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Gustavo Dudamel y Frank Gehry hacen despegar El Sistema venezolano en Los Ángeles

La orquesta joven de la Filarmónica angelina (YOLA), un programa inspirado en la enseñanza musical para niños en Venezuela, tendrá una sede fija en el sur de la ciudad

Pablo Ximénez de Sandoval
Gustavo Dudamel y Frank Gehry, el miércoles en Inglewood, California.
Gustavo Dudamel y Frank Gehry, el miércoles en Inglewood, California.Rachel Luna (AFP)

Un día de 2007, una profesora del colegio de Edson Natareno le dijo a su madre que acababan de abrir unas clases de música por las tardes en el barrio, en pleno Exposition Park, una zona que linda con las calles más deprimidas de Los Ángeles. Tenía ocho años. “Nadie en aquella clase tenía conocimientos de música”, asegura. Iba los martes y viernes, de siete a ocho de la tarde. Aprendió a tocar el violín y después el clarinete. Hoy, con 20 años, Natareno ha tocado el clarinete en el Hollywood Bowl, en Londres y en Japón con la Filarmónica de Los Ángeles. Dice que su mayor orgullo es haber tocado bajo la dirección del responsable de todo esto, Gustavo Dudamel.

Aquellas clases de música fueron el principio de un programa llamado Youth Orchestra of Los Angeles (YOLA). Lo puso en marcha Dudamel el mismo año que llegó a la ciudad como director musical de la Filarmónica (LAPhil). El modelo está inspirado en El Sistema, el programa público de enseñanza musical para niños desfavorecidos que es uno de los mayores orgullos de Venezuela y que es el origen de la carrera de Dudamel. Desde entonces, ha formado a más de 1.200 jóvenes de barrios desfavorecidos de la ciudad de Los Ángeles.

Este miércoles, más de una década después, Dudamel presentó junto al arquitecto Frank Gehry la futura sede fija de YOLA. Será una nueva aportación de Gehry, a quien Dudamel asegura que llama Pancho en la intimidad, a una ciudad que luce el Walt Disney Concert Hall, la escuela Loyola de Derecho o el Museo Aeroespacial de California. Para el presidente ejecutivo de LA Phil, Simon Woods, la orquesta de Los Ángeles ya tenía dos de los espacios para conciertos más reconocibles y espectaculares del mundo, el Walt Disney Concert Hall y el Hollywood Bowl. Con el espacio de YOLA en Inglewood, añade un tercero a la misma altura de los otros dos.

Gehry y Dudamel, frente a la maqueta de la futura sede de YOLA.
Gehry y Dudamel, frente a la maqueta de la futura sede de YOLA.Armando Arorizo (EFE)

Fue una ocasión para oír a Dudamel hablar apasionadamente de este proyecto. “No se puede ver el mundo hoy y no tener un poco de miedo por la siguiente generación”, dijo el venerado conductor en el acto. Dudamel presentó YOLA como el hogar de “niños que nunca sabrán hacer la raíz cuadrada de 64, como yo, pero que pueden tocar a Beethoven de la manera más hermosa”.

“Existe el concepto de que (los músicos) somos un grupo de privilegiados que tienen acceso a algo especial”, razonó Dudamel. Pero la música se puede enseñar. “La educación artística es un derecho de la gente. La cultura para pobres no tiene que ser una cultura pobre. Tiene que tener espacios que inspiren, que hagan soñar”, como el que se presentó este miércoles en Inglewood. Los jóvenes desfavorecidos de Los Ángeles aprenderán música en un conservatorio diseñado por el estudio de arquitectura más prestigioso de la ciudad y asesorado por Dudamel en cuanto a las necesidades técnicas y acústicas. “Estos chicos van a transformar la vida de sus familias porque van a trabajar con lo mejor”.

“Esto es un sueño hecho realidad”, añadió Dudamel. “En este lugar vamos a construir un futuro hermoso. Un lugar de dignidad, arte, cultura y comunidad. Veremos los resultados cuando todos estos chicos se conviertan en los líderes de sus comunidades”.

El centro surgirá de la reforma integral de uno de los edificios del Ayuntamiento de Inglewood, un municipio al suroeste de Los Ángeles con mayoría latina y afroamericana y que alberga algunas de las zonas más deprimidas de la ciudad. Tendrá 2.300 metros cuadrados, con un gran escenario en el medio y las mejores condiciones acústicas, según Dudamel (“es un escenario prácticamente idéntico al del Disney Hall”). El coste proyectado es de 14,5 millones de dólares. Se espera que comience a funcionar en 2020. El centro llevará el nombre de Thomas y Judith Beckmen, la pareja de filántropos locales que ha liderado las donaciones para el proyecto.

“Me veo completamente reflejado” en los jóvenes de Los Ángeles que participan en YOLA, comentó Dudamel a EL PAÍS. “Fui uno de ellos, soy uno de ellos. Ahí está el Gustavo que un día estuvo sentado en una orquesta infantil. Por eso me siento tan orgulloso”.

Con Dudamel, LAPhil fichó una forma de entender la música que tiene en YOLA, creado por él, una de sus mejores expresiones. Hoy “es una parte central de nuestra visión y misión en la filarmónica”, dijo Woods. “Tener un consejo de administración como el de LAPhil, de una generosidad infinita, es maravilloso”, comentó Dudamel a EL PAÍS sobre las oportunidades de financiación para proyectos como este en Los Ángeles. Frente al tópico de una música clásica elitista e inaccesible, “están absolutamente comprometidos con la idea de la música como elemento de desarrollo social dentro de la comunidad”. Dudamel y Gehry aseguraron que esta era la primera escuela de otras que esperan construir por todo el condado.

Tener la escuela permanente de YOLA en un barrio como Inglewood (22% de pobreza) “es un mensaje para el mundo”, dijo Dudamel. “Esto significa dignidad para nuestra juventud”, añadió. “Como me dijo mi maestro, José Antonio Abreu: ‘Desde el momento en que un niño sabe tocar un instrumento, ya no es pobre”.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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