Rock al parque, 25 años como referente musical en Latinoamérica
Fito Páez, Juanes, Robi Draco y la Orquesta Filarmónica de Bogotá, entre otros, cerraron el festival colombiano que reunió a 350.000 personas
Si hay algo de lo que se sienten orgullosos los bogotanos es de Rock al parque, el festival gratuito de la ciudad, que ha cumplido este fin de semana 25 años. El encuentro es patrimonio cultural de Bogotá y un ritual al que acuden cada año más de 350.000 personas a pesar de la lluvia que siempre acompaña. La de esta edición tuvo un tinte de nostalgia y homenaje al mejor rock de Latinoamérica, a la marca indeleble que dejaron el rock argentino y el mexicano. Por eso, sobre los escenarios del festival, que se hace en el parque Simón Bolívar, pasaron artistas como Gustavo Santaolalla, Fito Páez, Pedro Aznar y Zeta Bosio, ex de Soda Stereo, así como El Tri, de México, y Rubén Albarrán, de Cafe Tacvba.
Sin embargo, una de las actuaciones más esperadas fue la de Juanes, quien a pesar de ser uno de los artistas colombianos más conocidos en el exterior nunca había estado en el mítico festival, porque su trabajo musical no es considerado rock puro. “Siempre quise tocar en Rock al parque y nunca pude. Ahora se cumple mi sueño”, dijo el músico que tiene un pasado metalero. Su espectáculo, que hizo saltar al público bogotano, fue una constante búsqueda por demostrar que merecía estar ahí. Y lo logró. Juanes trajo a la memoria a Gustavo Cerati, al interpretar Cuando pase el temblor, junto a Zeta Bosio; hizo un llamado a evitar el asesinato de líderes sociales y cantó Seek and Destroy, de Metallica, consiguiendo que el público le devolviera el gesto con pogo (baile punk), típico de Rock al parque.
El cierre del festival con un tributo sinfónico al rock con la Orquesta Filarmónica de Bogotá fue uno de los puntos más memorables de la edición. La organización eligió nueve canciones icónicas de los 25 años de Rock al parque, que fueron interpretadas por la Filarmónica junto a varios de los músicos invitados. Se escucharon entonces clásicos como Penélope, de Robi Draco; Tu amor, de Pedro Aznar y Charly García; Muévete, de Estados Alterados; Vestido de Cristal, de Kraken; Mentiras, de Los Amigos Invisibles; El puñal y el corazón de Café Tacvba y por supuesto, Maligno, de Aterciopelados.
Rock al parque comenzó como un espacio para las bandas locales, el lugar donde se dieron a conocer decenas de artistas nacionales como Aterciopelados, Estados Alterados, La Pestilencia o Doctor Krápula, entre otros; pero también el espacio donde los colombianos vieron de forma gratuita a grandes músicos Charly García, Andrés Calamaro o Luis Alberto Spinetta.
En sus más de dos décadas no ha escapado a la polémica. Hay quienes le critican su apertura a otros géneros no tan cercanos al rock y otros, su gratuidad. Pero lo cierto es que en contraste con los festivales privados, sigue siendo un bicho raro que Bogotá espera mantener así por muchos años más.
Babelia
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