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Dos años sin ‘Salvator Mundi’

El cuadro más caro de la historia se encuentra en paradero desconocido desde su subasta millonaria en 2017. El Louvre sigue esperando poder incorporarlo a su gran exposición sobre Leonardo da Vinci

'Salvator Mundi', atribuido a Leonardo da Vinci. En vídeo, así fue la subasta del cuadro más caro de la historia.Vídeo: AP | EPV

En el catálogo de la exposición que el Museo del Louvre dedica a Leonardo da Vinci, el listado de obras sufre un extraño salto numérico. Falta la referencia n.º 157, que correspondía al retrato del Salvator Mundi atribuido al maestro renacentista. La muestra, para la que ya se han reservado más de 260.000 entradas, fue inaugurada hace dos semanas sin esa codiciada obra, convertida el 15 de noviembre de 2017 en la más cara de la historia al ser subastada por 380 millones de euros. Y, desde entonces, se encuentra en paradero desconocido. La explicación es que el museo había preparado dos versiones del libro por si Abu Dabi, su supuesto propietario, terminaba accediendo a prestar la obra, lo que no sucedió. La omisión ha chocado a expertos internacionales como Frank Zöllner, responsable del catálogo razonado de Leonardo, quien cree que es un error publicar “una entrada ausente y solo con una foto”.

Pese a su comentada ausencia, todo apunta que el Louvre esperó el préstamo hasta el último minuto. En la visita previa para la prensa, el museo dejó vacía la pared destinada al Salvator Mundi, junto al retrato de Santa Ana y el llamado Cartón de Burlington, préstamo de la National Gallery. Los técnicos del Louvre taparon el hueco con el San Juan Bautista, inicialmente ubicado al inicio del recorrido. Hasta el Gobierno francés enmendó y amplió la garantía de Estado para poder recibir el Salvator Mundi en el primer trimestre de 2020, con el tren ya en marcha.

El catálogo evita atribuir el cuadro a Leonardo, pero tampoco descarta que sea obra suya. El conservador jefe de pintura del Louvre, Sébastian Allard, afirmó durante la inauguración que el museo no sentaría cátedra sobre su autoría hasta que sus expertos hubieran podido inspeccionarlo. El comisario de la muestra, Vincent Delieuvin, firma un artículo en el catálogo que se limita a relatar la errática trayectoria del cuadro desde el siglo XVII hasta nuestros días. “Las reacciones a la atribución a Leonardo son muy dispares, lo que resulta natural tratándose de un descubrimiento tan sensacional”, escribe Delieuvin. El comisario recuerda que los especialistas se dividen en tres grupos: quienes opinan que se trata de “una obra enteramente autógrafa”, quienes “excluyen totalmente una intervención de Leonardo” y quienes defienden “la colaboración entre el maestro y un alumno”, atendiendo a “la coexistencia de partes muy bellas, como los rizos del pelo y las manos, dignos de Leonardo, con detalles que sorprenden por su debilidad y que cuesta distinguir por los repintados de restauración y la intervención torpe de un asistente”.

Algo de Leonardo

Delieuvin se mantiene a distancia de las tres hipótesis. Subraya que la tabla de nogal del Salvator Mundi fue “una materia usada a menudo por Leonardo y su círculo” y recuerda la presencia de un pentimento bastante leonardesco alrededor del pulgar de Cristo. Pero luego remarca que no han sido “argumentos decisivos para crear un consenso entre los especialistas”, desde su controvertida atribución al maestro por parte de la National Gallery con motivo de una exposición en 2011, pese a las dudas de tres de los cinco expertos consultados por el museo londinense. Según Delieuvin, los dos estudios previos sobre papel rojo presentados en la muestra del Louvre, pertenecientes a la colección de los Windsor, podrían ser “para una primera idea abandonada por Leonardo” y luego pudieron servir “de modelo a un alumno para hacer una copia”.

Aun así, el experto del Louvre no descarta la implicación de Leonardo en alguna de las distintas versiones de la obra. “Ese lento perfeccionamiento de la composición es totalmente característico de los hábitos del artista, que conserva una total libertad para mejorar su obra”, suscribe. Con todo, la publicación francesa Le Journal des Arts ha visto más dudas que certezas en esas palabras. “Delieuvin evita cautelosamente tomar posición, pero uno adivina implícitamente que no está a favor de una realización total por Leonardo”, afirmó en un editorial.

Nadie ha vuelto a ver el cuadro desde su subasta en la sede neoyorquina de Christie’s en 2017. La prensa estadounidense señaló al príncipe Bader al Saud como comprador, posible factótum del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán. En junio de 2018, el Departamento de Cultura y Turismo de Abu Dabi dijo estar en posesión del Salvator Mundi y anunció su voluntad de exponerlo en el Louvre de la capital de los Emiratos Árabes a partir de septiembre de 2018. “El príncipe Bader, apoyo amistoso del Louvre de Abu Dabi, fue solicitado por el departamento de Cultura y Turismo para actuar como comprador intermedio de la obra”, afirmó en un comunicado la embajada saudí en Washington.

Sin garantías

Dos semanas antes de la inauguración, la muestra fue suspendida. “Más detalles serán comunicados pronto”, anunció un lacónico tuit. De hecho, no se sabe con certeza si la pintura ha llegado a estar en Abu Dabi. Meses después, el Louvre parisino afirmó haber pedido el cuadro en préstamo para su gran exposición. Según el historiador del arte Ben Lewis, que en unas semanas publicará en España El último Leonardo (Paidós), “ha habido un enfrentamiento de un año entre Riad y París, entre Mohammed Bin Salman y el Louvre”. Lewis asegura que el museo nunca informó a los propietarios de cómo la etiquetarían y los saudíes “no han respondido a la solicitud porque esperaban la garantía de que fuera etiquetada como un Leonardo autógrafo”. Así, el catálogo navega entre la ambigüedad y la prudencia, con la esperanza de no perder el préstamo.

Lewis piensa que el dueño tiene miedo a que los expertos del Louvre analicen la obra y concluyan que es obra de taller, “porque su valor se derrumbaría a menos de 18 millones de euros”. Esa es la principal razón por la que el cuadro sigue oculto, dice el investigador inglés, porque a su propietario le preocupa que la pintura pueda ser criticada si se muestra en un escenario público. Preguntado durante una visita reciente al Louvre de Abu Dabi, el director del museo emiratí, Manuel Rabaté, se desentendió de la anulación de 2018. “Es un cuadro que no pertenece al museo, sino al Departamento de Cultura y Turismo, que anunció que sería presentado y luego dijo que no. No depende de mí”, respondió. ¿Aparecerá el Salvator Mundi algún día en ese Louvre del desierto? “Pregúnteselo a ellos”, zanjó.

En medio de la incertidumbre, una nueva pista ha surgido en los últimos días. El yate del príncipe saudí, bautizado Serene, donde el portal especializado Artnet asegura que podría hallarse el Salvator Mundi, emprendió el 25 de octubre el camino desde el Mar Rojo hasta el Canal de la Mancha, como informó The Art Newspaper el pasado viernes. Según la web MarineTraffic, que permite seguir el tráfico marítimo en tiempo real, el yate se encontraba a finales de la semana pasada cerca de Flesinga, en la costa holandesa. Es decir, a menos de 400 kilómetros de París.

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