Juana Inés y el techo de cristal
La vida de la poetisa, llevada a la televisión, no es muy diferente a la de las mujeres de hoy
La joven Juana Inés de Asbaje, antes de ser poetisa y monja, es examinada por un grupo de sabios para evaluar si su conocimiento es digno de la corte de la Nueva España. En un salón barroco del Siglo XVII ningún hombre cree que la chica sea capaz de responder los cuestionamientos. Esta es una de las escenas de Juana Inés, la serie que ha estrenado el Canal 11, la televisión pública de México, sobre la vida de la escritora novohispana más popular del país. La producción, lejos de plantear una historia remota de hace tres siglos, pone sobre la mesa los obstáculos que las mujeres todavía enfrentan en sociedades machistas.
Sor Juana Inés de la Cruz, según su biografía, se enfundó en un hábito como un atajo al mundo de las letras, al que solo tenían acceso los hombres. Pero cuando llegó al convento fue asignada a la cocina porque su inteligencia no era asunto suyo sino de su confesor. Los destinos de algunas mujeres mexicanas, como el de la poetisa, todavía están en manos de hombres: una hija a la que su padre no le permite estudiar o una esposa a la que su marido no le deja trabajar. Son los ejemplos más simples, pero el paradigma de los papeles de género se puede trasladar a casi cualquier ámbito. El acoso en las calles es otro ejemplo. La brecha entre hombres y mujeres sigue ampliándose allí.
Hace un par de días, los comentarios de Julión Álvarez, un popular cantante de música regional mexicana, sobre que una mujer “no sirve” si no le gusta agarrar un trapeador, encendieron las redes. El asunto preocupa porque Álvarez, de 33 años, de alguna manera representa la forma de pensar de muchos hombres —y quizá mujeres— en el país, que son parte de una generación que llevará el liderazgo en los próximos años. Significa que México no ha aprendido en tres siglos importantes lecciones de igualdad entre mujeres y hombres. Que se dice más de lo que se hace.
Aunque en los últimos 50 años las oportunidades para las mujeres se han extendido en el trabajo, la educación, la justicia y el ejercicio de la sexualidad, todavía vivimos en un entorno que condiciona hasta dónde pueden llegar. En la década de los 80, el Wall Street Journal asignó el término ‘techo de cristal’ para explicar un fenómeno en el que las mujeres no podían acceder a puestos directivos en las compañías y que a partir de determinado punto sus carreras profesionales perdían sentido. Los techos de cristal no solo están en las empresas, pueden estar en casa, en la calle, en la escuela. Sor Juana se enfrentó a su propio techo de cristal, pero consiguió destacar en la Literatura. Fue acusada de ser demasiado ambiciosa y vanidosa, en cambio, a los poetas de su época no.
El país de la telenovela rara vez aplaude contenidos que pongan en duda la perspectiva machista
La serie ha sido producida y escrita, en su mayoría, por mujeres bajo la dirección de Patricia Arriaga. En la televisión mexicana no es frecuente el contenido donde las protagonistas tengan un papel crítico. Un estudio de las Universidad del Sur de California analizó producciones de televisión y cine y encontró que por cada personaje femenino que tenía un diálogo, había tres hombres. El resultado no es diferente en América Latina y México. El país de la telenovela, que alaba a la damisela en peligro y desprecia a la mujer empoderada, rara vez aplaude contenidos que pongan en duda la perspectiva machista.
Juana Inés es también un esfuerzo por rescatar las series históricas, que comenzaron a popularizarse en México en la década de los ochenta con Senda de Gloria. Al éxito de esta producción siguió El vuelo del águila (1994), un recuento sobre la vida de Porfirio Díaz, La antorcha encendida (1996) y Gritos de muerte y libertad, para celebrar el bicentenario de la Independencia en 2010. En el estreno de Juana Inés, los productores dijeron que buscaban desmitificar la imagen de la poetisa que aparece en los billetes de 200 pesos. Los mexicanos también necesitan desmitificar a sus mujeres.
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