Ansorena asegura que acordó con los dueños la retirada del supuesto ‘caravaggio’ de la subasta
La casa de subastas tiene un plazo de 10 días desde el pasado lunes para comunicar a la Comunidad de Madrid la identidad de los propietarios del cuadro y concertar una visita para su estudio
La Casa Ansorena de Madrid se ha pronunciado por primera vez desde que el pasado 8 de abril se detuviera la subasta en la que iba a vender un cuadro atribuido al círculo de José Ribera del que existen “razones fundadas” de que fuera pintado por el artista italiano Caravaggio, según un informe Museo del Prado. La entidad asegura en un comunicado al que ha tenido acceso EL PAÍS que “de común acuerdo con la propiedad de la obra La Coronación de Espinas [el título que se le otorgó a la pieza en el catálogo de la subasta], siguiendo el protocolo de obras atribuibles a grandes maestros, se decidió retirar dicho cuadro de la subasta”. Es decir, asegura que, antes de que el Ministerio de Cultura decretara la inexportabilidad de la pintura, ya la había retirado y, por tanto, paralizado su venta con un precio de salida de 1.500 euros.
En el comunicado, Ansorena explica que decidieron retirar el cuadro para que fuera estudiado “por los mejores expertos en el artista italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio”. Esta potestad queda en manos de los dueños de la obra, que, una vez declarada el pasado miércoles Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid, tienen la obligación de comunicar a la administración regional si están interesados en restaurarla, además de garantizar su buen estado de conservación. El primer análisis de la pieza estará coordinado por la dirección regional de Patrimonio Cultural, que ha solicitado que Ansorena le comunique en 10 días (el plazo empezó a correr el pasado lunes 12 de abril) la identidad de los dueños. Por el momento, la administración regional no ha obtenido respuesta, según confirman a EL PAÍS fuentes del Gobierno de Madrid.
Una vez se conozca la identidad de los propietarios, se concretará una visita a las instalaciones de la casa de subastas donde está la pintura, según pudo confirmar este periódico el sábado 10 de abril, cuando se produjo una reunión entre el Ministerio de Cultura y Ansorena en la que la entidad informó de que la pieza estaba “segura y protegida”. Cultura ha solicitado a la Comunidad que sea el Museo del Prado quien se encargue del estudio de la pintura. Para la visita a la obra, la Comunidad de Madrid anunció que solicitará a la pinacoteca que seleccione al personal técnico cualificado que participe en esta inspección, que deberá realizarse durante la segunda quincena de abril.
De manera paralela al análisis del cuadro, ha comenzado un periodo de información pública al que se ha convocado al Ayuntamiento de la capital, a los interesados y al Consejo Regional de Patrimonio histórico. Igualmente, se ha solicitado un informe a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que deberá emitirlo en el plazo de un mes desde su petición. Toda la documentación que recabe la Comunidad de Madrid en este tiempo será analizada por la Administración, que en caso de que reciba alegaciones por alguna de las partes implicadas, tendrá que dar una respuesta. De este proceso saldrá una resolución que debe ser aprobada por el Consejo de Gobierno de Madrid en el plazo máximo de nueve meses desde la publicación, el pasado miércoles, en el Boletín Oficial de la declaración de la pintura como Bien de Interés Cultural. Es decir, según los cálculos del Gobierno regional, todo el procedimiento que se inicia esta semana puede alargarse hasta enero de 2022.
Babelia
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