El arte de Rosalía y C. Tangana tras las cámaras

El proyecto de la productora Little Spain para desarrollar la imagen del disco más sonado de este año en España, El madrileño, de C. Tangana, ocupaba unas 60 páginas. Ahí se hablaba de referentes folclóricos y tradicionales que acabaron por retroalimentarse con la música, como recuerda el realizador Álvaro Santos, alias Bacana, director creativo y uno de los fundadores de esta productora, que entre sus socios cuenta con el propio C. Tangana.

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Ya no se trata solo de componer temas, las estrellas de la música son conscientes de que deben estudiar hasta el mínimo detalle de la imagen que proyectan. Algunos, como C. Tangana, llegan a implicarse directamente en la producción de sus videoclips. Pero este férreo control no evita que de vez en cuando surjan polémicas como la que se desató este verano cuando el cantante difundió en redes sociales una fotografía para promocionar el lanzamiento de su última canción, Yate, en la que aparecía en un yate rodeado de nueve mujeres en bañador y biquini, entre las que estaban las actrices Hiba Abouk y Ester Expósito. Fue tachado de machista y acusado de perpetuar estereotipos patriarcales caducos. Lo paradójico es que esos mismos días Ester Expósito apareció rodeada de hombres en bañador en el lanzamiento de una campaña de moda. ¿Quizá la fotografía del yate sí estaba estudiada? Los compañeros de C. Tangana en Little Spain prefieren no contestar.

De vuelta a los vídeos que acompañaron el lanzamiento de El Madrileño apunta: “El concepto de los videoclips nace casi a la par que la música de Pucho [otro sobrenombre del cantante, que se llama en realidad Antón Álvarez Alfaro]. La idea que desarrollaron era intentar representar esa España que se extraña cuando uno está lejos, mostrarla como una comunidad, no como gente enfrentada entre sí”.

Retrataron a mujeres de luto, una portería castiza o una sobremesa con señoras elegantísimas. “Es una convergencia. En Tú me dejaste de querer [el tercer tema que lanzaron] pensamos que cuando sonaba La Húngara molaba que fuera a través de un móvil. Y que el personaje que va en avión se cruce con una pequeña cápsula de su adolescencia: la chica escuchando música en el banquito”, señala el realizador, sentado junto a la enorme mesa de la oficina de Little Spain en Madrid.

Cristina Trenas, otra de las fundadoras de la compañía, sentada a su lado, lo secunda: “Se trata de colocar algo fuera de lugar para reinterpretar ese espacio de una forma diferente”. Más que asociar su trabajo a una estética, lo vinculan a una identidad. “Son evocaciones relacionadas con lo que hemos vivido, como el pueblo, el amor duradero, el efímero, el adolescente. Los primeros vídeos eran ideas romantizadas del pasado, como el primer beso”, comenta Santos Bacana.

Aunque los miembros del proyecto se conocen desde 2017, aseguran que todo despegó formalmente hace un año. Santos Bacana (Madrid, 30 años), Cristina Trenas (Madrid, 34), que vivían en Los Ángeles, y María Rubio (Madrid, 28 años), en Barcelona, se reunieron en la capital con C. Tangana para empezar a trabajar juntos. La flexibilidad que le dio al cantante la compañía Sony, con la que sacó el álbum, le permitió hacer un vídeo para cada uno de los temas, y esto es solo el principio de un plan artístico prolífico.

—¿Little Spain va a estar ligado siempre a C. Tangana?

— Yo diría que C. Tangana siempre va a estar ligado a Little Spain porque a él le apetece desarrollarse en el cine. ¿Que Pucho quiere dirigir? Little Spain lo va a producir— responde Santos Bacana.

—¿Esto es un caso hipotético o va a pasar?

—(Risas) Pasará, es cuestión de tiempo. Nosotros aquí hacemos lecturas de guion de lo que escribimos. Nos contamos cosas y la aportación de Pucho es como la de cualquier otro. Creo que es algo de nuestra generación, que somos transversales, tocamos muchos ámbitos. A mí me encanta la música, no sé leer una partitura y él me puso a escribir la canción Veneno con él.

El siguiente paso que quiere dar Bacana es filmar él mismo un largo y colaborar con la escritora Ana Iris Simón. “Me parece una voz acertada, alguien que siente las cosas muy parecido a como las sentimos nosotros”, explica. Trenas añade que la autora manchega encaja perfectamente en la esencia del grupo: “Ella coincidió con Santos en la universidad. Cuando vino un día a vernos, todos sentimos que hablábamos el mismo idioma”.

Feria, el libro que ha dado fama a Simón, es un híbrido entre memoria y ensayo sobre la precariedad de la juventud actual y ha sido tachada tanto de reaccionaria como de progre. “Corre el mismo riesgo que nosotros. Su discurso lo interpretan de una manera y de la contraria. Si fuera por mí, ya tendría una oficina aquí”, añade Santos.

La producción audiovisual vinculada a la música consiste en saber rellenar ideas, según dicen los creadores de Canadá, otra gran compañía que realiza videoclips. Han colaborado con Rosalía, El Guincho y Dua Lipa, entre otros artistas. Para la primera han realizado tres: Malamente, Pienso en tu mirá y TKN. “El mundo de Rosalía lo trajo ella. Por ejemplo, para Pienso en tu mirá llegó a la oficina ya con imágenes: unos camiones y un polígono que recordara a su natal San Esteban de Sasroviras. Nosotros seleccionamos espacios que ella propone, pensamos en las letras de las canciones, escuchamos. Es un caso especial, porque ella se involucra mucho”, dice Nicolás Méndez, uno de los fundadores de Canadá, junto a Lope Serrano y Luis Cervero.

“Rosalía siempre ha sido una persona muy cercana y habladora”, continúa Méndez. “El único cambio que hemos notado en su evolución en estos años es su entorno. Los dos primeros temas los produjimos en Barcelona, en un ámbito muy familiar. TKN lo rodamos en Estados Unidos, era más caro y teníamos menos tiempo”. Para esa creación, en la que colabora Travis Scott, la catalana de 27 años compartió con ellos sus inspiraciones durante casi tres horas. Quería hablar de la familia, algo que no les terminaba de encajar. Al cabo de una semana a Méndez se ocurrió explotar una faceta salvaje: incluir a muchos niños, como si fueran una manada. Quedó una Rosalía asediada por pequeños que bailaban con ella.

Antes de montar Canadá, Serrano y Méndez realizaban anuncios publicitarios y utilizaban su tiempo libre para hacer montajes, grabarlos en DVD y mandarlos a los colegas. En 2008 decidieron apostar por hacer algo más personal con Luis Cervero, que se desvinculó a los cinco años; se reunieron en Barcelona y comenzaron a grabar. “Los chavales con 20 años montan grupos de música, nosotros montamos uno de imagen”, recuerda Serrano.

Las ideas son relevantes; el factor económico, fundamental. Tanto los miembros de Little Spain como los de Canadá aseguran que fuera de España se gasta más dinero en este tipo de producciones y eso se nota en el resultado. Para Serrano, los que apuestan por invertir en España suelen ser independientes y ambiciosos: “Consiguen pasta y pueden pagar a una monja en un Subway o un camión de naranjas tumbado. Como Rosalía, que termina Pienso en tu mirá subida encima de uno, como una diosa, mientras habla por WhatsApp. Cuesta, porque el que tiene dinero no se atreve a tumbar un camión de naranjas y el que lo quiere hacer no tiene dinero para tumbarlo”.