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Jorge Martínez Reverte: “Las guerras permiten a muchos ‘normalizar’ la crueldad”

El escritor publica 'Libre te quiero', una novela de amor dentro de un contexto bélico en la que mezcla realidad y ficción

Un miliciano con su mujer y su hija, en Barcelona en 1936 antes de ir al frente.
Un miliciano con su mujer y su hija, en Barcelona en 1936 antes de ir al frente.CENTELLES
Juan Cruz

Jorge Martínez Reverte (Madrid, 1948) ha escrito novela política, libros sobre la guerra, series con detectives (desde su legendario Demasiado para Gálvez, 1979), y “hacía mucho tiempo que deseaba escribir una historia de amor”. Como una combinación de la realidad y la ficción es la novela Libre te quiero (Espasa), titulada con un poema de García Calvo cantado por Amancio Prada.

Jorge Martinez-Reverte en 2017.
Jorge Martinez-Reverte en 2017.Bernardo Pérez

Es la historia de Manuel, un gallego huérfano al que adopta un cacique antes de la República. De adolescente conoce mujer y emprende una historia que lo lleva desde la ansiedad por la lucha libertaria en la II República hasta la Segunda Guerra Mundial. Su papel en esta contienda y en la Guerra Civil está marcado por el amor que lo alienta desde que conoció, en un hospital de Barcelona, a una monja con la que vive su sueño libertario. Su drama es el sonido y la sangre de la época.

La novela nació “como una propuesta para contar la peripecia casi imposible del único español que murió en 1944 en el desembarco en Normandía. Pero se convirtió en una novela de amor en la que ese amor y la libertad son los verdaderos protagonistas. Hacía mucho tiempo que deseaba escribir una historia de amor”, explica Reverte.

De amor y de literatura. Ella, Yolanda, le regala un libro de Julio Verne, que vive con él a través de todos los peligros de la época, hasta que lo pierde, y entonces hereda de un miliciano acribillado en el frente de Madrid Guerra y paz de Tolstoi. En el estilo están, también, rasgos de Jardiel y de Chaves Nogales: comedia o sonrisa en la descripción de una guerra cruel. Dice Reverte: “El tono... Chaves es la verdad sin artificios, la literatura que vive sobre el documento. Y Jardiel, la distancia que permite sobrevivir a tanto horror. Verne es, en esa época, la modernidad. Tolstoi es la profundidad que permite que el alma pueda recuperarse en esa circunstancia terrible”.

Pretendía lograr esa exactitud de Chaves Nogales, la que permite reconstruir una época sin tener que recurrir a mitos

Cuando se libra del padrino, el objetivo del protagonista es el comunismo libertario. Hace la guerra, su fuerza es el amor. ¿Es el amor el motor de la novela? “No es el único, pero sí el más genuino. Los grandes motores van palideciendo. Y su grandilocuencia da paso a la sencillez de un amor, que de puro sencillo se convierte en eterno”.

Es Libre te quiero una novela llena de documentos. Hay personajes reales cuyas vidas se pueden verificar en la historia. “Pretendía lograr esa exactitud de Chaves Nogales, la que permite reconstruir una época sin tener que recurrir a mitos. Cada lugar, cada situación de la novela tenían, por eso, que pasar primero por la prueba de la verdad, que no reside en que los personajes fueran de veras, sino en que el paisaje fuera la realidad exacta del momento”, explica.

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Manolo y Yolanda se buscan en medio de los dramas. La guerra los reencuentra y los separa. “La guerra es lo peor que puede vivir un ser humano. Bueno, la guerra y una posguerra como la española, con episodios como el de las 13 Rosas, que eran 14. En ese territorio de la violencia y del odio es también donde pueden surgir sentimientos tan poderosos, que conducen a comportamientos como el de Yolanda”.

Hay paralelismos reales: Franco y Mola, Líster y Rojo, Azaña, el brigadista Bethune… Representan los lados de la guerra, igual que otros ficticios (el cacique, el obispo o el cura, los policías corruptos, las carceleras) representan el apoyo civil al fascismo. Es la guerra y es también una ficción. “Supongo que tiene que ver con miles de narraciones que tengo en la cabeza sobre la guerra. Hay, desde luego, un intento de indagar sobre esa guerra. Y la historia de amor, en medio de unas circunstancias tan duras, se vuelve algo más que eso”.

Las batallas salpican las olas y la sangre, por decirlo así. “Quería que tanto el lector como yo nos viéramos envueltos en el momento. Por ejemplo, es muy importante que la noche anterior a la toma de Badajoz hubiera luna nueva, que las estrellas cayeran sobre quienes esperaban el peor de los destinos. Eso, que pasó de verdad, es tremendamente literario”.

– Usted subraya la crueldad de los que persiguen a los protagonistas. ¿Eso es de la guerra o es de la vida?

– Yo creo que es de la vida, pero que las situaciones de excepción, como lo son las guerras, permiten a muchos seres humanos normalizar la crueldad, por ejemplo. 

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