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Una mirilla desde la que espiar el mundo de la trata

'La mala noche' acaba de llevarse el premio del público en el Festival Latinoamericano de Cine de Quito

La colombiana Noelle Schonwald en 'La mala noche'.
La colombiana Noelle Schonwald en 'La mala noche'.

La mala noche se acerca el infierno de la trata a través de la vida de Dana —interpretada por la colombiana Noelle Schonwald—, una prostituta de cuarenta y tantos años, madre de una niña que no vive con ella y adicta a los opiáceos. El espectador en buena parte del filme, que se acaba de llevar el premio del público en el Festival latinoamericano de cine de Quito, tiene la sensación de estar mirando a través de una mirilla, que impide ver el todo, como ocurre realmente con la trata. La directora de la película, la ecuatoriana Gabriela Calvache (Ambato, 1977), tiene sus razones: “El cine es el arte de lo mínimo, de contar sensaciones, momentos, instantes”.

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Todo empezó cuando la directora conoció a un grupo de adolescentes que fueron obligadas a prostituirse en 2011. La historia pudo convertirse en su segundo documental —Calvache estrenó su primera película documental, Labranza oculta, en 2010—, pero la ecuatoriana optó por la ficción y empezó a entrevistar a numerosas prostitutas y clientes para entender el mundo de la trata.

Con tanta información el proceso de escritura fue largo, hizo 15 versiones del guion. Calvache recuerda que los primeros tenían muchos diálogos y luego fueron adelgazando. “Tendemos a escribir diálogos, somos orales, pero el cine se compone de imágenes y mi trabajo fue aprender a escribir con imágenes”. Mientras reescribía el guion, reconoció los vacíos que tenía como directora. “No es lo mismo escribir que dirigir”, reconoce. Para sacar adelante el proyecto se apoyó en algunos cineastas con más filmografía que ella e incluso tomó clases de dirección de actores y actuación durante dos años.

Pese a su esfuerzo, ningún productor nacional quiso sacar adelante el proyecto y Calvache tuvo que buscar fuera. Llevó La mala noche, aún en papeles, al encuentro de coproducción del Festival de Cine de San Sebastián y el encuentro de productores del Festival de Cartagena de Indias y poco a poco el proyecto se fue consolidando. Uno de los puntales fue el acuerdo que logró con el productor mexicano Geminiano Pineda (Cine Caníbal)

A través de la mirilla que abre Calvache se ven también algunos momentos de la vida de Julián —interpretado por el boliviano Cristian Mercado—, un médico que es cliente de Dana y quiere ir más allá de las cuatro paredes donde tienen sexo y se atisba la maldad de Nelson —un papel que lleva a la pantalla el ecuatoriano Jaime Tamariz, que dejó las tablas para debutar como el villano de la película—, quien recluta a las mujeres para el negocio de la trata.

La película tiene el acierto de mostrar los estragos de un terremoto y convierte esas imágenes en una metáfora poderosa de cómo se desmoronan las vidas de las personas tocadas por la trata. Sin embargo, hay que aclarar que no es una película de denuncia, su directora no tenía esta intención, pero sí pone el tema de la trata sobre la mesa. “Mi trabajo es hacer cine y espero que la película toque corazones y no cerebros”.

La película tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine South By Southwest SXSW en Austin, Texas, seguido de su estreno en Latinoamérica en la Sección Oficial de Competencia Iberoamericana de la 34 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara en México. Ahora acaba de tener su estreno nacional en el Festival Latinoamericano de Cine de Quito.

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