La versión andina del Quijote y Sancho
'Quijotes Negros' es una tragicomedia, con altas dosis de farsa y fantasía, en la que los protagonistas se disputan el amor de la reina y la princesa de España
Un Quijote negro y un Sancho andino, que se disputan el amor de la reina y la princesa de España, es lo que cuenta la película del ecuatoriano Sandino Burbano. La cinta llamada Quijotes Negros es una tragicomedia, con altas dosis de farsa y fantasía, algo poco usual en las óperas primas ecuatorianas. “Es interesante no encasillarse en un solo género y hacer una sola cosa, desbordamos el género de la tragicomedia, lo sumamos al género de la gracia”, dice Burbano.
- ¿De dónde surge la historia?
- “Cuando leí el Quijote yo era solo adolescente y me preguntaba por qué el señor feudal era quien podía ir en conquista del ideal, mientras que el esclavo, el porquerizo Sancho, era solo un buen amigo, un acólito, que siempre iba detrás”, responde el cineasta.
Sancho, en la ficción de Sandino, es un carnicero que se vuelve protagonista y busca alcanzar sus sueños. El Quijote, en cambio, es un pordiosero que llega tarde a la trama. “La película concede a seres comunes y casi analfabetos la posibilidad de encarnar un papel en la representación de lo clásico desde nuestra hechura social”, explica el director.
En opinión de Burbano, la cinta plantea “una mirada transversal a las relaciones históricas de España y América Latina” y por esto espera que también pueda ser vista y criticada en España. Un detalle trillado, pero que encaja perfectamente en la trama, es que uno de los personajes intenta cobrar a la corona española el oro que se llevaron los colonizadores de América.
No pasa desapercibido que la película, que ha tenido un proceso de posproducción de ocho años, rompe con la estética habitual de las películas latinoamericanas. Esto demuestra el rechazo que tiene el director a la forma habitual de hacer cine desde Latinoamérica: “Nuestro cine es producto de una imposición estética de los festivales europeos, se ha puesto de moda un estilo de hacer cine, por ejemplo, el uso de la música diegética, los planos secuencia para acompañar los movimientos de los personajes”.
Quijotes Negros también ofrece poesía y filosofía, pero no es abstracta. Aún no ha tenido su estreno comercial en Ecuador, pero ya tiene dos premios: fue el mejor largometraje fantástico en el I Festival Internacional de Cine Fantástico de Mar del Plata el año pasado y acaba de llevarse el premio del público en la IV edición de La Casa Cine Fest, en Quito. Había mucha curiosidad por esta historia fantástica que deriva arquetipos y prejuicios. Sandino solo dijo que es "una suma de sus vivencias y sus circunstancias". Buena parte del rodaje se hizo en una playa ecuatoriana, de la zona afro de Ecuador, donde nació el cineasta.
Babelia
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