Alicia, reina del tablero
Nordicalibros publica una versión del clásico de Lewis Carroll ilustrada por Fernando Vicente
Mientras se cena, se lee en alto. No, no es la descripción de ningún refectorio monacal. Es una escena habitual en casa del ilustrador Fernando Vicente (Madrid, 1963). Una costumbre familiar que comenzó para aficionar a la lectura a sus hijos cuando eran pequeños; hoy, que tienen 15 y 12 años, la siguen manteniendo. En estos días leen Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne. “Así se han acercado a muchos clásico” explica el dibujante.
No hace mucho, la inmersión fue en el mundo creado por Lewis Carroll para Alicia, concretamente en la segunda parte de las aventuras de esta niña, cuyo título original es A través del espejo y lo que Alicia encontró allí. El año pasado recibió el encargo de realizar un dibujo de Alicia para participar en una exposición colectiva Feliz no cumpleaños. 150 años en el País de las Maravillas en el Museo ABC, con la que se conmemoraba un siglo y medio de vida del primer libro de Carroll sobre Alicia. Su ilustración fue la imagen de la muestra. A Diego Moreno, editor de Nordicalibros, le gustó tanto que le encargó ilustrar la versión que iban a publicar de Alicia a través del espejo. Un sueño para Vicente que es coleccionista de libros de Alicia desde hace tiempo. Aprovechó este trabajo para llevar a sus cenas familiares esta lectura, y de los comentarios de sus hijos sacó ideas para las imágenes que posteriormente realizaría, como el duelo entre el caballo rojo y el caballo blanco o la escena de los guerreros blancos.
La publicación de Alicia a través del espejo ha coincidido con el estreno de la película homónima producida por Tim Burton y con la Feria del Libro de Madrid, en la que Fernando Vicente ha firmado cinco días, una cifra excepcional para un ilustrador. Él mismo define este año como una “locura con mucho trabajo” y es que tiene cuatro publicaciones recientes, además de Alicia..., El hombre que pudo reinar, de Ruyard Kipling, con Nórdica también; Cumbres borrascosas, de Emely Brontë (Tres hermanas) y Los últimos mohicanos, de Manuel Vicent (Alfaguara). No se queja, el contacto con los lectores en la feria es muy agradecido. Se ha convertido en un habitual en esta cita literaria, recuerda la del 2015 con cariño, fue el creador del cartel. “El año pasado además de libros, firmé muchas bolsas”.
Entre las buscadas o casuales coincidencias de fechas que se han dado con esta Alicia a través del espejo, está la de la inauguración a finales de mayo de la muestra organizada por el Museo del Prado, El Bosco. La exposición del V centenario. Vicente se ha inspirado en algunas criaturas de este pintor para sus personajes, como el cerdo verde o el tejón que tiene su hocico con forma de barrena. La conexión entre el universo surrealista de Carroll y el del autor de El jardín de las delicias ha sido utilizada por Vicente, pero también lo fue por John Tenniel, dibujante original de las obras de Carroll.
Las fuentes de inspiración de Vicente son muchas: el mundo de la moda -de ahí la representación de las flores, que pueden ser “estúpidas y gruñonas” con Alicia, pero no las ha querido hacer feas. “Son muy elegantes, las he vestido de Dior de los cincuenta y sesenta”, explica-; los dibujos de Tenniel y los de la película de Disney, aunque el dibujante ha querido huir de la imagen demasiado infantil de Alicia. Le ha cambiado el vestido, pero es inevitable mantener elementos que están en el imaginario colectivo como la lazada en su rubio cabello. Tanto editor como ilustrador han querido que esta versión sea válida tanto para niños como para adultos. Vicente alaba la cuidada labor de Diego Moreno, por el gran formato del libro (22 x 30 centímetros) que hace que se luzcan mejor las imágenes.
Un lujo para un dibujante que dice que trabaja a la vieja usanza: de pie, sobre caballete y con pintura acrílica. El ordenador solo lo utiliza en el último momento para escanear o para meter algún color o alguna tipografía. Tiene un archivo de unos tres mil dibujos originales. Reconoce que el ser colaborador habitual de prensa le ha dado oficio y es muy rápido en su ejecución, lleva colaborando con EL PAÍS una veintena de años y hace poco contabilizó unas 75 portadas de Babelia en su haber.
Si lo comparamos con la partida de ajedrez que es todo el relato de Alicia a través del espejo -de ahí que el tablero esté presente en casi todos los dibujos-, Vicente lleva varios años teniendo buenas jugadas. La próxima Navidad habrá culminado dos proyectos más que todavía no quiere revelar. A pesar de ello, siempre hay ilustraciones “que tienes que desechar o que no haces”, se lamenta. En el caso de esta publicación le hubiera gustado acabar con la imagen de la niña agitando su gato, en el que se ha convertido la reina roja después del gran banquete.
Babelia
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