Hallada la llave que abre la urna funeraria de Calderón de la Barca
Los expertos detectan dos posibles ubicaciones en la iglesia madrileña de Nuestra Señora de los Dolores, donde creen que se encuentran los restos del escritor
Si los arqueólogos hallan la urna funeraria con los restos de Pedro Calderón de la Barca en la madrileña iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, donde fue ocultada durante la Guerra Civil para evitar su destrucción, solo tendrán que usar la llave que Teresa Morenés y Urquijo, condesa del Asalto, les ha entregado al conocer su investigación. Su familia guardaba desde 1841 una arqueta de madera noble de 23 centímetros, coronada con la cruz de la Orden de Santiago ―a la que perteneció el escritor―, y con unas inscripciones laterales prácticamente ilegibles que aluden al primer traslado de los restos. En su interior, la llave que abre el arca funeraria del genio.
Según el profesor de la Universidad CEU San Pablo y director de la investigación, Pablo Sánchez Garrido, esta arqueta le fue entregada a la familia Calderón de la Barca durante alguno de los solemnes actos de exhumación y traslado del cuerpo del dramaturgo. Los datos de la investigación indican que probablemente se hizo para el primero de los seis traslados, en 1841.
Calderón murió en 1681 y legó sus bienes materiales a la congregación de San Pedro de los Presbíteros Naturales de Madrid, propietaria de la iglesia donde ahora se buscan sus restos. Pero en un primer momento, la comunidad religiosa lo enterró en la iglesia más antigua de Madrid, la de El Salvador, en la calle Mayor. Y allí se mantuvo el cuerpo 160 años, hasta que el templo fue derribado. Los restos comenzaron un largo periplo por cinco iglesias y cementerios, hasta que en 1902 fueron llevados a la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, en la calle de San Bernardo, en una ceremonia grandiosa. Durante la Guerra Civil, los milicianos prendieron fuego al templo, pero antes de que esto sucediera un sacerdote escondió la urna. Confesó que la había ocultado en la iglesia, pero nunca hizo público el lugar porque no era consciente de su inminente fallecimiento.
En varias de las exhumaciones de los huesos de Calderón estuvo presente siempre un conde del Asalto, como representante oficial de los descendientes del escritor. Sin embargo, el cofre y la llave le fueron robados a la familia durante la Guerra Civil, aunque posteriormente los recuperaron.
Asimismo, se ha encontrado un nuevo retrato de Calderón de la Barca, cuya auténtica efigie viene siendo objeto de debate científico desde hace un siglo. El director de la investigación, Sánchez Garrido, ha señalado que el cuadro está aún en proceso de identificación y datación. El retrato, hasta ahora desconocido para la crítica calderoniana, es asimismo propiedad de los descendientes del dramaturgo y poeta. Fue igualmente robado durante la Guerra Civil y reintegrado a sus dueños en 1939.
Por otra parte, la fase tecnológica del proyecto de búsqueda emprendido por la Universidad CEU San Pablo sigue avanzando. Desde su inicio el pasado 17 de diciembre, se ha rastreado una buena parte de las paredes de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, primera zona de búsqueda.
Los trabajos han detectado dos puntos significativos que requerirán la posterior intervención del equipo arqueológico para su apertura y comprobación. En la actualidad, aún se está procesando parte del material que ha aportado la búsqueda con georradar realizada por Luis Avial. Sin embargo, la investigación tecnológica se ha visto paralizada tanto por el temporal Filomena como por la covid-19, que dificulta el acceso a determinadas zonas de la iglesia, a una residencia de ancianos y a la Congregación de San Pedro, propietaria del inmueble.
Babelia
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