Los dueños del silencio
El documental ‘Somos Lengua’ de Kyzza Terrazas explora el hip hop y el rap mexicanos y a sus representantes en todo el país
El silencio no existe cuando las bocas de Tanke, Sipo, Manotas o Ximbo empiezan a disparar palabras. Una rima tras otra sin otro beat que el de contar la cotidianidad que les rodea con el rap y el hip hop como herramienta.
Somos Lengua es el segundo largometraje de Kyzza Terrazas, director mexicano nacido en Nairobi en 1977. En 80 minutos pone en la escena un movimiento que había permanecido en el underground más profundo de la cultura mexicana. Durante tres años recopiló material de raperos y hiphoperos de casi todo México: Ecatepec, Durango, Guadalajara, Monterrey, Ciudad de México o Aguascalientes son algunas de las ciudades en las que Terrazas encontró a estos dueños del lenguaje.
El documental se estrenó en febrero durante el Festival Internacional de Cine de la UNAM con casi 4.000 espectadores. La cinta volvió a las pantallas mexicanas con Ambulante. Y llega a las salas comerciales mexicanas este viernes 10 de noviembre de 2017.
Durante una de las proyecciones en la Ciudad de México, Terrazas explicó que la idea surgió como un colateral de una investigación que realizaba porque quería hacer un filme con un personaje hiphopero. En el proceso, conoció al poeta Feli Dávalos, un experto en el tema. La bola de nieve que se formó fue tal que decidió usar el celuloide para exponer esta escena a través de sus protagonistas actuales.
En el documental se exhibe cómo el rap y el hip hop sirven a quienes se expresan con esos ritmos como una forma de lidiar con su realidad y están conscientes de la importancia de las palabras para lograrlo. “Yo no sé cantar, la neta lo único que sé hacer es escribir y rapeo como dios me da a entender”, dice Manotas, un rapero de Guadalajara.
Los más de 30 raperos y hiphoperos que aparecen en Somos Lengua echan un poco de luz sobre las motivaciones que llevan a un joven a expresarse a través de este tipo de música y no otro. Terrazas deja claro que su intención nunca fue hacer una historiografía del rap en el país. A la pregunta de por qué estos géneros siguen tan en las entrañas de la cultura mexicana Kyzza es contundente: “Es un racismo y un clasismo institucionalizado en el país y de los medios que deciden a qué darle espacio. Al rap se le ve un poco hacia abajo”.
Durante el filme, las rimas cobran vida para escapar del plano auditivo. Quizá algunos de los momentos más atractivos ocurren cuando en la pantalla aparecen impresas las palabras que se rapean y desaparecen al ritmo de la prosa. “Para mí es una película sobre el poder del lenguaje y desde muy al inicio siempre pensé que quería explorar la parte gráfica de las palabras, hacerlas un personaje”, comenta Terrazas.
Somos Lengua desvela esa gran apropiación del lenguaje como forma de creación, de expresión y hasta de denuncia para quienes han hecho del rap y el hip hop una forma de vida y han encontrado una manera de arrebatarle al silencio la última palabra.
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