“He creado todas las distracciones a mi imagen y semejanza en mi casa”
El ganador del Oscar a la mejor canción 2005 escribe poesía, y lo hace en los bares
Asegura que de sí mismo cambiaría muchas cosas, entre otras, su dispersión. Y lo afirma mientras busca cuál es su obra favorita de Schiele y contesta algo a su compañero que está en la sala contigua de la Casa América de Madrid, montando el escenario en el que Jorge Drexler (Montevideo, 1964) presentará su app N. Pero sus respuestas no son dispersas. Se nota porque no contesta lo primero que se le pasa por la cabeza. Le cuesta recordar que lo último que compró y le encantó fue un antifaz al que debe varias horas de sueño. Piensa lo que dice y dice lo que piensa. Como cuando al recoger el Oscar a la mejor canción en 2005, decidió cantar Al otro lado del río, el tema que le valió la estatuilla y que la Academia no le dejó presentar por no ser lo suficientemente famoso. O como cuando abandonó la medicina para dedicarse a la música.
¿Qué músico es una referencia para usted?
Yo diría que Caetano Veloso.
¿Qué libro tiene siempre en su mesa de dormir?
Van rotando. Mi mesa de dormir es muy dinámica. Uno que lleva mucho tiempo entrando y saliendo de mi mesa de dormir es Ya no es tarde, de Benjamín Prado.
Si pudiera adquirir cualquier pintura, ¿cuál sería?
Cualquier desnudo de Egon Shiele.
¿Cuál es su rutina diaria para trabajar?
No tengo una rutina diaria. Escribo poco y cuando escribo, escribo muy concentrado. En un periodo de tiempo muy corto. A veces en un mes escribo todo un disco y hace como dos años que no escribo canciones. Ahora escribo poesía y escribo en los bares. Me distraigo menos que en mi casa, donde he creado todas las distracciones a mi imagen y semejanza.
¿Cómo sería su lector perfecto?
Amoroso, compasivo y concentrado.
¿Qué recomendaría a un niño para introducirlo en la música?
Los Beatles. Son infalibles por su monumental capacidad melódica y concreción musical.
¿Qué snack come mientras trabaja?
Cuando estoy realmente concentrado trabajando se le olvida todo a uno, incluido comer. Pero eso sí, tomo mate, no es un snack, pero bueno…
¿Cuál fue el último libro que le hizo reír a carcajadas?
El Macanudo, de Liniers.
Respecto a su trabajo ¿de qué está más orgulloso?
De haber sacado discos porque sentía que tenía algo que decir y de seguir teniendo ganas de hacerlo.
¿Qué espacio de su casa es su favorito?
La cocina.
¿Cuál es el mejor consejo que le dieron sus padres?
"Estás loco si dejas la medicina para dedicarte a la música". Eso instigó una rebeldía en mí muy sana.
¿Qué significa ser músico?
Es un privilegio. Trabajar generando empatía y luz.
¿Cuál es el mejor regalo que ha hecho?
Supongo que mis hijos, a sus madres.
¿Qué disco le cambió la vida?
Construção, de Chico Buarque.
¿En su nevera siempre hay..?
Cerveza.
¿Algún sitio que le inspira?
El Cabo Polonio, en Uruguay.
¿La última música que descargó?
Prefiero el formato físico antes que el digital. El último vinilo que tengo en casa es uno de Nicola Cruz, un músico ecuatoriano que admiro mucho.
¿La última comida que realmente le sorprendió?
Una lubina salvaje a la espalda, increíble, en Madrid.
Babelia
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