Los herederos de Samsung donan 23.000 piezas de arte a museos de Corea del Sur
La colección de Lee Kun-hee, fundador del conglomerado, incluye obras de Picasso, Miró, Dalí, Monet y Chagall
Obras de Picasso. De Miró. Familia de centauros marsupiales, de Dalí. Le bassin aux nymphéas, de Claude Monet; Les Amoureux aux Bouquets Rouges, de Marc Chagall... Son algunas de las 23.000 piezas de arte y antigüedades que los herederos del conglomerado surcoreano Samsung van a donar a museos de su país, tras la muerte en octubre de Lee Kun-hee, patriarca del clan y fundador del mayor imperio empresarial del país.
En un comunicado emitido el miércoles, la familia de Lee indicó que va a pagar la suma de unos 12 billones de won surcoreanos (unos 8.900 millones de euros) en impuestos de sucesión. Es la cifra más alta pagada en la historia del país por ese concepto: las leyes surcoreanas gravan las grandes herencias hasta en más del 50% y la fortuna personal del fundador de Samsung, el hombre más rico de Corea del Sur, se calcula que está en torno a los 20 billones de won.
La mayoría de las obras de arte se donarán a dos museos. El Museo Nacional de Corea recibirá 21.600 piezas, la mayor parte antigüedades y reliquias culturales, entre las que se encuentran unas sesenta piezas catalogadas como tesoros nacionales por el Gobierno en Seúl. Además, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MMCA), que tiene cuatro sedes en el país, recibirá más de 1.600 obras de maestros modernos, tanto coreanos —nombres como Park Soo-Keun o Chang Ucchin— como internacionales. Otras obras irán a museos más pequeños, especializados en determinados artistas surcoreanos.
La donación ayudará a amplificar el impacto internacional del MMCA, que hasta ahora había concentrado su colección en artistas nacionales y no contaba con ninguna obra de maestros extranjeros, como Picasso o Monet. El centro planea organizar en la segunda mitad del año una exposición con parte de las piezas recibidas, el mayor regalo privado de su historia.
El valor de las obras regaladas a los museos puede sumar, según calcula la agencia de noticias surcoreana Yonhap, cerca de dos billones de won (casi 1.500 millones de euros). No están incluidas piezas de artistas como Francis Bacon, Alberto Giacometti o Mark Rothko, que se exponen en el Museo Leeum —propiedad de la fundación Samsung— en Seúl y de las que medios surcoreanos habían conjeturado que podrían verse incluidas en la operación.
El ministro de Cultura, Hwang Hee, ha expresado en una rueda de prensa su “profunda gratitud” a la familia Lee por “enriquecer” los fondos culturales nacionales. Pero no quiso responder si la donación responde a un intento de Samsung de crear un clima de benevolencia en torno a Lee Jae-yong, su vicepresidente y único hijo varón del fundador fallecido. Este, de 52 años y la persona a cargo del conglomerado y gigante de la electrónica desde la enfermedad de su padre, se encuentra en la cárcel desde enero, tras haber sido declarado culpable de cargos de corrupción.
Samsung ha indicado en un comunicado: “Esperamos que la donación contribuya a conservar el patrimonio cultural nacional y a dar un impulso al derecho del público a disfrutar de la cultura, así como a la investigación en el campo de la historia del arte, ya que no hay precedentes de una donación de estas dimensiones”. El grupo, que comenzó como una empresa de comercio de verduras hace más de ochenta años, es hoy la principal compañía de Corea del Sur, donde su negocio representa más del 20% del PIB anual del país.
El presidente de la Asociación de Galerías surcoreana, Huang Dal-seung, ha declarado al diario Korea Herald: “Es una buena noticia que las valiosas obras de arte de Lee se donen a la sociedad y se entreguen a museos nacionales. Me parece una pena que algunos museos de arte dedicados a maestros coreanos no posean suficientes obras de esos artistas”.
Sin embargo, ha habido voces críticas con el reparto del legado artístico, como la de la profesora Choe Byong-suh, de la Universidad Femenina Dongduk, que declaró al mismo medio: “Parece que la colección se va a repartir entre diferentes entidades por todo el país, lo que rebaja su valor. Hubiera sido mejor mantenerla entera en un solo lugar para exponerla como la colección de Lee Kun-hee. Eso hubiera atraído más atención y visitantes, tanto nacionales como del extranjero”.
Babelia
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