Las tres mejores películas peruanas de 2016 hacen fila para su estreno
'Rosa Chumbe',' Videofilia y otros síndromes virales' y 'Extirpador de idolatrías', premiadas en festivales extranjeros, esperan exhibidor en Perú
Premiados en festivales en el extranjero, los tres mejores filmes peruanos del año atraviesan dificultades para entrar en el circuito de exhibición comercial nacional. Uno de ellos, Videofilia (y otros síndromes virales) seleccionado por Perú para ser nominado al Oscar 2017, recibió en 2015 el Tiger Award (de nuevos talentos) en el Festival de Rotterdam, pero solo fue programado en una sala comercial de un pequeño distrito en Lima.
En la misma larga espera de exhibición está el drama Rosa Chumbe, ganador en abril de los premios a mejor actriz y mención especial del jurado en Bafici, en el Festival de Cine de Quito, y en el Diva Film Fest de Valparaíso 2016. En 2015, fue distinguido como la mejor opera prima en Montreal y en el Festival de Cine de Lima.
"El problema con la exhibición es muy difícil para una película como Rosa Chumbe que tiene una mirada distinta de lo que los cines buscan proyectar", explica a El Espectador el director Jonathan Relayze.
El largometraje cuenta la historia de una mujer policía que debe quedarse a cargo del cuidado de su nieto, cuando su hija -casi adolescente y nuevamente embarazada- le roba los ahorros y se va de casa. La suboficial, de desempeño mediocre en su trabajo, aficionada al alcohol y ludópata, espera un milagro durante la más grande procesión religiosa en Lima, la del Cristo Moreno en octubre.
“Rosa Chumbe me parece una de las mejores películas peruanas de los últimos años, es hiperrealista, y creo que la influencia más notoria es de los hermanos Dardenne”, comenta el crítico de cine Emilio Bustamante, autor de dos libros sobre cine regional en el Perú.
El largometraje está protagonizado por Liliana Trujillo, como la policía Rosa Chumbe, quien en gran parte del filme marca en su rostro la frustración por la vida a medias, la rutina y la envidia de la suerte ajena. La joven artista Cindy Díaz encarna a la hija veleta, que trabaja con desgano en la informalidad y que desafía a su madre. La casa de las mujeres es pobre, un espacio diseñado por el director de arte Aaron Rojas, cuyo trabajo fue premiado en el festival de Valparaíso en noviembre.
“Para mí la solución es la cuota de pantalla (para filmes peruanos), más allá del circuito alternativo que debería crearse. La ley actual establece un régimen supletorio a la exhibición obligatoria que contemplaba la ley anterior, pero nadie ha recurrido a éste”, añade el crítico sobre los problemas de los cineastas nacionales para ser programados en las salas comerciales.
En dicho régimen, el cineasta debe conseguir una constancia del Estado de que la película es de interés cultural e ir al exhibidor. Si lo rechaza, va a conciliación, y si no hay acuerdo, la siguiente instancia es el Instituto de Defensa de la Competencia.
Bustamante agrega además que los exhibidores ahora cobran por la proyección en Digital Cinema Package, un disco duro especial para proyección digital, y que también quieren que los cineastas paguen por las escenas en que aparecen productos o marcas.
El crítico de cine Ricardo Bedoya coloca a Rosa Chumbe entre las cinco películas más representativas del cine peruano de los últimos 20 años: “ofrece una imagen de Lima completamente distinta. No es la ciudad costumbrista, realista, folclórica ni criolla. Es una Lima casi infernal que, conforme avanza el filme, se va separando del realismo. En su primera película, Relayze se muestra como un cineasta con una visión de mundo interesantísima. Puedes encontrar influencias desde Arturo Ripstein hasta Rossellini”, dijo en declaraciones a la prensa peruana.
La psicodelia y lo viral
Videofilia (y otros síntomas virales), de Juan Daniel F. Molero cuenta la historia de amor de dos jóvenes atípicos de 16 y 28 años que solo se comunican por Facebook. Recibió también este año Gran Premio del Festival de Split.
Bustamante escribió que el filme ofrece una mirada a “una (pos)modernidad digital, marginal y patológica que parecería distópica si no la reconociéramos actual y cotidiana. El tratamiento audiovisual y la textura de la imagen van acorde con ella: el encuadre semeja frecuentemente una pantalla de computadora atacada por un virus y el efecto de los alucinógenos en los personajes se simboliza con la pixelación-desintegración-fusión de los cuerpos representados”.
El director de cine Frank Pérez Garland lamentó el maltrato de los exhibidores a los filmes peruanos cuando en noviembre retiraron Solos -de Joanna Lombardi- un día después de su estreno, y aludió al largometraje de Molero. “Hoy le tocó a Solos, hace no mucho el documental Rodar contra todos y Videofilia sufrieron situaciones incluso más humillantes. Ahora es el turno de Rosa Chumbe, El soñador y Wik, ¿qué va a pasar con ellas’?”, cuestionó en su muro en Facebook.
El tercer filme muy galardonado en el extranjero, ante la indiferencia de los exhibidores, es Extirpador de idolatrías, protagonizada por Magaly Solier, la más internacional de las actrices peruanas . Obtuvo 12 premios en festivales internacionales y se esperaba su exhibición en 2016, pero solo se pudo ver en un cineclub. El diario El Comercio la destaca entre las mejores 20 películas de 2016.
“Otras películas que fueron maltratadas antes fueron El Espacio entre las cosas de Raúl del Busto y Las malas intenciones de Rosario García Montero”, añade el cineasta Relayze.
El exministro de Cultura del Gabinete de Pedro Pablo Kuczynski anunció este año que trabajarían en nueva Ley de Cine. Ahora, con un nuevo ministro en ese mismo sector, el actor y director de cine Salvador del Solar, podría cambiar el panorama para que la calidad del cine peruano sea apreciada por el público local, y no solo en los festivales internacionales.
Babelia
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