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‘Neruda’ abre el juego en el Festival de Mar del Plata

La edición 31º del único certamen clase A de Argentina proyecta más de 400 películas

Los preparativos comenzaron desde temprano.
Los preparativos comenzaron desde temprano.Télam

El último de los fríos primaverales azota en las playas de la Costa Atlántica argentina y como ocurre todos los meses de noviembre, desde hace 31 años, hay un evento que inaugura la época veraniega, a poco más de un mes del solsticio. El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata ha quedado oficialmente inaugurado este viernes con una gran convocatoria que, incluso, se irá incrementando con el correr de los días. La primera cinta exhibida fue Neruda, el film de Pablo Larraín, que no participa de la competencia oficial pero ha cosechado buenas críticas, de este lado de la cordillera de los Andes.

El Festival de Mar del Plata es el único certamen del país reconocido por la Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Films (FIAPF) y se trató del primero que proyectó en 3D en Argentina. Su renombre no es solo porque proyecta más de 400 películas por edición, o porque tiene una convocatoria que supera las 150.000 personas cada año. Buena parte de su éxito se lo debe a la infraestructura de una ciudad como Mar del Plata, ubicada a 404 km de Buenos Aires y habitada por mas de 600.000 personas. Es por ello que la organización se da el lujo de contar con 9 sedes, entre las que se destacan el auditorio principal, con 1.100 ubicaciones disponibles y las salas de los dos mall que existen en la ciudad, además de un escenario al aire libre, en el museo Mar de arte moderno.

“Siempre encuentro bella a Mar del Plata”, dijo a EL PAÍS, Enrique Martínez Suárez, presidente del Festival. “La primera vez que vine fue en 1934, así que dentro de poco se cumplirían 100 años. Es una ciudad hermosa con gente hermosa, muy afecta al cine y muy solidaria con nosotros”, afirmó el hombre de 91 años. “Los festivales tienen una particularidad: son buenos si reciben buenas películas para seleccionar y no son tan buenos si no les mandan buenas películas. Nosotros tuvimos suerte, hemos recibido material de primera categoría y hemos hecho una programación sólida, competitiva, interesante y que va a conmover al público. Va a ser un gran festival”, auguró.

A la ceremonia de apertura, realizada en la sala Astor Piazzolla, del teatro Auditorium, asistieron el embajador de Francia en Argentina, Pierre Guignard; los agregados culturales de Francia, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador y autoridades de la ciudad de Mar del Plata y el municipio de General Pueyrredón, donde está emplazada la ciudad balnearia. Entre las autoridades nacionales se contaron al presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Alejandro Cacetta, quien reconoció que el Festival “se viene consolidando todos los años y no va a ser la excepción este año y no es menor para nosotros como espectadores la posibilidad de ver películas que en las pantallas comerciales no se ven”. “Volvemos a recuperar un lugar que le va a dar más músculo a nuestra industria y son los encuentros entre productores”, enfatizó. Otro de los presentes fue el secretario de Cultura y Creatividad en el Ministerio de Cultura, Enrique Avogadro, quien expresó: “No tenemos ninguna posibilidad de proyectarnos al futuro si no conocemos nuestro pasado. Por eso los que estamos poco tiempo tenemos que proteger al Festival como si se tratase de una llama olímpica y entregárselo lo mejor que podamos al que sigue después de nosotros”.

El realizador francés Olivier Assayas, que este sábado ofrecerá una clase magistral en el Paseo Aldrey, la directora de “Gilda”, Lorena Muñoz, la actriz Mercedes Carreras, Fernando Spiner, Martín Piroyansky, Calu Rivero y Esteban Lamothe, entre otros, tomaron parte de la gala de apertura que tuvo su momento culminante con la atípica orquesta Hypnofón, compuesta por 16 instrumentos.

Concluidas las palabras (y la música), fue el turno de la proyección. Luego de meterse con el régimen de Pinochet y la iglesia católica, Larraín, el realizador más influyente del momento en Chile, se ocupa ahora, en su sexto largometraje, de otra institución de ese país: la memoria de Pablo Neruda, su poeta más importante, en 111 minutos donde predominan los planos abiertos y en los que se logra la reivindicación de un sujeto, sin la necesidad de endiosarlo. Sin embargo, el film no se parece a una biopic; el propio director define que es “más bien una película nerudiana”, con partes de la vida del artista tomadas de forma caprichosa para hilvanar un thriller político en el que un policía ficticio, Óscar Peluchonneau, interpretado por el mexicano Gael García Bernal, persigue sin éxito a un Neruda que parece disfrutar del hostigamiento estatal, dispuesto por el entonces presidente González Videla. En julio, el ingeniero español nacionalizado chileno Víctor Pey, publicó en los periódicos de Chile una carta abierta en la que desmiente al guión de la película. Pey, amigo íntimo del Premio Nobel de Literatura, dijo que “La película muestra escenas de desnudos generales en orgías que nada tienen que ver con la realidad vivida. Si bien la libertad en el arte es y debe ser infinita, no lo es cuando hay datos que permiten vincular los hechos con personajes de carne y hueso”.

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