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CRÍTICA | CRÓNICA DE UNA CASA REAL
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El enemigo en casa

‘Crónica de una Casa Real’ refunde ‘La venganza de Tamar’ con ‘Los cabellos de Absalón’, dos obras sobre la conflictiva herencia del rey David

Javier Vallejo
Uno de los momentos de la obra 'Crónica de una Casa Real'
Uno de los momentos de la obra 'Crónica de una Casa Real'Guillermo Casas

Una refundición clara, concisa, ágil y bien traída de La venganza de Tamar, de Tirso, con Los cabellos de Absalón, de Calderón, comedias inspiradas ambas en relatos bíblicos y de Flavio Josefo. A través de la figura de David, rey de Israel, que envió a uno de sus soldados a una muerte segura para poseer a su esposa, Crónica de una Casa Real habla de cómo los hijos acaban pagando las fechorías paternas: al cabo de los años Amón, primogénito de David, y Tamar, fruto de su amor manchado por el crimen, se ven enredados en una relación incestuosa y en un nuevo asesinato.

CRÓNICA DE UNA CASA REAL

Refundición de La venganza de Tamar, de Tirso de Molina, y Los cabellos de Absalón, de Calderón. Versión: Gustavo Galindo. Dirección: G. Galindo y Mamen Camacho. Madrid. La Pensión de las Pulgas, hasta el 30 de marzo.

La compañía Galo Real, que estrenó en el Festival de Almagro este oportuno montaje dirigido por Gustavo Galindo y Mamen Camacho, lo ha adaptado ahora a la orografía escénica micro de la madrileña Pensión de las Pulgas, que hace unas cuantas décadas fue el hogar donde a La Chelito algún afortunado le buscaba las suyas. Y lo que pierde en perspectiva y amplitud, lo gana en proximidad.

Entre lo mejor de esta versión de bolsillo, que obliga al público a seguir a los actores por diferentes estancias, figuran la delicadísima pero incisiva escena de la seducción de Tamar, en la que esta acepta desempeñar ante su hermano el papel de la mujer de la que está prendado (sin saber que es ella misma), y el monólogo de la joven violada, que tiene el color y el tono del de Laurencia, en Fuenteovejuna.

Con la química que hay entre los intérpretes Paloma Córdoba y Gustavo Galindo, y la virulencia con que se materializa su agresión, uno espera que el público, estando tan cerca, acabe metiéndose de por medio. Vigorosas, igualmente, las interpretaciones de Jesús Gago, Iván Luis y Germán Torres.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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