En el mar el cine es más sabroso
Filminlatino propone cinco películas mexicanas con el mar como protagonista para ver en vacaciones
Del humor a la tragedia, el mar ha sido protagonista de decenas de películas mexicanas. Su inmensidad sirve como un espacio de reflexión y transformación o como locación ideal para el divertimento, la apreciación de la belleza natural o la toma de conciencia de causas sociales. Las playas y mares son el telón de fondo de historias desarrolladas por el cine mexicano contemporáneo.
Vale la pena revisar en estas vacaciones de Semana Santa estos lugares emblemáticos. FilminLatino, la plataforma digital de cine mexicano e internacional, presenta cinco propuestas que forman parte de la colección En el mar. Son documentales y ficciones que brindan, desde diferentes ópticas, un eje donde se encuentran el cine y las aguas. Así sucedió en la Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro, Quintana Roo, donde se filmó la mayor parte de Alamar, docuficción de Pedro González-Rubio (2009) que cuenta una conmovedora relación entre un padre y su hijo. La historia se convierte en un mosaico visual de gran belleza y un manifiesto sobre el vínculo entre la humanidad y la naturaleza.
En el año 2000 el director Juan Carlos de Llaca entregó Por la libre, una comedia juvenil donde los primos Rodri y Roco superan sus diferencias para cumplir la última voluntad de su abuelo: que sus cenizas sean esparcidas en Acapulco. La cinta, divertida y entrañable, tiene elementos de una road movie y está rodada en Acapulco, uno de los balnearios más concurridos por los habitantes de la Ciudad de México. Por la libre es un manifiesto sobre el proceso de madurez que viven los protagonistas.
Vuelve a la vida, de Carlos Hagerman (2010), también está rodada en Acapulco, en el Estado de Guerrero, en el Pacífico mexicano. La cinta recrea la vida de un entrañable habitante de este puerto. Es la reconstrucción de una historia real ocurrida en la década de los setentas, cuyos protagonistas son una modelo neoyorquina, un buzo y un tiburón. La premisa da cuenta de una sociedad bicultural y las relaciones familiares que se construyen desde las diferencias, teniendo como clave el dicho mexicano “en el mar la vida es más sabrosa”.
Con una amplia experiencia en el guionismo, Paula Markovitch debutó en 2011 con un largometraje de ficción llamado El premio, una demoledora cinta que narra la relación de una madre con su hija. Las mujeres han huido de la persecución política en Argentina de la etapa de la dictadura militar. El mar de El premio es un refugio y también una prisión. Cecilia, la niña, tiene siete años y tiene que aprender a guardar secretos para no revelar a nadie de la escuela su verdadera identidad. Por esto se acostumbra a fingir y a decir lo contrario de lo que piensa. Un día, sin embargo, escribe una composición por encargo de las maestras y recibe un premio de manos de quien probablemente son quienes provocaron que ella y su madre vivan a salto de mata.
Por último está Paraísos artificiales, realizada por Yulene Olaizola en 2011. La película está rodada en el Golfo de México, en la costa veracruzana, y cuenta la travesía de Luisa, una joven adicta a la heroína que viaja a una playa lejana en la reserva ecológica de Los Tuxtlas a la espera de que el sitio pueda ayudarla a superar su adicción. Ahí conoce a Salomón, un campesino de 63 años que dedica su vida al trabajo y a fumar marihuana. Él, al igual que ella, sobrelleva sus dilemas existenciales a su manera. Estas son las recomendaciones de Filminlatino para este periodo vacacional.
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