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Lo inquietante son los otros

José Yoldi da una vuelta de tuerca a la verdad judicial del crimen de los Urquijo en su novela ‘Más allá del punto de no retorno’

Jorge A. Rodríguez
José Yoldi.
José Yoldi.

La verdad, a veces, queda oculta en los crímenes famosos, en los que solo la verdad judicial —ajustada o no a los hechos reales— es la que permanece para la historia. Así que por ese lado, caso cerrado: los marqueses de Urquijo fueron asesinados a tiros el 1 de agosto de 1980 en su chalé de Somosaguas (Madrid) por su exyerno, Rafi Escobedo, que perpetró el crimen “solo o en compañía de otros”, según la sentencia del Tribunal Supremo.

Pero, la literatura puede unir verdad y ficción para construir un relato diferente de lo que pasó aquella noche en la que los marqueses recibieron disparos a quemarropa del calibre 22 mientras dormían plácidamente en habitaciones separadas.

José Yoldi (San Sebastián, 1954) se ha inspirado en el crimen de los marqueses de Urquijo para su tercera novela policíaca, Más allá del punto de no retorno, en la que la protagonista, la periodista Paz Guerra, se ve inmersa en la investigación de un doble asesinato en lo más pío de la aristocracia española.

El autor se inspira en el asesinato de los Urquijo pero no viola la verdad judicial que dejó sentado que Escobedo (al que Yoldi entrevistó en prisión, poco antes de su muerte) fue el autor material de la muerte de Manuel de la Sierra Torres —ingeniero, abogado y banquero, además de caballero de la Orden de Malta, del Santo Sepulcro y del Santo Cáliz de Valencia— y María Lourdes Urquijo Morenés, Grande de España —quinta marquesa de Urquijo, marquesa de Loriana y de Villar del Águila—. Un crimen con mayúsculas en la aristocracia, de esos que dejan huella.

Sin embargo, Yoldi sí introduce una verdad alternativa a la que dejaron para la historia dos sentencias del Supremo. Una visión de novela. El autor explica que en su obra el crimen de ficción fue cometido en grupo por el entorno de los asesinados. “Mi versión parte de que el asesinato se cometió como un Fuenteovejuna, porque ninguno de los participantes [esos inquietantes otros de los que habla la sentencia] podía permitir que nadie que estuviera en la conspiración no estuviera en el lugar del crimen”, dice el veterano periodista de información de tribunales.

La experiencia de Yoldi en la investigación del doble asesinato de los Urquijo le lleva a recrear un ambiente de presión por parte del Opus Dei para controlar las pesquisas policiales y la instrucción del sumario. Además, su marqués novelesco tiene una agitada vida sexual extramarital y carente de precauciones, que le provocaron un chancro sifilítico (algo que sí padecía el marqués real cuando murió, que le curaba cuidadosamente su administrador, Diego Martínez Herrera).

Yoldi escribe para un lector avisado, al que deja la tarea de distinguir la verdad de la mentira, la inspiración en un hecho real de lo que son hechos reales, donde lo inquietante son los otros, esos otros que en el crimen auténtico de los Urquijo se fueron tan de rositas como los de Más allá del punto de no retorno.  Aunque cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia. O no.

El autor se reserva para triunfar en cenas con amigos la que él considera que fue la historia fetén de lo que ocurrió aquella calurosa noche del 1 de agosto de 1980 en la intimidad de las alcobas de Manuel de la Sierra Torres y María Lourdes Urquijo Morenés, cuando a él le descerrajaron un tiro en el occipital y a ella, uno en el cuello y otro en la boca. El arma fue una Star 22 Olimpic, con silenciador artesanal, empuñada por un tirador, “solo o en compañía de otros”, una frase que ha quedado para los anales de la historia criminal de España. 

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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