retratos de la actriz. Detrás, formando una media luna, diversas coronas y unas sillas para que se pudiera sentar quien subiera a mostrar su respeto. En las candilejas se amontonaron los ramos. En el vestíbulo, una foto en blanco y negro con una gran cruz también de flores blancas. Allí recibía la directora artística del Teatro Español y las Naves de Matadero de Madrid, Natalia Menéndez. En el segundo piso, en un reservado, María Forqué, su única hija, rodeada de amigos y familiares. Durante toda la mañana siempre estuvo ocupado al menos la mitad del patio de butacas con quienes allí rendían pleitesía a quien ganó cuatro premios Goya, rompió la televisión con Pepa y Pepe y triunfó en el teatro.

Pedro Almodóvar, a la entrada del Teatro Español.
Pedro Almodóvar, a la entrada del Teatro Español.JUAN BARBOSA

A las 11 de la mañana ya había una cola de 70 personas. En ella, Paco León, Beatriz Rico y la modista Elena Benarroch. León aseguraba que acudía para “darle un abrazo a familia y despedirla”. “Verónica tenía alegría y sensibilidad. Y la alegría es uno de los dones más bonitos que se pueden tener, y ella lo poseía”, añadía. A las tres de la tarde, León volvió con su madre, Carmina Barrios, que portaba un enorme ramo de rosas rojas. Justo después, sin que casi nadie se fijara en ellas, una pareja de actrices pasó inadvertida delante de las cámaras a paso rápido: Maribel Verdú y Aitana Sánchez-Gijón, del brazo, salieron emocionadas parapetadas en las mascarillas. Las medidas de protección contra el coronavirus propiciaron el anonimato de las visitas.

El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, a la salida de capilla ardiente.
El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, a la salida de capilla ardiente.JUAN BARBOSA

Otras compañeras muy afectadas no pudieron hablar mucho ante la prensa: Susi Sánchez, María Barranco (abrazada a Cristina Almeida), Elisa Matilla, la cantante Massiel... Mariano Barroso, presidente de la Academia de Cine, apuntó: “Es una actriz que escondió el dolor que llevaba, como un payaso triste. Yo solo puedo trasladar el cariño y el respeto del mundo del cine”. Sobre la una del mediodía llegaron los hermanos Almodóvar, Pedro y Agustín, con los que Forqué trabajó en tres películas. “Era toda luz. Estoy aquí para recordarla en este lugar tan adecuado. Entiendo que atraiga a tantas generaciones porque era maravillosa”, contaba Pedro Almodóvar. Sobre la situación de la actriz en los últimos tiempos, añadió: “No es la Verónica que yo conocí. La que recuerdo era muy feliz, una persona buenísima y una actriz cómica increíble. Verónica se preocupaba por todos, tenía una vida espiritual tan rica que es increíble que haya tenido este final. No me imaginaba un final así para ella. Me recordaba a Chus Lampreave [fallecida en 2016], porque como ella guardaba la inocencia de la infancia. Ella adoraba a su hermano, que murió hace pocos años. El tiempo no la ha tratado bien en lo emocional”. Poco después, entraron, desolados, Antonio Resines, Juan Diego, Charo López y José Luis Gómez. Fuera, más de un centenar de periodistas y otros tantos curiosos, un circo que hubiera servido de digna inspiración a las comedias de los ochenta con las que Forqué marcó a fuego el alma española.

“Una llamada de atención”

El actor Carmelo Gómez subrayó que Forqué es “un mito”, y sobre su muerte que “es una llamada a la reflexión y un detalle del mundo en que vivimos”. Tras él, Juan Echanove, que tampoco tuvo fuerzas para detenerse. Su compañero en la popular serie Pepa y Pepe, Tito Valverde, solo ha podido decir, debido a la emoción, que “era una gran persona”. Por esa entrada del Teatro Español también se pudo ver a actores como Fele Martínez, Juan Ribó, Carlos Hipólito, Jorge Calvo, Pablo Carbonell, Silvia Marsó, Vicky Peña, Marta Nieto (”No es justo que de ella quede este recuerdo final”, comentaba la actriz) o Antonia San Juan; a directores de cine como Pau Durá, Manuel Gómez Pereira, Juan Luis Iborra o Jaime Chávarri, a la guionista Yolanda García Serrano, a los directores teatrales David Serrano y Mario Gas... De su última etapa en MasterChef Celebrity, pasaron compañeros como el modista Eduardo Navarrete, para quien Forqué había desfilado el pasado 29 de noviembre. El cocinero Pepe Rodríguez, uno de los jueces de MasterChef, confesó: “Estaba esperando que viniera a mi restaurante. En el programa nos hemos reído con ella un montón. Es un ángel que estará en el cielo; no he conocido a nadie igual”. Una hora más tarde acudió otra de las jueces de MasterChef, Samantha Vallejo-Nágera.

Visitantes de la capilla ardiente de la actriz Verónica Forqué.
Visitantes de la capilla ardiente de la actriz Verónica Forqué.JUAN BARBOSA

De la política estuvieron la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y su consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz. Díaz Ayuso recordó que la actriz colaboraba con el Ejecutivo regional tanto a través de los Teatros del Canal como en otras actividades. “Es una pérdida para todos los madrileños. Pierde mucho Madrid por su calidad como actriz y muy especialmente como persona”, señaló la presidenta madrileña, que ha recordado su “humildad, sinceridad y sonrisa” junto a su forma de “intentar agradar siempre”. Un poco después se acercaron la directora del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales, Beatriz Navas Valdés; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís (entraron por separado y atendieron a la prensa por separado), y un numeroso grupo de diputados socialistas del Congreso de los Diputados y de la Asamblea de Madrid. Pasada la una y media de la tarde llegó el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta: “En ella se dio una gran variedad de registros. Yo uno su trayectoria a la de Almodóvar”, dijo.

Retrato de Verónica Forqué en el vestíbulo del Teatro Español. Vídeo: JUAN BARBOSA | EPV

Junto a todos ellos, hubo otra generación, mucho más joven, que conoció a la actriz por ser la madre de María Forqué, artista de trayectoria polémica y llamativa y ligada a las performances, un grupo que encabezó Álex de la Croix, activista queer y compañero de aventuras de María. En la plaza de Santa Ana, frente a la fachada principal del Español, alguien le puso a la estatura de Federico García Lorca una carta de despedida a Verónica Forqué y un inmenso cartel con un fragmento de Doña Rosita la soltera —la última obra del granadino que vio él representada antes de su asesinato y un drama que protagonizó Forqué—, en concreto el poema sobre la rosa mutabile que acaba con estos versos: “Y cuando toca la noche / blando cuerno de metal / y las estrellas avanzan / mientras los aires se van, / en la raya de lo oscuro, / se comienza a deshojar”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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