Santiago Segura contra la normalidad
El director de la saga de Torrente encarna a un músico con síndrome de Asperger en 'Casi leyendas', una “comedia emotiva” sobre las segundas oportunidades
Desde que era pequeño, hay algo que a Santiago Segura le "toca los huevos": lo políticamente correcto. Quizá por eso luce, a sus 51 años, una calva secundada por una melena. Por ello también —y porque "es más divertido"— procura escoger personajes en los márgenes de una sociedad que les da la espalda. "Es muy difícil hacer de persona normal", bromea en el madrileño cine Verdi donde presenta su última película, Casi leyendas, una coproducción hispanoargentina dirigida por Gabriel Nesci sobre el reencuentro tras 25 años de una olvidada banda de pop que nunca llegó a triunfar. "Para mí sería aburridísimo hacer de Superman, siempre quería ser el villano", cuenta el padre de la saga Torrente, que en esta ocasión interpreta a Axel, un músico con síndrome de Asperger que convence a sus compañeros para perseguir el sueño que nunca cumplieron.
"Muchas veces no estás donde quieres estar sino donde la vida te ha puesto", afirma Segura, que ha llegado a esta conclusión tras constatar la diferencia "entre lo que soñaban ser los personajes y a lo que han llegado": Axel, un técnico informático que vive para cuidar a su padre enfermo; Javier (Diego Peretti), un profesor de biología deprimido por la muerte prematura de su esposa y con un hijo adolescente a cargo; y Lucas (Diego Torres), un abogado corrupto consumido por su vanidad. Todos aspiraban a convertirse en Led Zeppelin o Guns’n’Roses. "Tiene su rollo esta historia de unos tíos que querían ser algo cuando tenían 20 años y que 25 años después están en otra cosa distinta. Habla de las segundas oportunidades", asegura el actor, a quien le parece bonito parar para interrogarse sobre el pasado: "¿Por qué dejé de tocar el piano? ¿Por qué dejé de escribir esa novela con la que iba a ganar el Pulitzer? O, ¿por qué me han puesto de gerente en la fábrica de distribución de cadenas de mi padre?".
Para ponerse en la piel de Axel, Segura investigó los síntomas del síndrome de Asperger, una enfermedad todavía poco conocida: "Hasta hace poco ni siquiera se diagnosticaba, o sea que a lo mejor tenías Asperger y eras simplemente el raro del grupo, o eras un poco friki”, cuenta el actor, que consigue extraer la vis cómica de comportamientos socialmente problemáticos como tomarse todo de forma literal o exhibir una dolorosa sinceridad: "¿Tienes toda la parte inferior del cuerpo paralizada, o la vagina aún te funciona?", pregunta en el filme a una mujer en silla de ruedas de la que está enamorado. "En realidad no tienen problemas para integrarse en la sociedad, pero sienten las emociones de otra forma. Les cuesta más captar la ironía, son muy buenos para las matemáticas, la música...muchos genios tenían Asperger", cuenta.
La sombra de Torrente sigue persiguiendo, sin embargo, a alguien que también es un ídolo en Argentina, donde rodó la película. "Por la calle me decían capo, maestro, figura, grande", recuerda sobre un país donde su saga policíaca y películas como El día de la bestia son "como películas de culto". Y es que el espíritu grasiento y racista de su personaje prospera en un mundo cada vez más marcado por los corruptos y los movimientos xenófobos y nacionalistas. "Siempre me decían que Torrente es una especie de dinosaurio que está en vías de extinción, un representante de lo que fuimos, de esa España carpetovetónica…Y no, no se ha extinguido para nada. El torrentismo tiene una vigencia total".
Preocupado por lo que dirán las generaciones venideras de su filmografía como director —"joder, pensarán que no fui un tipo muy original"—, Segura prepara una comedia ajena a la figura del obeso policía corrupto de la que prefiere no adelantar nada. Sí se lanza a recordar una anécdota, protagonizada por dos buenos amigos, que asegura que no olvidará nunca: "En el primer Torrente, tanto Guillermo del Toro como Fernando Trueba me ayudaron mucho en el montaje. Estaba Guillermo viendo el corte definitivo en el laboratorio y riéndose...", recuerda el cineasta, que reproduce lo que le dijo Del Toro con acento mexicano:
—Gordo, obra maestra cabrón…Pero le sobran 20 minutos".
—¿Pero entonces obra maestra o le sobra? —replicó el director de Torrente.
—Las dos cosas, cabrón. Está muy bien...pero le sobran 20 minutos.
"Y tenía razón. Le quité quince", concluye Segura.
Netflix o salas de cine, ¿estrenos incompatibles?
'Casi leyendas' viene de triunfar en la taquilla argentina —fue la tercera película más vista en su primer fin de semana, con 51.183 espectadores—, pero en España se estrenará en solo 27 salas. Una de las razones es que el filme, que ha sido adquirido por Netflix, estará disponible en la plataforma de pago en cinco o seis semanas, algo que los cines no consienten. "Yelmo, Cinesa y las grandes empresas de exhibición están ancladas en el sistema antiguo de ventanas. Si no tienes una ventana de 16 semanas por contrato, no te aceptan la película", cuenta Segura, coproductor de la cinta, que no pensaba que el contrato con Netflix "fuera a obstaculizar" su estreno en salas.
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