Maratón de cómic en vivo en Buenos Aires
Más de un centenar de artistas gráficos argentinos dibujaron durante 7 horas frente al público
En un ring, dos artistas gráficos se enfrentan a golpe de lápiz. Miguel Rep, semioculto bajo un sombrero negro, dibuja las hojas en blanco que le tienden sus admiradores. Una larguísima fila aguarda a que llegue su turno para estar cara a cara frente al reconocido historietista Horacio Altuna, que ha dejado por unos días la localidad catalana de Sitges donde vive y ha vuelto a su país natal para la ocasión. A pocos metros de allí, El Niño Rodríguez bromea con el público que le observa dibujar en vivo, Isol canta sobre el escenario y jóvenes nerviosos revisan sus carpetas con dibujos a la espera de recibir los consejos de artistas gráficos veteranos. Desde el viernes por la noche hasta la madrugada del sábado, Buenos Aires acogió una maratón de cómic que reunió a más de un centenar de dibujantes argentinos y a unos 2.000 amantes de las historietas.
"Es la segunda vez que se hace La Noche de los Dibujantes, la primera se desbordó de gente, ahora el lugar es más grande", cuenta Altuna. También el nuevo espacio se queda pequeño por momentos y los participantes se sienta por el suelo a observar los dibujos que les han hecho sus artistas favoritos y algunos se animan incluso a sacar sus propios lápices y rotuladores para dibujar. "Lo quise hacer en España y no fue posible. Pienso que aquí el público es más proactivo", agrega el capitán del encuentro.
El combate en el ring atrae a muchos curiosos, pero la actividad estrella son las tres islas de dibujantes, en las que pintan 27 creadores en simultáneo. Los asistentes compran hojas membretadas y las entregan al historietista que más les guste para que les haga un dibujo. "La idea es recaudar fondos para la Asociación de Dibujantes de Argentina (ADA) y dar visibilidad al mundo de la historieta y la ilustración, que siempre forma parte de la cultura pero muchas veces está oculto", asegura Altuna. Mientras sus colegas dibujan, otros calientan en los márgenes a la espera de que llegue su turno, como Powerpaola y Sole Otero, dos de las integrantes del colectivo Chicks on Comics, que actualmente exponen en la Fundación Proa.
Como muchos artistas, los ilustradores suelen trabajar solos y sin tiempos demasiado estrictos. Algunos se ven cómodos dibujando frente a decenas de personas que observan cada uno de sus movimientos. Es el caso de El Niño Rodríguez, quien saca del rotulador personajes creados con características del público presente y bromea con invitarlos a su estudio cuando se haya comprado un aire acondicionado de gran potencia, ya que la temperatura ambiente de la noche roza los 30 grados. Frente a él, Salvador Sanz se muestra más tímido, concentrado en su meticuloso dibujo.
"Me gusta el contacto con el público de esta manera", dice Marisol Misenta, Isol, tras bajar del escenario. "Me traigo algunas cosas prearmadas porque a uno no siempre le sale algo lindo y así más o menos tratar de zafar, eso sí me pone un poco nerviosa, porque a veces no te salen cosas súper", afirma. La dibujante, ganadora en 2013 del premio Astrid Lingren, uno de los máximos galardones de literatura infantil y juvenil, recuerda que combinaba el dibujo y la música desde chica y fue a partir de empezar a componer canciones que también se animó a escribir las historias para niños que ella misma ilustra.
Adolescentes con camisetas de Batman, Spiderman y Darth Vader se mezclan con hipsters con barba y gafas y padres que comparten con sus hijos la pasión por el cómic. Nicolás, de 7 años, muestra fascinado, sin soltar la mano de su madre, el "monstruito simpático" de muchos ojos que le ha dibujado y coloreado Bernardo Erlich. Julieta tiene en sus manos una ilustración de El Principito y el zorro que acaba de hacerle Rodrigo Luján. "Está buenísimo ver cómo dibujan, cómo se manejan. Hay muy buena onda entre ellos y es muy divertido", opina sobre el evento.
Diego Parés, Gustavo Sala, Ariel Olivetti, Tute, Max Aguirre, Fer Calvi y Diego Greco son otros de los dibujantes que trazaron dibujos en el acto. "Hay 130 invitados, pero son solo la punta del iceberg del universo del dibujo argentino. Tenemos material y talento para rato, lo que se lamenta es que la industria no esté a la altura. Es incipiente y le falta fortalecerse", remarca el organizador de La noche de los dibujantes, Tomás Bassance, al ser consultado sobre el panorama nacional. Confía en que el mercado tome nota del interés que suscita la historieta y apueste cada vez más por ella.
Babelia
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