‘Ana y Bruno’, nacida para triunfar
La producción mexicana, dirigida por Carlos Carrera, se estrena este viernes en las salas del país
Ana y Bruno, dirigida por el mexicano Carlos Carrera, tiene todo (o casi) para convertirse en el próximo gran éxito del cine de animación. Quienes han podido verla dicen que es una de las mejores del género; ha contado, según afirman sus productores, con la mayor financiación de la historia del cine del país norteamericano; fue la gran ganadora de los premios Quirino -que reconocen el talento iberoamericano del género-; y Guillermo del Toro le ha dedicado una frase que es “oro molido”, como reconoce su productor Pablo Baksht: “Emocionante. Ana y Bruno es un hito de la historia de la animación en México”. A partir de este viernes 31 de agosto, los espectadores mexicanos serán los que decidan su triunfo.
Resulta prácticamente inevitable, por el carácter mexicano, no compararla con Coco, la película de animación sobre la celebración del Día de Muertos en México, producida por la estadounidense Pixar. Ampliamente aplaudida por la crítica, batió récords de recaudación con 800 millones de dólares. Para Baksht, que define la cinta como independiente, es imposible igualar las cifras de la historia que gira en torno al pequeño Miguel: “Ojalá, sería un milagro que sucediera eso, pero no tenemos la misma maquinaria. Esperamos que todos los que la vean la recomienden. Con llegar a la mitad de Coco, estaríamos más que satisfechos”, apunta.
Si bien destacan que Ana y Bruno es, según sus cálculos, la película más cara de la historia del cine mexicano, sus productores puntualizan que aun así la financiación ha sido de unos ocho millones de dólares, lo que “corresponde a una décima parte del presupuesto de una película de los grandes estudios de Estados Unidos y la mitad de la española Tadeo Jones 2”, apunta Alejandro Solozarno, director de producción de la cinta mexicana.
La historia arranca cuando la pequeña Ana llega con su mamá a un lugar de descanso junto al mar, donde se lo están pasando muy bien. Cuando su papá regresa a trabajar, Ana descubre que el lugar en el que están en realidad es una clínica mental. Allí conoce a Bruno, el ser imaginario de uno de los pacientes, pero no es el único. Con la ayuda de todos, la niña buscará a su papá para salvar a su mamá “de un grave peligro”, apunta su productor general, Baksht.
Una trama que pudiera parecer perturbadora. Por lo que se hizo, además de un estudio de mercado, uno psicológico para calmar las posibles preocupaciones. “El resultado es que tanto niños como adultos salían felices de ver la película”, afirma Isabel Aerenlund, productora ejecutiva de la película. “Es más un tema de los prejuicios que tienen los adultos sobre lo que un niño puede o no gestionar que el hecho de lo que pueden manejar”, afirma la también actriz.
Además del perrito de la raza mexicana xoloitzcuintle que acompaña en sus aventuras a la protagonista, hay para Solozarno otro componente intrínsecamente mexicano: “Creo que el tono de la película y el vaivén emocional al extremo son muy propios del cine de nuestro país: primero estás eufórico, luego te hundes, después te espantas… Es esta una característica muy propia de los realizadores mexicanos, tanto para el drama como para la comedia”.
Después del estreno en México, se podrá ver en una decena de países, entre ellos: España, el 21 de septiembre; Ecuador, el 4 de octubre; Perú, el 25 de octubre; Chile, el 8 de noviembre; Bolivia, el 20 de diciembre; y Argentina, el 17 de enero. “Y esto es un logro, porque es muy extraño que una película mexicana, antes de ser estrenada en su propio país, ya tenga fechas de estreno en otros países”, defiende Aerenlund.
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