Muere el artista plástico peruano Milner Cajahuaringa
Contribuyó a la abstracción de los años 60, y hasta los 80, con la iconografía y simbolismo andinos
Milner Cajahuaringa, el pintor y exprofesor de varias generaciones de artistas plásticos la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes del Perú, falleció a los 85 años la madrugada del domingo en su casa en Cieneguilla, en las afueras de Lima. Su obra de mediados de los años 60 y los 80 del siglo pasado se caracterizó por el uso de la geometría y el simbolismo andino y los colores fuertes en la abstracción.
Nació el 29 de febrero de 1932 en la provincia de Huarochirí, en los Andes de Lima, una zona rica en dioses y mitos ancestrales, donde los españoles operaron con dureza durante la extirpación de idolatrías indígenas incas en el siglo XVII.
La huella de esa cultura milenaria y su destrucción quedaron plasmados en el documento llamado Manuscrito de Huarochirí, un testimonio oral de los héroes, ritos y ancestros de los habitantes de ese lugar, recogido por el presbítero Francisco de Ávila en 1608.
El origen huarochirano y andino de Cajahuaringa es notable en sus trabajos más importantes, que -según el artista plástico Leoncio Villanueva, uno de sus discípulos- realizó entre 1965 y mediados de la década de los 80.
Villanueva dijo a EL PAÍS que su maestro fallecido tenía un fuerte rechazo hacia los conquistadores españoles, que volcó en dos series de acuarelas y trabajos en tinta china contra los virreyes y contra las corridas de toros.
“Tenía una visión sumamente crítica. Pintó a los virreyes como monstruos, del rostro les salían gusanos. Entre 1965 y 1985 tuvo una producción estupenda: incorporó el trapecio incaico como una forma de expresión y de rescate de las culturas antiguas”, explicó Villanueva a EL PAÍS.
Villanueva es miembro de la primera promoción de la que Cajahuaringa fue docente en la Escuela de Bellas Artes del Perú, donde ingresó en 1966. “No solo fue maestro en las clases, también nos orientaba y se preocupaba por nuestro trabajo fuera de la escuela, nos reuníamos en su taller de la calle Chota (en el centro de Lima) y allí formó un círculo cultural de estudiantes llamado Pichqa, cinco en quechua”, añade.
“Debería hacerse una recopilación fotográfica de la obra de esos años y editarse un libro, pues hay allí un gran legado a la cultura peruana. En internet hay pocas fotos de su mejor obra, habría que buscar a los coleccionistas”, indicó.
En el conocimiento andino antiguo, las estructuras geométricas representaban el orden y las relaciones entre el mundo de los hombres, el de los dioses y el de los muertos. Lo sagrado podía estar en los astros, pero también en los apus (deidades en quechua) que eran los cerros nevados más importantes en cada lugar. El apu más importante de Huarochirí es el Pariacaca.
“Cajahuaringa hizo trabajos bien interesantes con los colores fuertes y geometrías del mundo andino, ello lo llevó a problemas porque tuvo una vertiente de aproximación a lo andino distinta a la tradición popular del arte barroco de las iglesias o el arte de los retablos de Joaquín López Antay que era comprado por la clase media-alta de Lima en los años 70. Ello lo dejó en una especie de limbo”, explica a este diario Augusto del Valle, director del Museo de Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Del Valle fue uno de tres comisarios de una muestra en el Museo de Arte de Lima (MALI) en 2006, llamada ‘Visiones de fin de siglo’, en la que incluyó obras de Cajahuaringa en una sección llamada ‘Constelaciones’.
El artista plástico huarochirano estudió la secundaria en el internado del Colegio Guadalupe en Lima. El lunes, durante un homenaje en cuerpo presente en la Escuela Nacional de Bellas Artes, un representante de su promoción escolar comentó que Cajahuaringa integraba el taller de arte desde la secundaria y que aún conservan murales suyos en el colegio.
El artista plástico fue socio fundador de la Asociación Huarochirí, de residentes de esa provincia en Lima, y promotor del grupo cultural Embajada Folclórica Cuniraya Pariacaca. Cuniraya Wiracocha es uno de los dioses tutelares protagonistas de los mitos recogidos en el Manuscrito de Huarochirí.
Durante el homenaje realizado el lunes al pintor, un amigo suyo huarochirano, Arturo Aguirre, dijo que Cajahuaringa partía a las faldas del nevado Pariacaca a reunirse con otros dos ilustres huarochiranos, el arqueólogo Julio César Tello y Francisco Inca, quien protagonizó un alzamiento contra los españoles en 1750.
Babelia
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