Sebastián Lelio: “Mi protagonista es alguien a quien la sociedad le dice que no merece una película”
El flamante ganador de los Fénix con 'Una mujer fantástica' prepara ya la campaña de los Oscar para su filme y para su actriz, Daniela Vega
Los dos últimos años han tenido al director Sebastián Lelio (Santiago de Chile, 1974) atado a un rodaje. Tras su cuarta película, Gloria (2013), que le lanzó internacionalmente, se tomó su tiempo para escribir Una mujer fantástica (2017), que presentó en la pasada edición de la Berlinale, donde obtuvo el galardón a mejor guion. Allí solo estuvo 48 horas -protagonizando en su rueda de prensa una de las imágenes del festival- porque se encontraba filmando Disobedience, adaptación de la novela de Naomi Alderman con Rachel Weisz (impulsora del proyecto) y Rachel McAdams, y el ritmo de trabajo también le ha jugado una mala pasada en los premios Fénix, a los que no pudo asistir porque se encuentra rematando la versión estadounidense de Gloria, protagonizada ahora por Julianne Moore. "Mejor que las cosas buenas me lleguen cuando estoy trabajando, ¿no?", contaba en una charla durante el pasado festival de San Sebastián, donde promocionó Una mujer fantástica para su estreno en España.
Una mujer fantástica muestra el drama de una mujer transexual cuya pareja muere de repente y ve sacudido su mundo por la primera esposa y los hijos del fallecido. Una película con aromas a Hitchcock y a Almodóvar, y ese referente provocó la imagen mencionada de Lelio en la Berlinale. A la pregunta de este periodista sobre el cineasta español, el chileno se tapó la cara con las manos y durante 30 segundos se quedó callado. "De repente fui consciente de todas las veces que iba a tener que responder a esa cuestión. Estaba muy cansado porque había rodado la noche anterior y fue una reacción espontánea. Tomo la comparación como un halago, aunque mi referente siempre fue Belle de Jour, de Buñuel". Reflexiona tras escuchar la comparación entre la banda sonora compuesta para Una mujer fantástica por Matthew Herbert y los trabajos de Alberto Iglesias para Almodóvar y Bernard Herrmann para Hitchcock, y prosigue: "Claro, no puedes rodar a una mujer en la ducha sin tenértelas con Hitchcock y probablemente haya un gran nivel canónico proveniente de Almodóvar de estas temáticas. Siendo muy honesto -y te lo dice alguien que hace poco volvió a ver Todo sobre mi madre bañado en lágrimas- en el panteón de las películas que me inspiraron Una mujer fantástica no estaban las de don Pedro. Pero los espectadores encuentran siempre pistas, huellas, de las que los directores a priori no éramos conscientes. Aunque con el protagonismo de una mujer transexual, mas guiños asumidos al melodrama, cruzada por el thriller, en una película que es también una reflexión sobre el cine... entiendo la referencia almodovariana. Yo pensaba más en Jeanne Moreau en Ascensor para el cadalso". O Vértigo. "Gracias, yo no me atrevía a decirlo".
Moreau ha sido una clara influencia en el personaje que encarna Daniela Vega. Por su elegancia al moverse, desde luego. "Y también porque es un tipo de heroína con un aliento anterior correspondiente a las heroínas de los años cincuenta, más asentadas en el enigma que en... lo genarowlandsdiano, otro registro que yo amo mucho pero que aquí no funcionaba, por los juegos de imágenes proyectadas y paralelas. El enigma es el recipiente perfecto para nuestras propias fantasías, deseos, temores...".
Este encadenamiento de trabajos lo entiende Lelio "como un buen regalo y un problema exigente". Se explica: "He enlazado los tres rodajes, y no puedo negar que al final es lo que siempre he querido. Hace 11 años, cuando estrené mi primera película, el único anhelo era, sencillamente, estrenarla. No me planteaba más. Ni siquiera festivales. Mis compañeros de generación, como los Larraín, que me producen, solo teníamos hambre, queríamos sacar de nosotros las películas que albergábamos. Así que siempre sacas energía para seguir rodando". Disobedience habla de amores lésbicos dentro de una comunidad judía ultraortodoxa. "Yo ni soy británico ni soy judío, pero me invitaron ya a trabajar desde el guion, y vi elementos muy cercanos a mí como la libertad individual, la presión de un colectivo opresor y los chispazos que ocurren en el choque. También un amor maldito ante los ojos de los otros, y la reivindicación de esa relación a través de la película. Son elementos que me hicieron sentir como en casa. Estaba en mi territorio".
Una vuelta final a Una mujer fantástica. La película no nació del personaje de Daniela Vega, sino de otro concepto: "¿Qué pasa si la persona que tú amas se muere en esos brazos, y esos brazos resultan ser el peor sitio para que tu pareja muera porque por alguna otra razón tú eres la indeseada? Esa pregunta fue el motor, y en la escritura dimos vueltas hasta que llegamos a la mujer transexual". Un hallazgo que añade sorpresa y poesía a un concepto antes visto en el cine. "Es un caballo de Troya: el revestimiento de lo clásico pero con un corazón hipermoderno, y en esos elementos surge una cuestión estética y ética que hace de la película lo que es". Hay más juegos: "Sí, como poner de protagonista a alguien a quien la sociedad le dice que no merece una película y filmarlo como si fuera Jeanne Moreau, como un acto de amor". ¿Es Daniela Vega el gran regalo? "Al decidir la transexualidad de la protagonista, yo, que vivía en Berlín, investigué en Chile cómo sería su día a día. Dos personas distintas nos dijeron de Daniela, literalmente, que era fantástica. Tras la primera charla, yo salí transformado. Me voló la cabeza. Supe que no haría el filme sin una actriz transexual, y que Daniela sería nuestra asesora. Nos hicimos amigos por Skype. Poco a poco su presencia fue calando el guion. A mitad de la escritura sentí el segundo clac: Daniela era Marina. Ella además trajo una pregunta: ¿qué es una mujer?".
¿Habrá Oscar para Daniela Vega? "Espero que gane todos los premios. Sin embargo, siempre hay un factor de suerte. Sony se está tomando con mucha pasión esa posibilidad, y el momento cultural y político podría probablemente ayudar, pero los elementos azarosos son demasiados como para poder vaticinar nada".
Babelia
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