La amistad que puso fin a una guerra
Timothy Spall y Colm Meaney presentan ‘El viaje’, película sobre el primer encuentro entre dos líderes enemigos del conflicto de Irlanda del Norte
La amistad entre dos grandes enemigos del conflicto de Irlanda del Norte fue esencial para conseguir el cese al fuego. En el proceso político para poner fin a la violencia que había azotado la región durante 30 años (1968-1998), los líderes de dos partidos políticos antagonistas, Ian Paisley, del Partido Unionista Democrático (protestante y ultraconservador), y Martin McGuinness, del Sinn Féin (católico y republicano), se convirtieron en primer y viceprimer ministro de su país en 2007. Sin embargo, antes de compartir el poder, su enemistad era tan radical que no se dirigían nunca la palabra. Fue uno de sus encuentros por compromisos políticos el que lo cambió todo, y aunque no hay certezas de cómo se produjo el acercamiento, el director Nick Hamm lo ha imaginado en su nueva película, El viaje, con Timothy Spall como Paisley y Colm Meaney en el papel de McGuinness, y que se estrena en España este viernes 8 de diciembre.
Para prevenir los atentados contra uno u otro grupo político en los días de conflicto en Irlanda del Norte, los dirigentes acostumbraban viajar en compañía de un oponente. A partir de esta práctica, El viaje reconstruye un recorrido en coche con Paisley y McGuinness como protagonistas. En un trayecto de 85 kilómetros, este encuentro se convierte en la gran esperanza para sellar un acuerdo de paz entre los dos partidos más radicales de la nación. “Es un gran recurso para estos personajes”, afirma Spall en conversación con EL PAÍS. “No tienen a dónde ir. Tienen que acompañarse el uno al otro, hablar y conocerse”.
“Fue una gran responsabilidad representar a dos personajes cuya vida está bien documentada”, considera Meaney por su parte. La complejidad del tema inquietó en un principio a ambos actores, según lo reconocen ellos mismos. “Hay algo que no me gusta en Ian Paisley, ni en McGuinness, ni en toda la situación de Irlanda del Norte y que me hacía sentir incómodo y triste”, reconoce Spall. Pero su percepción cambió cuando leyó el guion: “Era muy esperanzador sobre la resolución de un conflicto que tenía todas las probabilidades en contra”.
Meaney destaca que la película haya logrado reflejar de una manera objetiva la personalidad de los dos políticos norirlandeses. “Ambos tenían mucho sentido del humor, y su relación era como una rutina de comedia”, comenta el actor. Desde que Paisley y McGuinness se hicieron amigos y compartieron el poder, se ganaron públicamente el apodo de los Chuckle Brothers, en referencia a una pareja de cómicos británicos popular en los años 90 y 2000, y son abundantes las fotografías en las que aparecen riendo juntos.
Actualmente, a pesar de que la violencia ha cesado en Irlanda del Norte, las divisiones siguen estando presentes en la sociedad. De hecho, Meaney advierte de que la reciente muerte de McGuinness, en marzo pasado, “ha complicado las negociaciones”. A eso se suma el panorama del Brexit, una decisión que califica de “absurda”. “Creo que siempre ha habido una conexión con Europa”, subraya, por lo que separarse de la Unión Europea relegaría a Reino Unido a ser “una pequeña isla, como Irlanda”. No obstante, entiende que el Brexit tiene sus razones. “Es una reacción a la decadencia del estilo de vida en los últimos 20 años y a la desaparición de la clase media”, argumenta. Aun así, piensa que el problema no se puede resolver mediante movimientos populistas, sino por medio de “una sociedad más equitativa”.
Así como ocurre en El viaje, Spall entiende que la única solución real a los conflictos es el diálogo. “Tiene que ser así al final, ¿cierto?”, comenta con ironía. Y se explica: “Cualquier conflicto, al final se resuelve hablando. Lo normal es que cuando un enfrentamiento termina, hay una negociación. Eso me hace creer que entre los humanos hay una gran simpatía, pero una mala comunicación”.
En El viaje, Spall y Meaney comparten reparto con el actor británico John Hurt, fallecido en enero pasado, en la que fue una de sus últimas cintas. Los dos expresan admiración por su calidad actoral y su afectuosa personalidad, pero es Spall quien siente un aprecio más íntimo por el famoso intérprete de El hombre elefante: “Él fue una de las razones por las que quise ser actor. Era un actor maravilloso y con una gran carrera. Por eso es que nunca se irá, siempre lo podremos ver, que al menos es algo”.
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