El supuesto ‘caravaggio’ “iba a comprarse en silencio”
La Casa Ansorena anunció la subasta del cuadro del siglo XVII sin previa consulta al Ministerio de Cultura o al Museo del Prado
Las atribuciones erróneas de cuadros se repiten con bastante frecuencia. Es lo que ocurrió hace una semana en Madrid con la pintura que se iba a subastar a un precio de salida de 1.500 euros y que tal vez sea en realidad un caravaggio, dato que desconocían Cultura y el Prado pese a las sospechas que ya circulaban en el sector. El ministerio paró la subasta el jueves, horas antes de la puja, tras recibir un aviso de los expertos del museo. “Es evidente que el cuadro iba a comprarse en silencio”, dice la experta Manuela Mena, “como si nadie en España lo hubiera visto o sabido valorarlo. Pero el secreto del mercado se rompió por algún lado”. Mena es doctora en Historia del Arte y durante 40 años ocupó diversos puestos en el Museo del Prado.
El cuadro que salía a subasta fue atribuido en el catálogo de la Casa Ansorena de Madrid al entorno de Ribera (siglo XVII), y uno de los anticuarios dispuestos a adquirirlo preveían pagar más de 23 millones de euros si Cultura no hubiera paralizado el proceso.
Mostrar escepticismo ante un hallazgo artístico debería ser lo adecuado, coinciden tanto Manuela Mena como Keith Christiansen, responsable de arte europeo en el Museo Metropolitano de Nueva York. Pero este experto estadounidense precisa que no es tan habitual “descartar una autoría de una manera tan rápida, sobre todo en el caso de Caravaggio, cuyo estilo cambia de manera notable”, según escribe en la revista especializada About Art.
Durante más de cuatro décadas, Mena, que ahora vive retirada en el Reino Unido, estuvo en contacto con las casas de subastas que acudían a su asesoría. Como aclaran la doctora y las entidades con las que se ha puesto en contacto EL PAÍS, los consejos de una institución pública son muy importantes para valorar una pieza y, en determinados casos, recuperar parte del patrimonio del Estado. Pero son eso, consejos, no certificados de autoría. Fernando Durán, Subastas Alcalá y Christie’s (en su caso cuentan con equipos propios fuera de España) explican que plantean este tipo de consultas a instituciones públicas y privadas cuando, una vez que han sido analizadas por sus expertos internos, las obras siguen generando dudas. EL PAÍS ha vuelto a ponerse en contacto con Ansorena pero una vez más sus responsables han rehusado hacer declaraciones sobre cómo fue el proceso de tasación y atribución del supuesto caravaggio.
José Miguel Carrillo de Albornoz, director comercial de Fernando Durán que cuenta con un departamento de arte antiguo liderado por un doctor en Historia del Arte, explica que colaboran con una red de especialistas e instituciones públicas a las que recurrir. “En primer lugar les enviamos información e imágenes de las piezas”, dice Carrillo. En caso de que con este material no sea suficiente, muchos de estos expertos se trasladan para poder ver y analizar en persona la pieza. Todos ellos cobran una tarifa por realizar este análisis.
María García Yelo, delegada en España y directora Arte Impresionista y Moderno de Christie’s, describe el procedimiento que deben cumplir las casas de subastas en España acorde a la ley de Patrimonio: “Dentro de la Unión Europea hay libre circulación para todas aquellas obras que tengan menos de 100 años y no estén inventariadas por Patrimonio histórico español. Cuando se trata de una pieza de más de 100 años se solicita el permiso de exportación al Ministerio de Cultura. Si una obra se va a vender fuera de la Unión Europa y tiene entre 50 y 100 años y alcanza determinado valor también requiere de ese permiso”.
No sucedió así el pasado mes de marzo, cuando la Casa Ansorena, sin previa consulta al Ministerio de Cultura o al Museo del Prado, según fuentes de Cultura, anunció en su catálogo un Ecce Homo atribuido al círculo de Ribera con un precio de salida de 1.500 euros. “La valoración era sorprendente al tratarse de un cuadro antiguo o riberesco”, opina Mena, que como otras fuentes consultadas por este diario coincide en que la obra se halla en un estado pésimo de conservación.
La tasación
El proceso de tasación de una obra no tiene una duración concreta. Puede tratarse de análisis casi inmediato en las casas de los particulares, hasta exámenes que se alargan durante semanas y meses. “En un lienzo de un tamaño medio hay unas 300 características que te marcan la autoría de una obra. No se ven solo con los rayos X, sino por comparación dentro de tu cerebro con todo lo que has visto antes”, dice Mena que fue 16 años directora general de restauración y conservación del Prado.
Hay una mano en la oscuridad que es fea, suele estar en las obras de CaravaggioManuela Mena
Ella vio el Ecce Homo hace unos ocho días, recuerda. Le enviaron una foto, de no muy buena calidad, y aun así pudo ver que “el sayón de la izquierda es un modelo del Caravaggio ya tardío, que aparece de manera más terrible en El martirio de santa Úrsula. El otro joven es también un modelo del último período trágico del pintor”, cuenta Mena. “Hay una mano en la oscuridad que es fea, suele estar en las obras de Caravaggio para revelar la fealdad del malo. La línea de los hombros y el cuello del Cristo me encantó, como la de Greta Garbo en algunas de sus películas, va más allá de la realidad”, continúa.
Las ofertas que la Casa Ansorena empezó a recibir, como la que estaban dispuestos a hacer los anticuarios Robilant+Voena de más de 23 millones de euros, forma parte del juego del mercado del arte, según confirman las casas de subastas consultadas. Durante las semanas que las obras cuelgan en las salas de exposiciones, se reciben ofertas en papel, por internet o por teléfono. En ocasiones, como explica Carrillo y una fuente de Subastas Alcalá, el desenlace de una subasta se conoce de antemano cuando se han elevado las pujas a cantidades muy altas. García Yelo asegura que en Christie`s siempre se celebra la subasta para “dar oportunidad a todos los compradores”.
Babelia
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