El ‘Aleph’ de la UNAM
La mayor universidad de Iberoamérica integra sus colecciones en una base de datos abierta
Para divisar el potencial de un archivo de datos de la Universidad Nacional Autónoma de México, no hay más que atender a sus números: 342.000 alumnos, 38.793 académicos. Este portaaviones de la educación superior lleva en marcha desde 1910. El caudal de información que ha generado y no deja de generar tiene unas proporciones abismales y la institución ha puesto en marcha una plataforma digital de libre acceso para integrarlo. Si el Aleph de Jorge Luis Borges era el “punto donde convergen todos los puntos”, el Portal de Datos Abiertos de las Colecciones Universitarias será el punto donde convergerán todos los puntos de la UNAM.
¿Cuántos puntos? ¿Cuánta información cabe dentro de la UNAM? “Yo creo que dar un número sería demasiado azaroso”, dice Joaquín Giménez, el coordinador técnico de un grupo de 30 personas que se ha dedicado los últimos tres años a preparar este proyecto, que en realidad es la primera piedra de una empresa sin fin: unificar con orden y de manera accesible el acervo de la universidad, que no deja de crecer. “Es la punta del iceberg de un universo gigantesco que funcionaba como archipiélagos de bases de datos. Lo que hacemos nosotros ahora es conectar esos archipiélagos”, sintetiza. La base cuenta ya con millón y medio de registros, de datos y objetos digitales de 29 colecciones universitarias.
Navegar ociosamente por el portal es una fiesta de la serendipia. Uno entra, por ejemplo, en los 2.004 artículos de Filosofía y Letras (tiempo de consulta: 0,352 segundos) y se encuentra con que el primero es un artículo de 1996 titulado Poetas en guerra que comienza: “A los poetas españoles la Guerra Civil los sorprendió paradójica y brutalmente...”. Avanzando al número 250 aparece otro que analiza dos versiones de un cuento de los indígenas zoques. Después de curiosear un texto sobre la relación entre Martin Heidegger y Friedrich Schelling, se continúa hasta dar con el último de los artículos disponibles hasta ahora, centrado en un texto ritual mesoamericano que se conoce como el Rabinal Achí.
Pero la idea es que el acervo llegue a crecer en directo, explica Giménez: “No solo integrar las colecciones sino generar una forma de trabajo hacia la ciencia abierta que funcione casi en tiempo real”.
Un pájaro carpintero disecado del año 1902, una ficha técnica sobre la flor de cempasúchil (Tagetes erecta), una laminilla digital de un músculo estriado de borrego… El material más abundante ahora es el de biodiversidad, pues el portal nació de un proyecto específico sobre esa área del que derivó la idea de llevar el trabajo de integración de datos e imágenes a todo el universo de la UNAM. Y lo que está por hacer, a partir de este proyecto piloto, es ir incorporando todo lo demás en una base de datos “interoperable”, dice Giménez, que sirva tanto para consultas del público curioso o de estudiantes de escuelas como para investigadores que busquen información concreta o que quieran construir sus propias bases de datos combinadas a partir del caudal infinito de la UNAM.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.