Las verdades de la historia
La aventura real de la primera circunnavegación de la Tierra y en una expedición comercial, entre 1519 y 1522, es apasionante. Su tratamiento en la película, no tanto
En un tiempo en el que desde determinadas instancias políticas de ultraderecha se reclama un mayor esfuerzo por parte de las autoridades gubernamentales para defender la historia de España en su versión más patriótica, apoyando sus logros y tratando de explicar sus leyendas negras, la aparición de una producción como Elcano y Magallanes, la primera vuelta al mundo no parece una casualidad. Y, sin embargo, lo es.
ELCANO Y MAGALLANES, LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO
Dirección: Ángel Alonso.
Género: aventuras animadas. España, 2019.
Duración: 90 minutos.
Ángel Alonso, su director, afirma llevar 20 años, cuando aún mandaban las dos dimensiones y el dibujo en papel, preparando la película. Una odisea de aventuras animadas que, aunque pretenda desterrar un erróneo tópico en el extranjero (que la primera vuelta al mundo la dio el portugués Fernando de Magallanes, el capitán de la expedición, y no el español Juan Sebastián Elcano, el que realmente la completó), tiene puesta su base en la conciliación entre los pueblos y en el puro divertimento infantil.
Lo logra apenas a medias, porque el formato animado ha mejorado tanto en todo el mundo que, pese a los loables esfuerzos de Alonso y su equipo, y del cambio a las tres dimensiones, Elcano y Magallanes parece una producción de hace un par de décadas, sobre todo en su narración y en el diseño de personajes.
En el apartado técnico y artístico, frente al buen trabajo en los volúmenes de las tres dimensiones, y a la preciosa luz en las secuencias nocturnas y en las de interior con velas o candiles, no se acaba de entender por qué algunos de los fondos están muy trabajados y perfilados y otros están difuminados (y no parece solo cuestión de distancia o de tratamiento focal). Y, en una línea semejante, junto a cierta tosquedad de movimientos en los personajes, algo que explota en las muy insuficientes secuencias de acción, en cambio resalta la notable labor con los movimientos de las olas y del agua.
Pero quizá sea en el aspecto puramente narrativo, el de guion, situaciones, diálogos y dibujo de personajes, donde Elcano y Magallanes parece más añeja, y donde más le costará conquistar a los críos. La aventura real de la ida y vuelta a Sanlúcar de Barrameda, en la primera circunnavegación de la Tierra y en una expedición comercial, entre 1519 y 1522, es apasionante. Su tratamiento en la película, no tanto.
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