De ‘Sangre’ a ‘La región salvaje’, la trayectoria de Amat Escalante
La obra de uno de los cineastas mexicanos más reconocidos puede verse en línea a través de FilminLatino
En la escala de directores mexicanos que han sido ovacionados en encuentros de la talla del Festival de Cannes o San Sebastián, Amat Escalante se distingue no solo por haber subvertido distintos elementos en el orden de lo cinematográfico, sino por atender en su narrativa a una sociedad mexicana que se configura desde la crudeza, el realismo exacerbado y las contradicciones surgidas entre el deseo y el miedo. En su cuarto y más reciente largometraje, La región salvaje (México, 2016), el director deja expuesta una inflexión de novedad para el cine mexicano en el manejo a todas luces determinado de la fantasía como dispositivo y cuestionando incisivamente al espectador sobre la moralidad y sus tabúes.
De la mano de Gibrán Portela, coguionista de la película, Amat Escalante dejó abrir las puertas de la inspiración y decidió incorporar un elemento ficticio para acercarse, en sus propias palabras, “de manera profunda a la verdad de los personajes y poder representar el conflicto por el que atraviesan de una manera muy particular en presencia de ese elemento”.
Si en Heli (México, 2013) la representación del miedo se expresa de manera consciente para contar un drama sombrío sobre la guerra contra las drogas, en La región salvaje el desasosiego se eleva entre sus protagonistas por un entorno onírico, puesto en escena a través un bosque cubierto de neblina, que se rige bajo otras reglas como la culpa, el placer desmedido, el castigo o el incesto. Donde aquello que en la vigilia supuestamente está prohibido, en la región salvaje cobra su lugar con consecuencias mortuorias para los personajes.
La ficción bajo el sello tan particular de Amat Escalante fue acuñada desde su ópera prima Sangre (México, 2005) y posteriormente en Los bastardos (México, 2008), dos piezas crudas que dejaban ver ya la lógica de la prohibición y el coste de conductas inadecuadas para el orden de lo social. Sin embargo, la voz del director no solo hace eco por las temáticas recurrentes en su filmografía o por la facilidad con que podemos sentirnos representados como país al estar frente a sus imágenes; es el tránsito entre cada uno de sus argumentos, y la toma de decisiones arriesgadas en sus cuatro largometrajes, lo que coloca su obra como uno de los análisis y acercamientos más críticos dilucidados acerca del México contemporáneo.
Sangre, Los bastardos y Heli pueden ser vistas en línea a través de la plataforma digital FilminLatino.
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