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Cine ecuatoriano para los ‘movie goers’

La ópera prima de Leandro Sotomayor, 'Horas exhaustas', pretende ser más entretenida al imitar al cine de Hollywood

Afiche de 'Horas exhaustas'.
Afiche de 'Horas exhaustas'.

Un poco de acción y suspense no le vienen mal al cine ecuatoriano. Horas exhaustas, la ópera prima de Leandro Sotomayor, incluye esos elementos a la cartelera local. La película transcurre en una sola noche, con una ágil edición e incluso cuenta con tomas aéreas que dan a Quito el aire de una gran metrópoli. El director reconoce la influencia del cine norteamericano. Sus referentes son Martin Scorsese, Quentin Tarantino, James Cameron y Cristopher Nolan. No por nada vivió 20 años en Estados Unidos, donde empezó a grabar, de manera casera, las primeras escenas de lo que sería su primera cinta.

Horas exhaustas inicia con la noche, cuando un grupo de hombres secuestra a un niño en un parqueadero y deja inconsciente a su madre, y la película estará resuelta al amanecer. Esa exigencia del guion supuso a la producción rodar durante 15 noches consecutivas con sus madrugadas. Todo fue, valga la redundancia, muy exhausto. El cineasta cuenta que entre la escritura del libreto y la postproducción pasó menos de un año.

Sotomayor viene de la publicidad, lo que hace que su cine sea más comercial y alejado del drama social que caracteriza a muchas historias de América Latina. Fernando Cruz, uno de sus compañeros de trabajo, dice que el cine de Sotomayor es “más entretenido” y que está hecho para “atraer a los movie goers”.

Sobre la historia, el director explica que estaba en la memoria de su familia, que vivió un evento similar hace unos 30 años. “Tenía las fuentes muy inmediatas, mi reto era escribir con respeto y cariño”, cuenta. Quizás por eso detrás de la producción hay un gran esfuerzo familiar. La hermana de Sotomayor es la productora ejecutiva y su madre dirigió el casting para seleccionar a los 15 actores que se ven en escena. Además de eso, ambas actúan. Para ellas se reservaron los roles protagónicos.

Sotomayor también aparece en la película, pero no como Tarantino, que suele escoger un personaje periférico. El director ecuatoriano eligió el papel de un guarura o hombre duro que desenreda buena parte de la trama. “Pensé que si escribí ese personaje podía interpretarlo”, justifica. Esa mezcla actoral, pese a la experiencia teatral que tiene la madre del director, consigue que haya algunas escenas sobreactuadas, más propias de una novela de televisión. Otra exageración de Horas exhaustas es la gran cantidad de diálogos que explican mucha de la acción.

Pese a las críticas, Sotomayor promete seguir con su apuesta cinematográfica. La siguiente no será un thriller, sino quizás una comedia o un drama que resuma su estancia en Estados Unidos. “Yo sé lo que es una redada, yo sé lo que es correr, esto se ve en uno de mis guiones, cuento como la gente es recibida aquí en Ecuador”, dice y adelanta que tiene cinco guiones ya registrados en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual. Algo que pocos cineastas pueden presumir.

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