_
_
_
_
LA ERA BASTIAGA | 8
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Post y éxito

Para no ser perfecto todo el rato me hice un Instagram a medias

Manuel Jabois
MIGUEL ÁNGEL CAMPRUBÍ

Mi amigo Elisardo Bastiaga se hizo Instagram para ser influencer, y creía que a partir de 100 seguidores ("tres cifras") lo conseguiría. Una vez logrado ese superpoder no tenía ni idea de en qué lo emplearía. “Ya se me ocurrirá algo”, dijo, como el que no sabe aún dónde colocar el Oscar.

Más información
7 | Cómo llegar al ‘follower’ 100
6 | Parejas autodestructivas
5 | Batman y Bates
4 | Amor y psicosis
3 | Thyssen y exilio
2 | Maroto y mochufa
1 | Entierro y peine

Yo, le dije, me hice Instagram para ser mejor persona, porque desde que lo tengo 1) Como menos y más sano, pues las fotos de platos pequeños y cuquis tienen muchos más likes que unos huevos fritos con chorizo y patatas fritas, que es de lo que me alimento cuando no tengo wifi. 2) Juego mucho más con mi hijo, ya que esas fotos suelen arrasar, si bien conservo el pudor de no mostrar su cara, no sé si por respeto hacia él o por afán mío de protagonismo. 3) Viajo a sitios "sorprendentes" y "mágicos" para ver puestas de sol, algo que históricamente me la ha sudado muchísimo, con el objetivo de conseguir verdaderas postales. 4) Voy al gimnasio para afilar rasgos y procuro ir siempre bien afeitado y peinado, pues nunca se sabe dónde puede haber un selfi histórico, como supo Carlos Herrera en París. 5) Visito más a mis padres y a mi abuela, les dedico gestos de cariño y respeto, me fotografío con ellos sonriendo y no me pierdo ningún cumpleaños, y les escribo textos de amor impresionantes, relaciones familiares todas ellas que tenía en tal desuso que a mi abuela me la tuvieron que presentar. 6) Si hay algún amigo hospitalizado soy el primero en acudir allí para abrazarme a él y contarle a mis seguidores su historia de superación, a veces añadiendo un emoji con lágrima, aunque una vez me equivoqué con las lágrimas y publiqué el emoji de descojonarse. 7) Me quedo mirando el mar embobado, buscando el momento de más brillos, el encuadre perfecto, y he hecho más fotos en un año del océano, una cosa que no sabía ni que era salada, que el resto de mi vida, habiendo nacido en costa. 8) Visito monumentos y, por lo tanto, tengo que enterarme antes qué son y de qué van para escribir de ellos como si hubiese cortado yo la cinta inaugural en el siglo II antes de Cristo. 9) Compro ropa y visto mejor, aunque sean las tres horas que tardo en hacerme la foto, y a veces me erotizo ante el espejo, si bien eso no sé muy bien lo que significa. 10) Leo, leo más, no libros enteros, pero sí muchos principios y contraportadas, y conozco los rincones más bonitos de cada lugar que visito, no porque ande por ahí buscando un stendhalazo, sino para que queden bien los libros en la foto, porque no es lo mismo acabarlos en un barranco del valle del Jerte, a punto de perder el equilibrio, que en el butacón de casa de tus padres, con las cenefas asomando.

Y en fin, todo esto se lo dije a mi amigo Bastiaga (99 followers, más cerca de 98 que de 100) en la playa, en la pretemporada del selfi, mientras le reconocía que yo, para no ser perfecto todo el rato, había hecho el Instagram a medias con mi pareja, y cuando le tocaba a ella actualizar yo la podía liar parda por ahí, ya que es menos arriesgado ser tú mismo en la vida que en las redes.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_