Diosas celtas cazan machos argentinos en ‘El muerto cuenta su historia’
La película de Fabián Forte mezcla terror y humor para criticar la guerra de géneros
Ángel, un publicista que abusa de su posición de poder para tener sexo con mujeres, cae en los colmillos de una cofradía de diosas celtas que persigue a hombres machistas para esclavizarlos y cambiar el mundo. Pronto descubre que otros cazadores también han sido cazados. El terror y el humor se mezclan en la delirante película del argentino Fabián Forte El muerto cuenta su historia, que se ha estrenado esta semana en el país suramericano.
Uno de los puntos fuertes de la cinta es la pareja formada por Diego Gentile (Ángel), que ya destacó en Relatos Salvajes, y Damian Dreizik (Eddie), su socio en la agencia publicitaria y también el encubridor de sus numerosas infidelidadades. Su look gafapasta y los diálogos sobre el esnobismo del mundo publicitario tienen una veracidad que contrasta con la trama fantástica de la película, llena de giros que la hacen imprevisible y escenas de gran impacto visual. El personaje interpretado por Moro Anghileri, la mujer de Ángel, es el que genera más empatía, aunque basta una mirada de la vampiresa Emilia Attias para querer dejarse morder hasta el más allá.
Forte se convirtió en uno de los referentes argentinos del cine de terror con Mala carne y ¡Malditos sean! y ahora se acerca de nuevo con un cruce de géneros que a veces funciona y otras descoloca al espectador. "Digo que esta película es la revancha de Mala carne porque en ese momento la rodé con dos pesos y seis actores amigos", señala el cineasta en una entrevista con EL PAÍS. En los 13 años que han pasado entre una y otra, el cine de terror ha dejado de estar dirigido a un público minoritario y las producciones argentinas se han beneficiado en la última década de un respaldo institucional del que antes carecían.
El mensaje de fondo es lo que genera más confusión, en especial en una sociedad como la argentina, que en los dos últimos años se ha movilizado masivamente en las calles contra la violencia machista que mata cada año a más de 250 mujeres. "Ya es hora de que vivamos en un mundo igualitario y todos tengamos los mismos derechos, no importa si sos mujer u hombre. La película deja mal parado al hombre machista, pero también a la mujer que se va de madre", afirma Forte. A pesar de defender un equilibrio entre géneros, el director admite que la violencia más extrema, aquella que ejercen maltratadores y violadores contra mujeres, quedó a propósito fuera de la cinta porque "al ser una comedia marcaba un punto de no retorno". Aún así, intentar equiparar situaciones tan desiguales da más miedo que risa.
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