‘Matar a un ruiseñor’ no se podrá leer en algunas escuelas de Virginia por su lenguaje
Una madre alega que el título hirió la sensibilidad de su hijo
Los ejemplares de Matar a un ruiseñor y Las aventuras de Huckleberry Finn vuelven a estar prohibidos en algunas aulas de Estados Unidos tras la protesta de una madre. Un condado de Virginia deberá estudiar ahora si el lenguaje que aparece en estas dos obras, consideradas títulos imprescindibles de la literatura estadounidense, merece que sean censuradas de manera permanente en el programa escolar.

Marie Rothstein-Williams, madre de un adolescente biracial, alegó ante una reunión del consejo escolar que las palabras empleadas en estas obras habían perturbado a su hijo adolescente. “No discuto que sea una literatura excelente”, aseguró Rothstein-Williams, “pero hay tantos insultos racistas y palabras ofensivas que es imposible ignorarlas y ahora mismo ya vivimos en una nación dividida”.
Rothstein-Williams argumenta que el contenido de estos libros legitima el uso de insultos racistas, especialmente por el reiterado empleo de la palabra “nigger”, el punto de partida de todos los intentos previos por bloquear estos dos títulos. El rechazo popular al término, cargado con el racismo con el que los blancos se referían a los afroamericanos durante décadas de segregación y discriminación, lo ha convertido en “la palabra ‘N’”, para evitar pronunciarlo completo.
La demanda llega en un momento de intenso debate en el sector educativo de EE UU entre quienes reivindican la creación de espacios seguros en los que los estudiantes puedan elegir no leer o no escuchar palabras que puedan herir su sensibilidad y aquellos que alegan que, al negar que los menores accedan a estas obras, se les impide aprender las lecciones que guardan entre sus páginas y la realidad de épocas anteriores.
Matar a un ruiseñor, enmarcada en la Alabama de los años 30 cuenta la historia de un abogado blanco que acepta defender a un afroamericano acusado de violar a una mujer, también blanca. En Las aventuras de Huckleberry Finn, Mark Twain retrata la vida de un joven en el Sur de Estados Unidos a finales del Siglo XIX.
La demanda de esta madre en Virginia es la última en una larga lista de intentos que han situado Las aventuras de Huckleberry Finn en el primer lugar de la lista de los títulos más censurados en las escuelas de EE UU. Matar a un ruiseñor también está en los primeros puestos por su lenguaje. Entre otros títulos censurados están desde El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald o Las uvas de la ira de John Steinbeck hasta El color púrpura de Alice Walker, o Beloved, de Toni Morrison.
En 2013, un condado de Luisiana levantó la prohibición que desde 12 años antes había impedido que los estudiantes del Estado pudieran leer en las escuelas públicas Matar a un ruiseñor. Hasta ese momento, según la Asociación Americana de Bibliotecas por la Libertad Intelectual, la misma obra había sido bloqueada en diferentes Estados casi una veintena de veces desde 1977.
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