¿Qué bebidas se consumen más en los festivales?
Un informe sobre el sistema de pago por pulsera revela cómo consumen los festivaleros
El big data o el tsunami de datos que obtenemos gracias a Internet, permite descubrir información que antes solo podíamos intuir. Ahora, podemos confirmar casos que aportan valor al futuro de empresas y usuarios, un hecho que también ha influido en los festivales de música. Gracias a ello podemos conocer el aforo en tiempo real, optimizar recursos y saber qué desean los asistentes en cada punto del festival. Una realidad que se deduce del último informe sobre el método de pago con pulsera de IDASFEST, una empresa especializada en tecnología para este tipo de eventos.
En España, gran parte de los festivales se han sumado a la moda del cashless, un sistema que abandona el pago en efectivo para que los asistentes puedan realizar sus compras con una simple pulsera. Este brazalete vive de las recargas que realice el usuario cuántas veces necesite a través de su propio móvil. Un engranaje que permite conocer más sobre el gusto de los festivaleros y consigue que los organizadores sepan cómo tratar mejor a sus clientes. Grandes citas como el Cruïlla, el Low Festival, el Sónar o el Sonorama, Premio Fest al mejor festival de gran formato, cuentan con esta modalidad de pago.
El estudio refleja la dinámica de muchos festivales de música españoles en cuanto a gustos, preferencias y hábitos de consumo. Una exploración que está basada en una serie de diez eventos de diversos géneros musicales que se han celebrado este 2017. De este informe se desprende una cifra fundamental: el pago con la pulsera aumenta el consumo un 18,5 % respecto a festivales que siguen utilizando el dinero en efectivo en las transacciones. Y es que, un simple gesto y el hecho de hacer una carga previa de dinero, agiliza el consumo. Un gasto que se dispara a las once de la noche, hora en la que se produce el pico máximo de consumos y de recargas.
El incremento del gasto por parte de los asistentes a los festivales se traduce en 23 euros de media por persona, siendo los eventos de rock donde más se consume —rozando los 35 euros de media—, y los de electrónica donde menos —19 euros—. Este gasto es prácticamente similar en hombres y mujeres, siendo el género masculino más consumidor con 25 euros de media, casi tres euros más que ellas. La verdadera diferencia se produce según la edad del cliente, ya que los mayores de 50 años se gastan prácticamente el doble que los más jóvenes.
Las bebidas favoritas de los asistentes
El estudio permite llegar al dato más concreto de los festivaleros gracias al sistema cashless. De esta forma, podemos corroborar que la bebida estrella de los festivales es la cerveza, que es la consumición preferida para casi el 47 % de los asistentes. Las copas se presentan como la segunda opción en las listas, con el 24 %, una cifra muy similar a la de los consumidores de refrescos y agua. Esta cifra varía si hablamos de festivales de música electrónica, donde las copas y los refrescos desbancan a la cerveza.
Por si estas cifras no fuesen lo suficientemente particulares, las pulseras con las que pagamos desvelan todavía más detalles de los clientes de este tipo de eventos musicales. Así, la bebida favorita a la hora de comprar una copa es la ginebra (40 %), el ron (35 %), el whisky (13 %) y el vodka (8 %). Curiosamente, el 70 % se decantan por el consumo de agua y solo un 28 % por bebidas azucaradas. Dentro de estas últimas destaca el gran consumo de bebidas energéticas y el refresco de cola. Si hablamos de los chupitos, una opción que solo un 3 % elige, casi la mitad opta por una bebida concreta: Jägermeister.
Babelia
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